CASTELLÓ. El mundo es un pañuelo, máxime si te gustan las mismas cosas y compartes espacios, Román Prades, fundador del festival Metalfox en Lucena del Cid, me revela que todo nació de un concierto de Tierra Santa en Segorbe. Concierto al que finalmente no pudo asistir y en el que yo también estaba. Tierra Santa llegaban a Segorbe teloneando a Mojinos Escozíos y en el cénit de su carrera con su cuarto disco, Sangre de Reyes. Aquella noche de septiembre de 2001 podríamos haber coincidido en el mismo sitio y muchos años después, volver a coincidir hablando del festival que montó con un grupo de amigos y mucho atrevimiento. La vida es un pañuelo.
“Yo es que al final no puede ir, fui a por entradas y luego fui a la boda de un muy buen amigo mío”, comenta sobre el concierto. Le digo que con amigos así… “Eso no es ser amigo (risas)” Tierra Santa, además de ser nuestro punto de unión, también fue la banda que tocó en la primera edición del Metalfox, festival que se celebrará este años el 26 de julio con In vain, Rancor y Blast Wave.
“Mis amigos fueron a ver a Tierra Santa a Segorbe y cuando vinieron, como tenían que pasar por la carretera, que estaba yo de boda, me dijeron que habían estado con Tierra Santa, que seguramente podían venir, que hablara con ellos y con su mánager, que se llamaba Jorge, me pasaron el teléfono y estuvo de maravilla”, recuerda lo sencillo que fue aquel primer contacto de alguien que no estaba metido en el mundo de la promoción musical.
De esa noche seminal Prades tiene atesorados muchos recuerdos y hasta objetos. “Yo el Sangre de Reyes lo tengo en edición limitada para promotores, lo típico de un cedé que va con cartoncito y pone prohibida su venta”. Hace casi un cuarto de siglo de ese momento, aquellos jóvenes, hombres ahora, no tenían experiencia en estas lides. Tierra Santa era una banda archiconocida en el mundo del heavy patrio, su éxito era enorme y hasta giraban por Europa cantando en castellano. “No iban de hotel ni nada, iban siempre de autocaravana, allí cabían todos”, cuenta. “Dejaron la autocaravana al lado del almacén municipal. Y después los recogimos y estuvieron en la plaza para cenar. Nos fuimos enfrente, que hay un pub, nos hicimos un chupito de ginebra con Paco, el del teclado, mi mujer y yo. Cenamos todos juntos y desde entonces estamos haciendo las camisetas y la cena igual todos los años”.
Un éxito en el pueblo
Aquel primer concierto en noviembre costaba 1000 pelas y tenía como teloneros a Víctimas de la locura. Aquello fue un éxito en el pueblo. “Era el primero y la gente tenía muchas ganas, al año siguiente vino la Bon Scott Band y lo pasamos al polideportivo. Vino bastante gente, luego ya una cosa lineal, también estuvo bien Red Wine”, comenta.

Al principio se tenía que pagar entrada pero desde 2009 la organización decidió que fuera gratuito, algo que potenció la asistencia de mayor público. Metalfox es una rara avis por muchas cosas, y entre ellas, la gratuidad del evento. “Luego ya fue potente cuando lo pasamos a formato gratuito en 2009, donde lo hacemos ahora, que vino Dry River, que vinieron en formato versiones porque no tenían ningún disco”. Metalfox es un nombre que se queda en la retina pero me pregunto porqué en inglés. “Como bien sabrás en Castellón, en cada pueblo, tiene su mote, y aquí somos zorros, raboses”.
Están entre los festivales más longevos de la Comunitat, el Bestialc tiene más años, 28 y también es gratuito, pero el ejemplo quijotesco de Román y el resto de la asociación montando el Metalfox es admirable. El heavy, y sus variantes, no son los géneros más seguidos por aquí. Durante algunas ediciones el festival duraba dos días. “Un día era más dedicado a bandas de por aquí, Onda, Alcora, Castellón alguna, luego las bandas se fueron disolviendo y ya no quedaban bandas que quisieran tocar por la cena y cuatro cosas más”, dice. “También el ayuntamiento con la crisis comenzó a flojear. Entonces decidimos hacer alguna cosita en una sala pequeñita que había aquí, que se llamaba la Sala Cuchi, que en su día era discoteca, y traer a Metal Mareny”, banda valenciana que éste año cumplen su 30 aniversario.
Como he dicho, la voluntad férrea de seguir con el festival tiene ese halo casi heroico, valiente y algo loco. El rock tiene eso. “Ha costado mucho, pero, mira, ahora parece que esté dando sus frutos porque, recuerdo que la primera vez éramos unos 50 socios, y después hemos sido, en 23 años que llevamos, quitando los dos de pandemia, 33 socios o 40 casi siempre, ahora con Whäldemar (la banda que tocó la edición pasada) somos 55 socios”, comenta ufano y feliz.
Alrededor de la provincia
La asociación no se circunscribe a Lucena del Cid, sino que hay gente de todas partes de la provincia, incluso de València. “Hay más gente interesada en el festival de Castellón y de fuera, somos los mismo de siempre, seremos unos 20. El resto de socios vienen de fuera, de Castellón, de Villarreal, de València, vienen de Gandía”
La asociación es más que un grupo de personas que se reúnen para montar un festival una vez al año. Con el tiempo se ha convertido en un grupo de amigos con los mismos intereses. En esta edición iban a contar con Legión, pero por motivos externos al festival no podrán actuar. “Este año con el tema de que Legión no ha podido venir por temas legales, se ha apuntado In vain, que los lleva la misma chica”, dice. No es la primera vez que viene el grupo, y es que la mayoría de bandas que han actuado en Lucena del Cid han regresado, como Metal Mareny. “In vain vinieron en 2019 y tocaron a las tres y media hasta las cinco de la mañana. Les cuidamos como a los demás, a todos los tratamos igual. Se fueron super contentos de haber tocado para quince personas y la mitad estaban borrachos y no sabían ni lo que estaban cantando (risas) y el cantante nos dijo: volveremos, sois héroes”

Dentro del metalerío nacional por el pueblo han pasado agrupaciones de alto nivel como Sphinx, Centinela, Prometheus, Mutand Squad, Keldark, Lèpoka, Guadaña…pero siempre hay bandas con la que uno sueña cuando se pone a pensar en la siguiente edición. “Nos encantaría llevar sería Stormwarrior, ¿sabes por qué? El logo de MetalFox es el guitarra de Stormwarrior en una canción (ndr: Iron Prayers), hay un momento que el guitarra está tocando encima del muro de una fábrica alemana y están grabando desde abajo, con su melena para aquí y para allá, en un momento está hacia arriba y la melena se le hace hacia un lado. Es una captura de ese momento y luego se hizo en negro para que no se viera al guitarra”, comenta.
Un recuerdo especial
Entre esa pléyade de grupos que han pisado suelo lucenense podría destacar a Angelus Apatrida, banda de Albacete que practican Thrash metal y que están dando la vuelta al mundo. Quizás el combo español actualmente más importante de la escena a nivel mundial. “En su día los trajimos, ellos valoran mucho que cuando no eran nadie los trajimos. Los hemos traído dos veces. Allí donde vamos, nos saludan, somos más amigos que fans”
Angelus han tocado hasta tres veces en el festival. La última vez, en 2022, fue la más sorprendente. “Mira si se acuerdan de nosotros que me dijeron: estamos tocando en Alemania y de ahí pasamos a Lucerna, en Suiza, pero si me dices que tocamos en el Metalfox, cogemos un avión, venimos al Metalfox y luego nos vamos en Suiza”, recuerda. Y, ¡vaya si lo hicieron! “Yo le dije: claro que tenéis que venir. Ellos cogieron el avión desde Alemania, unos tíos les trajeron las guitarras desde València, tocaron y de ahí se fueron a Lucerna”. Han logrado que el nombre del pueblo esté en la mente de los rockeros de todo el país. “Tenemos la camiseta nosotros de Angelus y por detrás está llena de todos los sitios, Estados Unidos, Japón, y en un lugar Lucena del Cid, Castellón (risas)”
Minutos después de nuestra divertida y amena charla, recibo un mensaje: Ozzy Osbourne ha muerto, el padre fundacional del heavy, y cualquier ramificación, había fallecido dos semanas después de su último concierto con Black Sabbath. Una pena y una pérdida irreparable. Descanse en paz.