CASTELLÓ. El giro de la hoja del calendario al mes de febrero en Castelló suena, desde hace más de un lustro, a jazz nacional e internacional. De ambos escalones, el primero atraviesa en los últimos años una época de efervescencia desatada por la innovación y la característica intersección de géneros, bautizada como fusión. De esta manera, el jazz contemporáneo estriba en un nexo de corrientes - de las tradicionales como el flamenco a la moderna electrónica - que confluyen en un amplio abanico de artistas y se expresan en festivales alrededor de la geografía española. Así, junto a otros eventos consolidados como el Festival Internacional de Jazz de San Sebastián - el Jazzaldia - el Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz o el Jazz Madrid, el Festival Jazz a Castelló alcanza este curso su 33.ª edición. El certamen castellonense presenta durante tres semanas - desde el pasado lunes y hasta el próximo 22 de febrero - un programa que, en honor al momento actual del estilo musical, vincula su faceta enérgica y vibrante con una historia que se expande a través de los siglos.
En este sentido, la cita de la capital de la Plana enlaza, antes de su fin de semana más ajetreado, un trío de actuaciones en los tres primeros lunes de este mes. La cantante vasca Itziar Yagüe protagoniza el segundo de ellos - el próximo día 10 a partir de las 19.00 y con entrada libre - en el centenario Real Casino Antiguo de Castelló. El emblemático edificio de la Puerta del Sol acoge el debut de la artista en la ciudad después de subirse a los principales escenarios del circuito jazzístico del país, como el de Donostia o el Café Central de Madrid. En sí mismo, el ecléctico estilo de Yagüe, afincada en la capital del país, pasea por la trayectoria vital del estilo; desde los inicios arraigados a la tradición afroamericana a un encuentro posterior con el blues o las presentes influencias latinas de Centroamérica y el sur del continente. Previamente a su espectáculo en la localidad, Castellón Plaza conversa con la cantante natural de Vitoria acerca de las expectativas de su estreno, la construcción de un carácter propio o cómo compagina su trabajo en comunicación con su carrera musical.
— Debutas en Castelló como parte del cartel de un festival con solera. ¿Qué expectativas tienes de cara a este primer encuentro con el público castellonense?
— Como originaria de Vitoria, una ciudad que también tiene tradición y afición al jazz, además de un festival ya veterano, soy consciente de que el público de un sitio que acoge un certamen durante más de 30 años es muy fiel y está acostumbrado a las propuestas de calidad. Ningún festival sobrevive tres décadas si no existe detrás una audiencia que quiera ir. Por un lado, siento la responsabilidad de presentarme allí por primera vez, casi en vuelo libre; por otro, como aficionada y oyente, sé que cuanto más exigente es el público que te escucha, más agradecido suele ser. Entonces, lo afronto con muchísima ilusión y estoy encantada de encontrarme con la gente entusiasta de la música de Castelló.

— Actúas además en uno de los enclaves más simbólicos de la ciudad. ¿Qué representa para ti y cómo influye en la propuesta que llevarás a cabo?
— El edificio y su historia me impresionaron, pues leyendo descubrí que se trata de uno de los casinos más antiguos de España dedicado a los acontecimientos culturales. Significa un hito y muestra el compromiso de los castellonenses con dichos eventos. Me imagino un espacio precioso en el que cualquier sonido interpretado con delicadeza, intención y compromiso puede lucir. En mi caso, mi música es una que va directa al corazón, a las tripas. Habrá partes del concierto más animadas, movidas o rápidas; y otras pensadas para la introspección. En general, suelo realizar espectáculos que buscan conmover a la audiencia y creo que en ese recinto es donde más puede brillar. Estoy agradecida porque, de entre todos los escenarios, haya sido el Casino el que me ha tocado.
Habrá partes del concierto más animadas, movidas o rápidas; y otras pensadas para la introspección. Suelo realizar espectáculos que buscan conmover a la audiencia
— Tu música transita entre diversas corrientes; del blues al soul, el jazz o el góspel. ¿Cómo has construido ese universo sonoro tan variado?
— Creo firmemente que, en mi caso, estamos hechos de la música que hemos escuchado durante toda la vida. Aunque luego busques algo personal - de ahí que mis canciones sean en su mayoría originales - siempre existe un marco de referencia que para mí ha sido la tradición afroamericana. Empecé escuchando soul y de ahí viajé hacia atrás en el tiempo, donde me encontré con el blues. Antes incluso de eso llegué al jazz tradicional de los años 20 o al blues femenino clásico. Esas son las corrientes que más me han influenciado y, por tanto, mis dos discos están impregnados de ellas. No obstante, no acaba todo ahí, porque la música no está tan compartimentada como creemos. Existen vasos comunicantes entre los géneros y para mí hay una relación bastante clara entre los sonidos de América del Norte y del Sur. Por ejemplo, se dan influencias cubanas en la música de Nueva Orleans o hispanas en Latinoamérica. Así, en mi repertorio encuentras blues, soul o rhythm and blues, pero también boleros. Los géneros ayudan a ubicar la música dentro de un marco, pero realmente es todo más amplio.

— En 2024 has vivido momentos clave en tu carrera, como cantar en el Café Central de Madrid o en el Jazzaldia. ¿Cómo han repercutido esas influencias en tu evolución artística?
— Impresiona. Pasas de ser oyente - de ir a los festivales a escuchar - a de repente formar parte del cartel. Primero hay un proceso necesario de formación y de creación de un proyecto musical. Una vez cuajado y materializado en álbumes, te lleva a figurar en la programación de un cartel al que hubieras ido como espectadora, como el del festival de San Sebastián o al Café Central, donde asisto como mínimo una vez al mes a escuchar música. Se trata de, como yo los llamo, pequeños grandes hitos. Suponen no sólo un avance profesional, sino también personal. Te reafirman en que vas en la dirección correcta.
Actuar en grandes escenarios supone no sólo un avance profesional, sino también personal. Te reafirman en que vas en la dirección correcta
— Entre esos pequeños grandes hitos, acabas de grabar un homenaje a Bessie Smith. ¿Qué te conecta con una figura tan icónica del blues?
— Siento una conexión profunda. Cuando yo cantaba en bandas - sin haber empezado aún mi proyecto en solitario - reproducir sus canciones me parecía algo lejano. Sin embargo, haberme atrevido a cantar su música - que al final es conocerla a ella más a fondo, pues escuchar unas letras no es lo mismo que cantarlas - me ha introducido aquello que ella quería contar al mundo. Al entrar en contacto con sus canciones e intentar hacer las mías, con toda la modestia, sentí una transformación al entender cómo una mujer de su generación era capaz de formular textos de semejante intensidad y profundidad. Me dotó de más confianza en mí misma.

— Fuera del plano musical, compaginas tu trayectoria con una faceta profesional en el sector de la comunicación. ¿Cómo conviven estas dos facetas día a día?
— Son complementarias. Me dedico a la comunicación institucional dentro de una agencia y trato con clientes corporativos. Saber cómo dirigirme a los medios, que es básicamente lo que hago todos los días, me ha ayudado a posicionarme como artista en ellos a través de las habilidades necesarias para redactar una nota de prensa y difundirla. Se trata de una herramienta que no tantos músicos pueden contratar y encuentro que son actividades suplementarias en ese sentido. Por otro lado, estar en un escenario y hacerme cargo de llevar un proyecto musical también me ha ayudado en mi trabajo como comunicadora. En definitiva, son dos aspectos que tienen características en común y me siento afortunada de poder combinarlas.
Saber cómo dirigirme a los medios me ha ayudado a posicionarme como artista en ellos a través de las habilidades necesarias para redactar una nota de prensa y difundirla
— Después de 'Delicious' y 'Girl like me', tus dos álbumes hasta el momento, ya piensas en el siguiente. ¿En qué dirección trabajas? ¿Qué podemos esperar de él?
— No decido mucho, más bien son las canciones las que me dirigen a mí. Ahora mismo me salen tanto temas en español como de influencia latinoamericana. Entonces, es probable que vaya en esa dirección; aunque luego nunca sabes lo que va a pasar. En principio, esa podría ser la idea de base; estoy componiendo canciones en castellano y es probable que el nuevo disco vaya en esa línea.