En los pueblos, la llegada de La Finestra Nou Circ despierta ecos de aquel circo ambulante que recorría las calles anunciando función. Entonces, la carpa se montaba en las afueras y los artistas paseaban por el pueblo a golpe de música y voces para invitar a todo el mundo. Hoy, el ritual se ha transformado: la compañía hace un breve recorrido por las calles, juega con lo que se encuentra por el camino y convoca al vecindario para que les siga hasta la plaza, donde les espera un espectáculo de media hora. Una fórmula distinta, pero que conecta con la misma idea de ese circo que llegaba hasta los pueblos y los transportaba a otra realidad. 

La compañía de Picassent, que abrió el mes actuando en Sagunt a Escena con Pilots, lleva todo el mes recorriendo pequeños pueblos de Castellón: Alcudia de Veo, Torralba del Pinar, Rosell o La Torre d'en Doménec ya han formado parte de su ruta. Este martes 12 hará parrada en Torrechiva y el día 16 en Castell de Cabres, el municipio con menos habitantes de la provincia -apenas una veintena-, y después continuará hacia Villanueva de Viver, Moncofa, La Jana y San Rafael del Río. Un recorrido que lleva el circo contemporáneo a lugares donde pocas veces llega y que forma parte del circuito provincial 'Diputació a Escena', en colaboración con los ayuntamientos.

“Nos gusta eso de llegar a poblaciones muy pequeñitas, que no tienen apenas posibilidades de acceder a la cultura. Nos hace felices y agradecemos a la Diputación su trabajo, porque si no fuera por esas ayudas los pueblos no se lo podrían costear”, pone en valor Alberto Vidal, miembro de la compañía. 

Esa forma de llegar de manera itinerante evoca la tradición, pero lo que propone la compañía valenciana está pensado desde el presente. A las acrobacias y malabares se suma una puesta en escena que conecta con el lenguaje del circo contemporáneo. “Respetamos el circo clásico porque es de donde venimos. A veces lo parodiamos para sacar unas risas, porque hay cosas muy parodiables, pero siempre desde el respeto y sabiendo que forma parte de nuestras raíces”, apunta Vidal.

Fundada en 2012, La Finestra Nou Circ nació con el objetivo de desarrollar proyectos sociales, formativos y culturales en torno al circo. En estos doce años han estrenado una docena de espectáculos, algunos ya retirados y otros aún en gira, y su trayectoria les ha permitido llegar a un momento en el que, como explica el valenciano, “es más fácil trabajar porque se nos conoce más”. Ese reconocimiento también les ha llevado a adoptar un ritmo más sostenible: si antes estrenaban una producción cada año, ahora lo hacen cada dos o tres, para darle más recorrido.

Uno de los montajes que están llevando este verano a los pueblos es Pilots, Mejor Espectáculo Itinerante en los premios Feten 2025. En él, unos excéntricos pilotos llegan con su coche a pedales en busca del mejor lugar para celebrar su alocada carrera de bicicletas. Por el camino se topan con situaciones inesperadas que resuelven con humor, acrobacias, malabares y la colaboración del público. “Creo que lo que identifica a nuestra compañía es que llegamos a todos los rangos de edad. Nos gusta hacer números con mucha técnica, pero siempre aderezados con humor”, señala Vidal. 

Vivir el verano en gira

Para La Finestra Nou Circ, como tantas compañías, el verano es temporada alta. En su caso, encadenan funciones hasta octubre, cuando por fin llegan las vacaciones. Lo más pesado hasta entonces; el montaje a pleno sol. “Aunque las funciones son por la tarde-noche, el montaje empieza a plena hora de calor. Es un trabajo que genera mucho desgaste y cansancio, pero se disfruta. La recompensa es ver la cara de felicidad y las risas de los niños, de ver algo que no está en su sitio”. 

Tranvía nº 12, el más grande, requiere de unas cuatro horas de preparación, porque cuenta con música en directo y una escenografía voluminosa que obliga a modificar elementos según las características de cada plaza. Mientras que Pilots puede estar en media hora listo, por estar pensando directamente como una obra ligera e itinerante. 

Aun así, la adaptación es constante, explica la compañía. En los pueblos, La Finestra Nou ha de enfrentarse a superficies que no son lisas o espacios reducidos que les obligan a repensar la puesta en escena. Con todo, Vidal afirma: “Nos gusta llegar a sitios en los que es difícil poder actuar. Te obliga a transformar lo que llevas, y eso también nos da vida”.

Por su parte, la respuesta en los pueblos suele ser muy buena. La falta de oferta cultural durante gran parte del año hace que, en verano, cuando se llenan de visitantes y familias, una propuesta así se convierta en un atractivo especial. “Es una actividad que junta al pueblo y que también sirve como punto de encuentro”, destaca Vidal. El circo, en este contexto, no solo entretiene, sino que funciona como un evento que moviliza a vecinos y veraneantes por igual.

Esa conexión con el público no se limita a la provincia. La compañía reparte su actividad casi a partes iguales entre el ámbito autonómico y el nacional, y en ocasiones ha salido al extranjero. Las dimensiones de sus escenografías, que viajan en furgoneta y no en avión, limitan la frecuencia de estas giras, pero aun así han llevado sus espectáculos a Portugal, Francia, Suiza, Italia o Marruecos.

En cada parada, La Finestra Nou Circ recupera ese gesto antiguo de llegar, desplegar su mundo y marcharse, dejando tras de sí una plaza transformada por unas horas. Un ritual que, siglos después, sigue llenando de sorpresa y de risa los lugares por los que pasa.