BENICÀSSIM (EP). Unas 15.000 personas han despedido este sábado la última jornada de la XI edición del SanSan Festival celebrada en el recinto de la localidad castellonense de Benicàssim. Durante los tres días del evento, han pasado más de 45.000 asistentes, lo que "ha demostrado el músculo que tiene el festival", ha destacado la organización en un comunicado.
Carlos Ares fue el encargado de abrir la tarde con una producción "impecable" y un sonido "envolvente" que atrajo a un público "cada vez más numeroso". Con una secuencia de canciones "equilibrada entre emoción y energía", el artista "dejó claro que es uno de los nombres a seguir en la escena actual".
El ambiente fue subiendo de intensidad con las actuaciones de Alcalá Norte, que, con estilo "rebelde y rockero", invitaron al público a brindar con una bota de vino, dando a su set un estilo "único" con su famosa corona de laurel. GRISO, debutaba por primera vez en los escenarios con su nuevo estilo rockero y mostró un adelanto de lo que será su nueva gira.
Todo ello sirvió para preparar el terreno para "una de las artistas más esperadas": Amaia. Su concierto fue "uno de los momentos más especiales del día". Con una interpretación "impecable" y "una conexión absoluta con el público", demostró una vez más "su talento y su capacidad para emocionar". Su repertorio, en el que combinó temas "más íntimos" con otros "más enérgicos", mantuvo al público completamente atento de principio a fin.
Franz Ferdinand revoluciona el SanSan
El festival dio un giro radical con la llegada de Franz Ferdinand. La banda escocesa ofreció uno de los directos "más potentes" de la jornada, convirtiendo el recinto en una auténtica pista de baile. Temas como 'Take Me Out' o 'No You Girls' "desataron la euforia y marcaron un punto de inflexión en el festival". Su sonido en directo "sigue siendo contundente y su capacidad para conectar con el público es innegable".

La pincelada internacional del SanSan 2025 fue Franz Ferdinand. Foto: Javier Bragado
La jornada continuó con actuaciones de Melifluo, que ofrecieron un respiro antes de otro de los momentos "más esperados": Sidonie y Lori Meyers. Sidonie, "con su habitual carisma y complicidad con el público, convirtió su concierto en una celebración". La banda, "ya un clásico en los festivales, demostró por qué sigue siendo una de las referencias del indie nacional".
En el escenario Calaverita, entre ambos conciertos, se encontraba La Plata, con una audiencia fiel, ofrecía una mezcla de estilos entre punk, indie o synthwave, acompañado de sintetizadores.
El público corea los temas de Lori Meyers
Lori Meyers, por su parte, ofreció uno de los conciertos "más coreados" de la jornada. Temas como 'Emborracharme' o 'Mi realidad' fueron recibidos "con entusiasmo" por un público que no dejó de cantar en ningún momento. Su directo "fue impecable, manteniendo la energía en lo más alto y reafirmando su estatus como una de las bandas más queridas del panorama musical español". Los miembros del grupo invadieron el foso en su actuación, "sintiendo la cercanía y cariño de su público".

GRISO en el primer concierto de su nueva etapa. Foto: Ainhoa Laucirica
Carlos Sadness aportó un cambio de ritmo con su sonido "característico" y su estilo "tropical", en esta ocasión sin su típico sombrero vaquero. Las Dianas, con su propuesta "fresca desenfadada", ofrecieron un momento de disfrute con sus melodías "pegadizas", cerrando el escenario Calaverita Records.
Posteriormente, Delaporte irrumpió con un show "arrollador". Su actuación fue "una explosión de ritmo y electrónica, con un sonido impecable que hizo que el público no dejara de moverse". Con una propuesta que mezcla lo visual y lo sonoro de manera "impactante", su directo se ha convertido en "uno de los imprescindibles de la escena actual".
Una de las sorpresas de la noche fue la aparición del artista Rayden, con Rendición, pisando de nuevo los escenarios tras dos años después de su retirada.