El método de Johan Plat ha mostrado otra novedad con la defensa de cuatro implantada en el tramo final del partido frente al Racing de Ferrol para proteger la ventaja que tenía en el marcador.
Este dibujo, que no se había visto en un año y medio de etapa de Dick Schreuder al frente del equipo, ha servido de recurso para domar los arreones del conjunto gallego después de que los albinegros se quedaran con diez hombres. El resultado ha sido satisfactorio, con un Castellón capaz de aguantar bien atrás para llevarse los tres puntos.
El cambio de esquema se produjo a media hora del final con el ingreso en el terreno de juego del central Óscar Gil en sustitución del delantero Nick Markanich. En ese momento, los orelluts, que ganaban por 0-2, pasaron de su habitual defensa de tres a un sistema 4-4-1 con el que pretendían protegerse de los ataques desesperados de un rival en superioridad numérica, ya que cinco minutos antes había sido expulsado Gio Zarfino por doble tarjeta amarilla.
El Castellón se defendió bien y concedió muy poco. Tan solo un penalti, muy discutible por otra parte, que Señé falló en primera instancia, pero que acabó transformando en su segundo intento después de que el equipo arbitral considerara que Crettaz estaba con los dos pies fuera de la línea de gol en el primer lanzamiento.
Con el 1-2, el partido se complicó, pero el Castellón supo competirlo mejor que otras veces, impidió que el Racing de Ferrol generara situaciones de peligro manifiesto y acabó sentenciando con un gran disparo de Van den Belt.
Lección aprendida
El equipo albinegro no cayó en los errores del pasado después de haber dejado escapar ventajas en el marcador hasta en seis ocasiones esta temporada. En cuatro de ellas perdió (Sporting, Granada, Córdoba y Deportivo), mientras que en otras dos empató (Córdoba y Huesca). Frente a los cordobeses igualó después de desperdiciar una renta de dos goles.
Por otro lado, la actuación del sábado confirmó una mejoría del Castellón a la hora de conceder ocasiones a sus rivales. Desde que Johan Plat está en el banquillo como primer entrenador, los castellonenses han reducido los tiros recibidos entre los tres palos, totalizando siete en los choques frente a Oviedo, Huesca y Ferrol.
Su problema ha sido a balón parado con los despistes sufridos frente a asturianos y altoaragoneses, pero en A Malata corrigieron esa deficiencia mostrándose sólidos incluso con un hombre menos.