VILA-REAL. Una parte de noviembre y todo un diciembre es lo que separa al Villarreal de un segundo puesto en LaLiga, donde los hechos se tienen que dar de manera precisa y anatómica para que el Submarino se coloque en el puesto de la medalla de plata y los "groguets" abran los regalos de Navidad con más ilusión todavía.

Tienen la oportunidad de poner la primera piedra contra el Mallorca, el sábado 22 a las 21:00 h en el Estadio de la Cerámica, lugar donde el Villarreal ha ganado nueve partidos y ha conseguido tres empates de los 14 encuentros entre estos dos clubes: los mallorquines solo han podido ganar dos veces en la historia de este enfrentamiento.

"Ganar, ganar y volver a ganar"

El Villarreal necesita hacer pleno de victorias hasta final de año. La necesidad imperante de ganar los cuatro partidos de Champions que le otorgarían la clasificación al repechaje, el partido único de eliminatoria de Copa, y cinco partidos de Liga que pueden definir un segundo puesto antes de que toquen las campanadas de fin de año, son una motivación suficiente para los de Marcelino para dar el 100%.

Actualmente, el Submarino presume de un tercer puesto con un total de 26 puntos, a dos del FC Barcelona (28) y seguido de muy cerca por el Atlético de Madrid (25). En un momento de mucha presión en la tabla alta, en la que ni tan solo el primero, el Real Madrid (31), puede dormirse.

La victoria es un sabor fresco y reciente. Los "groguets" vuelven a casa tras el parón y después de haber ganado el partido contra el Espanyol, en Barcelona. Un 0-2 que se quedó "corto" para Marcelino, que consideró que la segunda parte fue una dominancia en todos los sentidos del partido.

Una victoria que se suma a otras dos que se habían conseguido previamente contra el Rayo (4-0) y contra el Valencia (0-2). Además de que el cuarto partido fue un empate contra el Betis (2-2), por lo que el Submarino puede presumir de haber logrado siete puntos de los últimos nueve que estaban en juego.

Un equipo que justifica su posición en la tabla siendo el equipo que menos goles encaja, además de ser el cuadro más efectivo de toda la competición.

Sin duda, la primera piedra del camino se coloca contra el Mallorca, un partido trascendental para la moral colectiva, que debe permanecer inamovible hasta, mínimo, diciembre.

El último partido del año será el último movimiento del tablero, en el que se enfrentarán al FC Barcelona. Un partido en el que se jugarían la segunda posición, si es que los dos llegan con los deberes hechos en Liga.

Un Mallorca en horas bajas, que quiere recuperar sensaciones contra el Villarreal

Arrasate y los suyos no las tienen todas con ellos. Llegan al enfrentamiento siendo décimoquintos con 12 puntos. En una lucha por la permanencia, donde la nota de corte la marca el Girona con 10 puntos, el Mallorca está lejos de ser aquel equipo del año pasado que terminó en la décima posición, a tres puntos de Europa.

Las cosas están delicadas por las Baleares: dos victorias, dos derrotas y un empate en los últimos partidos. Sumado a unas escasas tres victorias y a unas atosigantes seis derrotas desde que empezó LaLiga.

Parece que se levanta cabeza, ya que de las tres victorias que han cosechado, dos de ellas aún siguen antes del horizonte de los cinco partidos. Como quien dice, los "bermellones" aún se acuerdan de lo que es ganar.

Su último partido fue un encuentro reñido y lleno de choques contra el Getafe de Bordalás, pero, a pesar de todo, pudieron ganarles (1-0) en su casa, entregando una alegría a su afición, que cada vez exige más vistos los resultados deportivos.

Un partido donde las necesidades son distintas, pero dominante.