VILA-REAL. El Villarreal CF está a tan solo un paso de igualar su mejor racha de victorias (9) en la liga doméstica, y pretende hacerlo frente al Celta de Vigo, allá en Balaídos: un estadio del que no ha conseguido llevarse más que dos puntos desde la temporada 2020-2021. El Submarino tiene ciertas dificultades en la capital celta, y así se ve reflejado en los números cuando se hace una mirada general del balance histórico entre los dos equipos. En 19 partidos disputados en Vigo, el Celta ganó ocho, seis resutlaron en empate y cinco cayeron hacia el lado del Villarreal.
El equipo de Marcelino quiere aprovechar la inercia que arrastra desde la temporada pasada, en la que encadenó seis victorias, sumadas a las dos correspondientes a los primeros encuentros ligueros, para alcanzar un objetivo aparentemente sutil pero que no se logra desde la temporada 2007‑08. Aquella campaña, los 'groguets' ganaron 0‑3 al Valencia CF en el primer partido de la liga, pero cayeron 0‑5 frente al Real Madrid CF en el encuentro siguiente, interrumpiendo de forma drástica la racha ganadora del equipo dirigido entonces por Manuel Pellegrini.

- Marcelino en el Estadio de la Cerámica, en el partido contra el Girona FC. Foto: CARME RIPOLLES
Al Villarreal le toca ser optimista
Aunque Marcelino García Toral reitera su pensamiento "humilde", dicho por él, y que tanto el triunfo como la derrota se estudian y se analizan con perspectiva, pero siempre con modestia y sencillez, el arranque del cuadro castellonense en LaLiga EA SPORTS es un motivo de peso para la afición, para alentar y confiar en que el equipo seguirá haciendo historia. Por ahora, estas escasas dos jornadas sitúan al Villarreal como líder provisional de la tabla, con un golaveraje de siete goles, la portería a cero y manteniendo la tónica del curso pasado de ser el equipo que más jugadas de posible gol termina convirtiendo.
La venta de Álex Baena fue un punto de inflexión en el pensar 'groguet'. Perder al jugador que más asistencie entregó la pasada temporada a sus compañeros (10), el segundo máximo asistidor de la competición solo por detrás de Lamine Yamal, y que además contribuía en la faceta goleadora (7), sumado a las bajas por lesión de los dos delanteros titulares, Gerard Moreno y Ayoze, dejaba al club a merced del destino y del rendimiento del resto de jugadores. Pero los de Marcelino han demostrado tener personalidad y "solidaridad", como indicaba el entrenador en la rueda de prensa después de golear al Girona.
Los deberes hechos y las opciones sobre la mesa
Los refuerzos del mercado de verano se han asentado, sobre todo en la defensa. Las lesiones en el primer tercio del campo han sido un problema recurrente para 'el mister'. Tanto Logan Costa como Kambwala, la dupla que parecía consolidar Marcelino, cayeron lesionados y, junto al retiro del veterano Raúl Albiol, a la directiva no le quedaba más opción que tirar de talonario y construir una defensa que, a día de hoy ha demostrado entenderse.
Las dos bandas del clásico 4-4-2 que juegan los 'groguets' parecen funcionar, sobre todo con un enchufado Buchanan, autor de su reciente ‘hattrick’, y con Yeremy Pino, quien recientemente declaraba sentirse "más cómodo por su banda", la izquierda que ocupaba Baena, aunque se ha hecho oficial su salida hacia el Crystal Palace, por lo que García Toral podrá dar una oportunidad al canario Moleiro u otro jugador que pueda llegar en esta última etapa del mercado.
Con toda una liga por delante, al Villarreal CF le queda seguir soñando con ser su mejor versión, y eso pasa por superar los récords personales del club.