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de la mano del 'coach' tony calvo

El Col·legi de Treball Social de Castelló aborda cómo neutralizar las toxinas de la comunicación

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CASTELLÓ. El Col·legi Oficial de Treball Social de Castelló se une a la celebración del Día Europeo de la Mediación con una sesión de trabajo grupal en su sede, que tendrá lugar este martes a las 17.00 horas, para analizar las toxinas de la comunicación en los conflictos y promover entre el colectivo de trabajadoras y trabajadores sociales las pautas y técnicas que permitan abordarlos de una forma más neutral y constructiva para las partes. 

Desde el organismo colegial inciden en el valor de la mediación dentro del proceso de atención y acompañamiento a las personas en el que basa su razón de ser el trabajo social y recuerdan que la nueva Ley Valenciana de Servicios Sociales Inclusivos “ya la establece como servicio garantizado, gratuito, voluntario y confidencial” dentro del catálogo de prestaciones del sistema público valenciano de servicios sociales.

La dinámica correrá a cargo del coach y facilitador del cambio Tony Calvo. Se trata de una actividad eminentemente práctica que pretende trabajar “la geografía de las toxinas” que influyen en cualquier proceso comunicativo y alimentan los conflictos, “creando espacios de exploración y reflexión, individual y conjunta, para identificar dichas toxinas, ver cómo impactan en uno mismo y en los demás, decidir qué hacer con ellas y cómo trabajarlas”, explica Calvo.

El objetivo no es otro que abordar esas toxinas a través de diferentes herramientas que actúen como antídotos y que pone sobre la mesa la llamada facilitación sistémica, una nueva metodología que aporta habilidades y técnicas para transformar y enriquecer los espacios de encuentro.

Este experto identifica cuatro tipologías principales de toxinas en la comunicación: culpar y criticar (atacar a la persona o el carácter del otro en vez de enfocarse de la manera correcta en la conducta o comportamiento específico que le molesta o inquieta); ponerse a la defensiva (llevando a la persona a negar su responsabilidad en el conflicto); aislamiento o amurallamiento (incluye cortar la comunicación y negarse a participar en la resolución de un problema) y el desdén o desprecio, “un signo claro de falta de respeto, que incluye el sarcasmo, subestimar al otro, el cinismo y el humor hostil o fuera de lugar”, detalla.

Para este facilitador del cambio, lo primero que hace falta cambiar para resolver positivamente un conflicto “es la actitud, clave para querer llegar a un punto de encuentro en el que conectar y atender a las necesidades de las partes en conflicto y a lo que les une. Es fundamental entrenar la habilidad de comunicarse de manera asertiva y empática, y trabajar la inteligencia emocional de las partes en conflicto, y todo esto se posibilita enormemente desde la mediación y la facilitación sistémica”.

Desde el COTS Castelló resaltan el impacto positivo de la mediación en los ámbitos familiar, comunitario, educativo, laboral, empresarial y sanitario, entre otros muchos, porque facilita la comunicación entre las personas implicadas y les capacita para negociar y resolver conflictos en el futuro, ahorra tiempo y dinero y puede evitar procedimientos judiciales, reduciendo así la carga emocional y el sufrimiento que generan.

“Si partimos de la base de que el conflicto es un fenómeno natural e ineludible, inherente al ser humano, la mediación nos aporta unas herramientas, habilidades, técnicas y pautas que nos permiten abordar los conflictos de manera más neutral y justa, enriquecedora, constructiva y desarrollativa, dando espacio a la diversidad, el crecimiento y la transformación positiva de los seres humanos”, concluye Calvo.

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