VALÈNCIA. El Gobierno valenciano, y en especial el representante mayoritario del mismo, el PPCV, se ha puesto manos a la obra para proclamar todas las reivindicaciones que considera oportunas al Gobierno de España -actualmente en funciones- del socialista Pedro Sánchez. Tal y como ha ido informando este diario, esta es una estrategia lógica y previsible que puede redundar en jugosos beneficios a los populares valencianos liderados por el también presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.
Cabe recordar que el resultado de las elecciones generales del pasado 23 de julio arrojó un escenario contrario a los pronósticos iniciales: el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, no reunía los escaños suficientes -ni siquiera aliándose con Vox- para alcanzar la mayoría absoluta. De esta manera, todo apunta a que Sánchez, que selló este viernes sus últimos acuerdos -PNV y Coalición Canaria-, logrará ser investido como inquilino de La Moncloa la próxima semana.
Con este escenario, el Gobierno valenciano conformado por PP y Vox, tiene un objetivo claro al que dirigir sus andanadas: el actual Ejecutivo central en funciones, que será renovado en breve pero que seguirá teniendo como principal protagonista al PSOE, aunque con Sumar como socio principal en vez de Unidas Podemos.
Y en esta estrategia el PPCV parece tener ya una dirigente a la que poner en el centro de su diana: la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. Una persona de confianza de Sánchez que ya en la pasada legislatura tuvo ciertos rifirrafes con sus compañeros socialistas del Govern del Botànic y que gestiona unas áreas donde los populares de Mazón han puesto el foco en los últimos años.