CASTELLÓ. Facsa, empresa castellonense especializada en la gestión del ciclo integral del agua -compañía 'orígen' del Grupo Gimeno, consolida su presencia en Baleares al hacerse con un contrato para modernizar la desaladora de Alcúdia, en Mallorca, por 2,7 millones de euros. La firma ha concurrido en Unión Temporal de Empresas (UTE) con Elmasa, una empresa de Las Palmas especializada en el ciclo integral del agua, a uno de los lotes de una licitación de la Agencia Balear del Agua y de la Calidad Ambiental (Abaqua) que contemplaba actuaciones en otras tres plantas desaladoras más: Andratx, Ciutadella y Santa Eulària des Riu.
La actuación global se financia con el Impuesto de Turismo Sostenible (ITS) y permitirá mejorar de forma significativa la eficiencia energética de las instalaciones mediante la incorporación de nuevos sistemas isobáricos de recuperación de energía. Los trabajos en las cuatro plantas se han adjudicado por un importe total de 8.321.721,60 euros (sin IVA), lo que supone una baja media del 14,44 % respecto al presupuesto inicial de licitación, fijado en 9.725.998,12 euros.
Facsa cuenta con una sólida presencia en Baleares, donde gestiona diferentes infraestructuras hidráulicas, entre ellas, la propia la planta desaladora de Alcúdia, una instalación estratégica para el abastecimiento de la zona norte de la isla, así como en la planta desaladora de Ciutadella, en Menorca.
La instalación desaladora de agua de mar de Alcúdia está situada en la Bahía de Alcúdia y tiene redes de distribución a distintos municipios de la zona norte de Mallorca. La planta fue puesta en servicio en el año 2010 aunque fue a partir del año 2016 cuando entra a funcionar regularmente. Tiene una capacidad nominal de producción de 14.000 m3 diarios de agua potable. Desde el periodo de puesta en servicio de la instalación no se han ejecutado obras de mejora ni modificaciones relacionadas con las instalaciones objeto de este estudio.
El objetivo del contrato es adecuar las instalaciones de la desaladora en la etapa de ósmosis a un sistema más eficiente energéticamente, de forma que permita un menor consumo de energía eléctrica.
El proyecto consiste en la instalación de cuatro nuevos equipos isobáricos de última generación en las cuatro plantas, que permitirán aprovechar hasta el 98% de la energía contenida en la salmuera generada en el proceso de desalación. Estos sistemas sustituirán a las actuales turbinas Pelton, de menor rendimiento, lo que permitirá optimizar el proceso de ósmosis inversa, reducir el consumo eléctrico y, en consecuencia, disminuir las emisiones de dióxido de carbono asociadas a la producción de agua desalada.
Según los cálculos técnicos, la modernización de las cuatro plantas permitirá un ahorro energético total de más de 4,48 millones de kWh anuales, lo que supondrá una reducción significativa del consumo eléctrico y un menor impacto ambiental en la producción de agua potable.
El coste de explotación previsto en la desaladora de Alcúdia para una producción anual de 4,32 hm3 tras la ejecución del proyecto de isobáricos para el sistema de alta presión y recuperación de energía, incluyendo costes energéticos y de mantenimiento de equipos es de 2.540.005 euros/año o 0,588 euros/m3 lo que equivale a un ahorro anual frente a la situación actual de 310.836 euros/año (10,9%).
El pasado mes de mayo, Facsa partició en una jornada técnica sobre desalación organizada en Palma de Mallorca, una cita que reunió a personas expertas del sector con el objetivo de compartir conocimientos y analizar los retos presentes y futuros de la gestión del agua en territorios insulares. La jornada, impulsada por la Demarcación de Baleares del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y el Govern Balear, abordó desde múltiples perspectivas el papel clave de la desalación de agua de mar en las islas, un recurso estratégico para garantizar el abastecimiento hídrico en contextos de escasez.
Durante el encuentro, se puso en el foco cuestiones fundamentales como los desafíos específicos que enfrentan los territorios insulares, los modelos de gestión y eficiencia energética, el impacto ambiental y la sostenibilidad de estas infraestructuras, así como en casos de éxito desarrollados tanto en Canarias como en Baleares.