COMARCAS

Las viviendas turísticas se extienden por la 'Castellón vaciada': Castell de Cabres, dos pisos con 19 habitantes

Solo 18 de las 135 localidades de la provincia carecen de esta modalidad de vivienda

  • Castell de Cabres
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CASTELLÓ. El fenómeno de las viviendas turísticas se ha expandido por casi toda Castellón y ha alcanzado incluso la parte de la provincia 'vaciada'. Castell de Cabres, el pueblo más pequeño de la Comunitat Valenciana, con 19 habitantes, alberga ya dos pisos de temporada. También ocurre en otras localidades despobladas como Villores, con un piso con 38 habitantes; Fuente de la Reina, con una vivienda y un censo de 59 personas, o Herbers, con un piso y 69 residentes. Matet, por su parte, con solo 91 pobladores, integra dos unidades turísticas; y Cirat, con 214, acoge siete. 

Según los últimos datos de la Conselleria de Turismo, solo 18 municipios de los 135 de Castellón carecen de viviendas turísticas. El grueso se encuentra en los puntos turísticos del litoral como Peñíscola, Orpesa, Alcalà-Alcossebre o Vinaròs, pero este segmento ya ha aterrizado en el mundo rural. En el caso del interior de la provincia inciden las perspectivas de crecimiento que afronta el turismo en esta zona. Las comarcas con menos densidad demográfica están viendo nacer nuevos proyectos de alojamiento -casas rurales o campings- y ahora suman a esta oferta las viviendas turísticas. De esta manera, este tipo de recurso habitacional se presenta como una opción más para empujar al turismo y frenar a la despoblación en pueblos que en los últimos 20 años no han parado de perder población. 

Como pequeñas aldeas galas, adolecen de viviendas turísticas Arañuel, Azuébar, Barracas, Betxí, Espadilla, Higueras, Palanques, Ribesalbes, Sacañet, Teresa, Toga, Torrechiva, Torre d'en Besora, Vall d'Alba, Vallat, Vilanova, la Vilavella y Villamalur. Pero la mayor parte de poblaciones de Castellón han visto la llegada de los habitáculos de temporada, destinados a turistas o residentes de paso. Por comarcas, en el Alto Palancia cabe mencionar entre los núcleos con menos población Pina de Montalgrao, que cuenta con una vivienda, Pavías con una o El Toro con una. En el Baix Maestrat, por ejemplo, se encuentran Rosell con cuatro, o Xert con otras cuatro. En el Alto Mijares, entre otros municipios, Cortes de Arenoso con ocho, Puebla de Arenoso con cuatro o Zucaina con cuatro. En Els Ports cabe citar Castellfort con cinco, Cinctorres con dos o Zorita con dos. En l'Alcaltén, Figueroles acoge una y Costur cuatro. En la Plana Alta, Torre d'en Doménech, su pueblo con menos habitantes, tiene un piso registrado. Por último, en la Plana Baixa hay 15 en Eslida, dos en Aín, cuatro en Alcudia de Veo y cuatro en Sueras. 

Por otra parte, hay otras localidades del interior que sobresalen por su empuje turístico, como Montanejos, con 54; Morella con 60 o Navajas con 13. 

Presión en el litoral

Para la Castellón 'vaciada, esta tipología se presenta como una oportunidad, al entenderse como una vía para atraer pobladores a unas localidades con riesgo total de despoblación, ya que 27 localidades de la provincia tienen menos de 5 habitantes por kilómetro cuadrados. Sin embargo, esta realidad es diferente en la costa, que concentra la mayor parte de los habitantes de Castellón, y que empieza a sufrir la presión de las viviendas turísticas. Aún no esta al nivel de Madrid, Barcelona o València, pero la presencia de estos pisos se ha disparado en algunos de los grandes núcleos urbanos, que al mismo tiempo están sufriendo una reducción de la oferta del alquiler para vivir y un encarecimiento de los precios del mismo.

La provincia dispone de 11.963 viviendas turísticas, liderando el ránking Orpesa con 3.044. Le siguen Peñíscola con 2.872, Alcalà de Xivert-Alcossebre con 2.194, Vinaròs con 948 y Benicàssim con 943. Luego, la capital de la Plana oferta 564, Benicarló 418, Moncofa 380 y Torreblanca 183. Por su parte, Vila-real solo dispone de 19, la Vall d'Uixó de tres y Onda de dos.

Cabe tener en cuenta que los 11.963 pisos turísticos de Castellón representan un 2% de los 504.326 bienes urbanos que contempla el catastro. Su crecimiento coincide en un retorno del 'boom' de compraventas de viviendas, que en parte también es espoleado por el interés de inversores en adquirir pisos para destinarlos luego al alquiler -de residencia o de temporada-. De ahí que el último balance del INE muestra que la mitad de las transmisiones realizadas en el primer cuatrimestre del año se pagaron al contado, es decir, según expertos, fueron operaciones para dirigir parque inmobiliario al mercado del alquiler. 

Por su parte, la Generalitat destaca que ha eliminado 3.000 viviendas en Castellón por no estar registradas en un proceso de regularización que está llevando a cabo. 

 

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