CASTELLÓ. La estacionalidad sigue siendo uno de los principales retos del sector turístico de Castellón. Según la Asociación Empresarial Hotelera y Turística de la Comunitat Valenciana (Hosbec), solo el 63,8% de las plazas de sus 39 alojamientos asociados —10.176 camas— permanecerá abierta entre octubre de 2025 y marzo de 2026. El mes de menor actividad será enero, cuando únicamente 3.300 camas seguirán operativas. El 94,4% de los cierres responde al fin de temporada, un patrón especialmente marcado en municipios costeros: Benicàssim mantiene cerradas el 41,4% de sus plazas, Oropesa del Mar el 47,4% y Peñíscola más de la mitad, con un 54,8%.
No obstante, el sector empieza a dar señales de avance frente a esta estacionalidad. La primera quincena de noviembre cerró con un 67,4% de ocupación hotelera, 14,6 puntos más que en el mismo periodo de 2024. Las reservas para la segunda mitad de noviembre alcanzaron el 62,5%, anticipando un cierre de mes claramente superior al del año pasado. Desde Ashotur destacaron que “la apuesta por alargar cada vez más la temporada está funcionando poco a poco. Vamos ganando meses a la estacionalidad”. La apuesta por el turismo de experiencias —gastronomía, naturaleza, deporte, congresos y fiestas locales— está siendo clave para atraer visitantes fuera del verano y consolidar un flujo más estable.
En el conjunto autonómico, el sector mantiene su dinamismo incluso en los meses tradicionalmente bajos. Hosbec señala que el 86% de las 114.925 plazas de los 360 alojamientos asociados en la Comunitat permanecerá abierta entre octubre y marzo. Los hoteles conservan el 84,7% de sus 75.800 camas, los apartamentos turísticos el 87,5% y los ‘campings’ un 89,3%, impulsados por la presencia de viajeros internacionales de larga estancia. Aunque enero concentra 26.600 plazas cerradas, la disponibilidad se recupera progresivamente en febrero y alcanza más de 103.600 camas abiertas en marzo, preludio del dinamismo de la primavera y la Semana Santa.
Cierres por fin de temporada
Según Hosbec, "entre los principales motivos detrás de estos cierres programados destaca el 77,7% por fin de temporada, seguido de las obras de mejora y mantenimiento", con un 14,2%. Asimismo, las vacaciones del personal representan el 3,6%, mientras que un 4,4% se atribuye a otras casuísticas puntuales.
"Este paréntesis operativo permite a muchos establecimientos avanzar en proyectos de modernización, renovar espacios y adaptar sus servicios a las nuevas expectativas del cliente. La mejora de la planta turística y la apuesta por elevar la categoría de los alojamientos se consolidan así como prioridades estratégicas para mantener la competitividad del destino y reforzar su posición en un mercado cada vez más exigente", ha resaltado la patronal hotelera de la Comunitat Valenciana.
Por provincias, Alicante mantiene un 87,3% de capacidad operativa durante la temporada baja y Valencia un 93,4%, lo que subraya la fuerte estacionalidad que todavía pesa sobre Castellón. Sin embargo, los buenos resultados de octubre y noviembre muestran que la provincia está empezando a reducir esta dependencia del verano, apoyada en un turismo nacional que representa el 82,2% de los visitantes.
Castellón encara el final del otoño con una tendencia positiva, consolidando la desestacionalización y reforzando su estrategia para atraer turistas más allá del verano. El reto sigue siendo estructural: lograr que estos avances se mantengan en invierno y extender la temporada turística durante todo el año, reforzando la competitividad del destino y la calidad de la oferta.