VALÈNCIA. La Agencia Valenciana Antifraude que desde el pasado mes de julio dirige Eduardo Beut tendrá difícil acogerse al código ético de Les Corts porque es un documento que no existe ni tampoco se está trabajando en él, en contra de lo que afirmó Beut cuando decidió fulminar el Código ético de Antifraude. Así lo confirman tanto fuentes de la Mesa del Parlamento valenciano como fuentes del departamento jurídico de la Cámara que preside Llanos Massó a preguntas de este diario.
La cuestión es significativa. El pasado 23 de septiembre, el ahora máximo responsable de Antifraude decidió derogar el código ético del ente que, entre otras muchas cuestiones, regulaba el registro de obsequios de cortesía a los miembros de la Agencia, definía el funcionamiento del buzón interno de denuncias o creaba un Comité de Ética, que se dedicaba a "atender denuncias internas, resolver controversias o velar por la adecuada aplicación" de las normas.
En su lugar, Beut trasladó a los sindicatos que pasarían a adherirse al código ético de Les Corts -institución a la que está adscrita la Agencia-, ya que, según él, estaba en fase de elaboración, y así lo plasmó en el apartado dos de la resolución publicada en el Diari Oficial de la Generalitat Valenicana (DOGV) el pasado lunes: "Iniciar los trámites para la adhesión al código ético o de conducta que se está elaborando por las Corts Valencianes, una vez el mismo sea aprobado, habida cuenta de la adscripción de la Agencia a las Corts".
Sin embargo, fuentes parlamentarias y jurídicas de la Cámara desmienten que esto sea así. Durante la primera legislatura del gobierno valenciano conformado por PSPV y Compromís, con Enric Morera al frente de la institución, los grupos reclamaron que Les Corts validaran un código ético propio. En aquel momento -hace ya ocho años- se inició la redacción de un borrador que, dos legislaturas después, sigue en un cajón sin que nadie esté trabajando en él.
Aquel primer documento que comenzaron a redactar los servicios jurídicos quedó varado en la primera fase: cuando se tuvo que poner en común el contenido e incorporar aportaciones, el proyecto quedó sobre la mesa. Y a día de hoy, sigue guardado en un cajón sin que haya intención de desbloquearlo. Según admiten fuentes consultadas por este diario, es una cuestión sobre la que no están trabajando los letrados de la Cámara -a quienes corresponde su redacción- y "tampoco se va a resolver de forma inminente ni a corto plazo por la situación de Antifraude". A pesar de que, precisamente, la crisis interna en el órgano dirigido por Beut haya hecho saltar la liebre y destapado que la Cámara sigue sin código ético a estas alturas.