VALÈNCIA. La banca española asegura haber avanzado contra la exclusión financiera que tanto ha indignado a la ciudadanía desde que comenzó a materializarse con la crisis financiera de 2008 y la posterior reestructuración del sector. Actualmente, sólo el 0,4% de la población sigue sin acceso físico a servicios financieros frente al 1,4% que estaba en esta situación en el año 2021, según indicó este jueves en Valencia Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de la Banca, durante una jornada organizada por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), donde también participaron Antonio Romero, director general de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), y Cristina Freijanes, secretaria general de la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (UNACC).
Según estas cifras, la brecha bancaria se ha reducido un 71% en España, algo que Romero atribuye a la colaboración público-privada. "Es fruto del compromiso del sector. La digitalización es una transformación estructural de nuestra economía y es positiva porque va a mejorar el funcionamiento de nuestro sistema económico, pero hay determinados sectores vulnerables con dificultades para subirse a ese tren y el objetivo que debemos compartir todos es que nadie se quede atrás", manifestó el director general de CECA, quien destacó el impacto que tuvo la campaña 'Soy mayor, no idiota', del jubilado Carlos San Juan para denunciar la disminución de la atención presencial de las entidades financieras. "A partir de entonces diseñamos hojas de ruta específicas para cada municipio. Hay personas mayores perfectamente digitalizadas y hay otras que no y querer un servicio analógico es un derecho legítimo", defendió.
Pese al avance, la presidenta de la AEB reconoció que el proceso de reconstrucción del acceso financiero ha exigido "autocrítica" y un esfuerzo por revertir los efectos del cierre masivo de sucursales. Las entidades, explicó, se comprometieron a garantizar atención física en todos los municipios de más de 500 habitantes y, para las zonas más despobladas, alcanzaron un acuerdo con Correos para facilitar operaciones básicas en mano: retirada de efectivo o trámites esenciales realizados a través de dispositivos portátiles. "Había un mensaje claro de la ciudadanía: necesitaban volver a tener cerca un punto de atención", señaló.
Más allá del acceso físico, la banca insistió en que su función principal sigue siendo irrigar a la economía real. "La financiación a pymes está fluyendo de manera dinámica", subrayó Antonio Romero, quien cifró en 200.000 millones de euros el crédito concedido a pequeñas y medianas empresas, un volumen que, según dijo, crece en línea con los países del entorno. Para que esta tendencia continúe, apuntó varias líneas de trabajo: reactivar la titulización de préstamos a pymes para movilizar nuevos recursos, potenciar la financiación no bancaria y reforzar la educación financiera "en ese momento crítico en que la empresa necesita ganar escala".
Cristina Freijanes, por su parte, recordó que las cooperativas de crédito siguen siendo la cara más próxima del sistema financiero: 3.399 oficinas, una presencia territorial"“superior a la que nos correspondería por tamaño". "Somos banca hecha por personas y para personas, y eso implica atención presencial", defendió. Aun así, reivindicó que esta proximidad convive con el avance digital y puso en valor iniciativas como el 'Aula Financiera Digital', así como programas formativos para estudiantes de ESO, mayores de 65 años y colectivos vulnerables.
Un SOS ante la "hiperinflación normativa"
La presidenta de la AEB aprovechó la jornada para lanzar un mensaje político: la urgencia de introducir la educación financiera como asignatura obligatoria. "El móvil nos expone a riesgos y oportunidades constantes. Necesitamos formación básica para toda la población", sostuvo.
Pero su aviso más contundente se dirigió al marco regulatorio europeo en respuesta a una de las preguntas de Joaquín Maudos, director adjunto de investigación del IVIE. Kindelán alertó de una "hiperinflación normativa" que asfixia al sector: más de 1.700 normas activas, 90.000 páginas y una media de 1,3 nuevas reglas al día. Celebró, en este sentido, que el BCE, la CNMV y el Ecofin hayan iniciado una revisión orientada a simplificar el sistema. "Europa tiene un problema serio de crecimiento y la regulación se ha vuelto un obstáculo. No pedimos menos exigencia, pedimos coherencia: cada capa añadida termina en más capital requerido", advirtió, en referencia a los más de 270.000 millones adicionales que, según sus cálculos, suman los solapamientos normativos sobre las exigencias de Basilea.
Romero reforzó la crítica y reclamó un cambio de modelo. "No basta con simplificar normas. Necesitamos repensar el sistema institucional que produce regulación industrializada. Nos hemos pasado tres pueblos", indicó. Propuso mandatos más claros para los reguladores y una jerarquía que equilibre estabilidad y competitividad.
Freijanes introdujo otra preocupación: la entrada de nuevos actores no supervisados. "Ya hay grandes tecnológicas financiando, como Amazon. Si hacen lo mismo que una entidad, deben estar sometidas a la misma regulación", reclamó. La secretaria general de UNACC criticó también a los prestadores de crédito rápido que operan sin los controles de solvencia, transparencia o atención al cliente exigidos a la banca tradicional. "No queremos un mercado en la sombra. Solo deben poder conceder crédito las entidades supervisadas", zanjó.
La transformación tecnológica fue otro eje de consenso. "El sector invierte 7.000 millones al año en tecnología", recordó Kindelán, quien defendió que esta inversión es imprescindible para liderar soluciones como Bizum, "el medio de pago más valorado en seguridad". La banca trabaja ahora en extenderlo al comercio físico y en hacerlo interoperable con sistemas europeos, mientras explora aplicaciones de inteligencia artificial capaces de mejorar la experiencia del cliente y reforzar la seguridad.
El euro digital no sustituirá al efectivo
Romero abordó uno de los grandes proyectos en marcha: el euro digital. Lo definió como "el proyecto con más impulso político de los últimos años", destinado a garantizar autonomía estratégica en un entorno de pagos dominado por operadores estadounidenses. Su implantación podría llegar en 2029, condicionada al cierre del marco normativo.
Negó que vaya a suponer el fin del efectivo, sino que será un instrumento complementario para compras electrónicas o situaciones offline, como un apagón tecnológico. Sí anticipó desafíos relevantes, como el coste, la estabilidad financiera y la necesidad de fijar umbrales adecuados para los depósitos digitales. "Obligará a repensar modelos de negocio, pero no es una amenaza", aseguró.
Con el avance digital llegan nuevos riesgos, y el sistema financiero lo sabe. "El coste de no prepararse es mayor que el de prepararse", avisó Freijanes, que recordó que algunas entidades podrían desaparecer si no adaptan sus sistemas de ciberseguridad. Anunció la creación de una 'brigada antifraude' impulsada por el Ministerio de Economía y defendió campañas de sensibilización breves y directas: "En lo digital, protégete igual".
La jornada concluyó con un mensaje sobre los riesgos climáticos, que la banca española asegura tener ya interiorizados. Kindelán recordó que lleva más de una década integrando variables climáticas en sus modelos de riesgo. Romero apuntó que, pese a la dificultad de cuantificarlos, las entidades están formando equipos especializados y que el mercado de finanzas sostenibles mantiene "tensión y dinamismo". Entre las medidas que podrían impulsarlo, citó incentivos fiscales o una mayor simplificación administrativa para los bonos verdes.
Pese a todos estos desafíos, los representantes del sector insistieron en que España dispone de una de las redes financieras más accesibles de Europa: 80.000 puntos físicos, la segunda mayor red de oficinas del continente y la cuarta de cajeros. Pero el objetivo, recalcaron, es que esa infraestructura no deje a nadie atrás en un país que avanza hacia un sistema financiero cada vez más digital y más expuesto a riesgos nuevos.