CASTELLÓ. Hacer arte que de primeras no sea vea es el deseo que mueve desde hace mucho tiempo al artista urbano E1000. Aunque pueda sonar descabellado, es la gracia de su trabajo. Intervenir rejas, alcantarillas, barandillas... El madrileño es 'experto' en intervenir las piezas ocultas de la ciudad. Y lo hace, como ha explicado más de una vez, para generar interés entre el público por ese arte que va más allá de los murales que rápidamente consiguen captar nuestro interés. Esto lo que logra en el espectador es una implicación que lo convierte sin darse cuenta en "elemento esencial" de su propuesta.
"Vivimos en una ciudad en la que se borra todo; entonces el doble filo de hacer algo que esté oculto es bonito porque está oculto, y es práctico porque está oculto. Muchas veces se juega con la dualidad de si es algo primitivo o no, ¿lo habrán hecho los vecinos o habrá venido alguien a hacerlo?", reflexionaba E1000 en una entrevista de hace años. El papel tan activo que han tomado quienes le siguen es precisamente por esta razón; son ellos quienes han de descifrar si las piezas pintadas son, o no, obra del artista, ya que, además, no van acompañadas de ninguna firma.
"No tengo especial interés en perdurar, aunque en ocasiones y por la naturaleza de lo que hago sea así, prefiero disfrutar de la experiencia del momento frente a la durabilidad de lo que surja en ese instante. Practico bastante el desapego de mi trabajo, en ese sentido trabajar en la vía pública te lo pone fácil", explica E1000 a este diario.