CASTELLÓ. "Solo dejo la máquina de coser para comer y cenar. Tengo a mis dos hijas marcando y a mi marido cortando gomas y ocupándose de la casa", confiesa entre risas Amparo Alcaraz, conocida entre el equipo de voluntarios de Protección Civil como la ‘coordinadora de mascarillas de Vila-real’. Y no es para menos. Desde el pasado 16 de marzo ha confeccionado con la ayuda de diez amigas de Vila-real y Burriana, entre ellas Amparín Villanova, de 87 años, más de 3.000 protectores faciales para prevenir el contagio del Covid-19. Los reparte de manera gratuita. "Estamos muy bien organizadas. Siete cosemos y las otras cuatro cortan y se encargan de transportar las telas todos los lunes, miércoles y viernes", remarca Alcaraz.
La idea surgió el fin de semana previo a la declaración del Estado de Alarma, cuando esta vecina de Vila-real escuchó en la televisión que había escasez de mascarillas. "Empecé a coser para mis amistades pero se fue corriendo la voz, mis amigas se unieron, esto se fue haciendo más grande y acabé pidiendo ayuda al alcalde porque mi casa parecía un narcopiso de la cantidad de gente que venía a por su mascarilla", bromea.
José Benlloch atendió su llamada y le asignó la ayuda de Protección Civil. Todos los días, varios voluntarios recogen en su casa los paquetes con las mascarillas y las distribuyen en los domicilios señalados. La lista de destinos es larga: vecinos a título particular, media docena de farmacias, los niños con cáncer vinculados a la ONG Aspanion y sus familiares, el personal sanitario de cinco residencias de personas mayores e, incluso, agentes de la Guardia Civil. "La tienda Mantas Ana de Vila-real nos donó muchos metros de tela verde y negra que nos sirvió para confeccionar y entregar 45 mascarillas a los agentes del Cuartel de Almassora. Ahora estamos confeccionando 60 mascarillas más para la Policía Local de Burriana", añade Alcaraz.
La lista de espera supera las 200 piezas de tela y no para de aumentar. Solo la impulsora de esta iniciativa solidaria cose a diario en su casa un centenar de protectores faciales más los que confeccionan sus amigas, un grupo autodenominado en las redes sociales como Las chicas positivas. "La gente es muy solidaria. El otro día vino a por sus dos mascarillas una mujer autónoma que limpia escaleras y me regaló muchos metros de tela. El problema es conseguir las gomas porque la gente no tiene en casa", admite Alcaraz.