Opinión

Opinión

EN LA FRONTERA

Apalear a un chaval con parálisis cerebral

Publicado: 06/04/2025 ·06:00
Actualizado: 06/04/2025 · 06:00
Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

Todavía me encuentro noqueado por los hechos que ocurrieron el pasado 28 de marzo en el Instituto Torres Quevedo de Santander cuando cuatro adolescentes de entre 16 y 17 años vejaron y humillaron a un compañero con discapacidad severa ya que padece de parálisis cerebral. Las escenas, que han corrido como la pólvora por redes sociales (y que Ana Rosa Quintana difundió el otro día tan ricamente, según leo por ahí) son espeluznantes: los salvajes acaban estampándole una silla en la cabeza. Y al día siguientes asistieron tan ricamente a clase hasta que se descubrió el pastel ya que, chulos ellos, habían grabado las imágenes y la madre del chico tetrapléjico las vio en el teléfono móvil del mismo.

 

Debato con amigos (pioneros en la EGB y el BUP) si antes ocurrían este tipo de cosas. Ocurrían, sí, pero no tan a la bestia. Siempre ha habido distintos grados de mobbing... pero apalear a una persona con discapacidad no. Mientras nos devanamos los sesos con la última y tóxica ocurrencia de Donald Trump, mientras observamos (algunos con regocijo) la caída en desgracia de Marine Le Pen, mientras acaba de empezar el cirio para el reparto en la acogida de inmigrantes (nuestra Susana Camarero ya ha explicado con pelos y señales que va recurrir a los tribunales a no ser que el Gobierno se haga cargo del casi todo el coste, 23 millones), mientras los ultras le imponen a Carlos Mazón una bajada en el tope del impuesto de patrimonio sin que el PP lo hubiera contemplado en el pacto... un adolescente es transgredido de una manera bestial.

 

 

No puedo llegar más que a la conclusión de que estamos en una sociedad muy enferma. O un poco más enferma que antes. Otro chaval, de edad parecida  sufrió  por las mismas fechas que lo del chaval de Santander diez días consecutivos de agresiones físicas y sexuales: la Fiscalía de menores ya ha tomado cartas en el asunto. No sé si los docentes deberían tomar cartas en el asunto en vez de escaquearse o pedir en su defecto personal de apoyo. Tampoco sé si un chaval de 17 años, a punto de cumplir la mayoría de edad, tiene que tener un trato judicial especial: en el mejor de los casos los cambian de colegio e instituto; en el peor van a centros de menores donde salen peor de como habían entrado, si es que no les da por estrangular a una trabajadora social o educadora como ocurrió a principios de marzo en Badajoz en un piso tutelado. ¿Cárceles para menores a punto de cumplir la mayoría edad? No lo sé.

 

Por cierto, en ninguno de los casos citados participaron chavales de origen inmigrante. Me cabrea mucho tener que dar este dato porque la matización supone entrar al trapo de la ultraderecha, la misma que se frota las manos cada vez que detectan a un mena en un lío.

 

He citado estos casos muy significativos por recientes. Se podrían escribir varios tomos de casos de acoso para llegar a una conclusión: el mobbing es una pandemia al igual que la violencia de género. Y como tal debería ser tratado. Es un problema de Estado, es un problema del conjunto de la sociedad,  y es un problemón de las familias (antes que los docentes) que deseducan a su antojo. Hay excepciones. En el caso del chico parapléjico ni se dignaron a pedir disculpas a la familia. ¡Qué indecente! Un encubrimiento vil.

 

CODA 1: María Patiño y Belén Esteban han sido fichadas por la tele pública, TVE1, para revivir una especie de Sálvame. Entre otros colaboradores estarán Lydia Lozano y Kiko Matamoros. Yo creo que el ente no está para gastarse el dinero de todos los españoles en proporcionar opio al pueblo.  Menos mal que Marc Giró, que conduce uno de los programas nocturnos más divertidos de TVE1, con toques queer, desestimó una oferta para entrar en el citado nido viboresco. Todavía hay clases.

 

CODA 2: Los de Abascal, trumpistas fanáticos, se están haciendo la picha un lío con lo de los aranceles. Patriotas de pacotilla que abanderan, entre otras cosas la defensa de la agricultura: ¿Y el aceite de oliva? ¿Y el calzado y la cerámica de la nostra Comunitat? A la altura del betún. Están quedando.

 

 

Recibe toda la actualidad
Castellón Plaza

Recibe toda la actualidad de Castellón Plaza en tu correo

Cómo evitar conflictos en la herencia de la empresa
El mundo gira desbaratado