Cuando leí esa especie de decálogo de las condiciones que puso Vox para apoyar los Presupuestos de la Generalitat me encontré con lo que ya era previsible: el listado del miedo; de los horrores. Cebación contra los menores no acompañados, contra los migrantes sin regularizar, contra los chiringuitos feministas, contra las ONGs que trabajan en inmigración....No cabía esperar otra cosa. Lo que sí que me horrorizó, bastante, fue la primera reacción del jefe de Consell Carlos Mazón legitimando el discurso de la extrema derecha: "La Comuniad Valenciana tiene un problema con la inmigración ilegal; necesitamos acelerar con urgencia las expulsiones".
También me horrorizó, bastante también, la arremetida contra el "pacto verde" para intentar frenar el cambio climático: "Rechazamos y llamamos a la acción en su contra; va contra la esencia de nuestra economía". Lo que ya me encabronó del todo es que el PP nacional, Feijóo, va y sale al día siguiente pidiendo la eliminación del Pacto Verde Europeo que apoyaron en su día. Política líquida: de quita y pon. No sé si Mazón ha forzado al todo PP a virar si es que no estaban ya virados de por sí. Tampoco sé quien gana en este clima de promiscuidad entre la derecha y la extrema derecha aunque me huelo que quien va a sacar tajada electoral son los de Abascal, más aún en la Comunitat Valenciana con un president muy tocado por la dana: hundido en términos políticos. Esta misma semana, con cinco meses de retraso, recibía en el Palau de la Generalitat a un pequeño grupo de afectados por la riada, pidiendo disculpas. Cinco meses.
El pacto con Vox se ha tildado en este mismo periódico como "una humillación para sobrevivir maniatado por Vox" (Ximo Aguart). Pues sí. También un disparo para desviar la atención de lo suyo, Mazón, que se resume en casi 230 muertos que provocó el diluvio porque no se alertó a tiempo. Y los daños materiales que ya se han cifrado en casi 18.000 millones de euros.
En el borrador de los Presupuestos se le ha dado un hachazo a la Acadèmia Valenciana de la Llengua, otro a la promoción del valenciano además de la supresión de los 600.000 euros para Gaza a través de distintas organizaciones que según los ultras operan como agentes secretos del brazo armado de Hamas. Pero las áreas sociales que dirige la vicepresidenta Susana Camarero (Igualdad, Diversidad, ONGs) se quedan más o menos como estaban. Un respiro momentáneo a la espera de las enmiendas que presenten los ultras.

- Ruth Merino, Francisco José Gan Pampols y Carlos Mazón -
- Foto: BIEL ALIÑO/EFE
Otra cosa que me preocupa, y mucho, es la actitud de los socialistas, Diana Morant, Pilar Berrnabé, quién sabe si José María Ángel, que solo tienen un empeño: enmerdar todo lo ya enmerdado por la dana. De ahí el sonoro plantón a la presentación del diagnóstico del vicepresidente Gan Pampols sobre los daños de la dana, cifrados en casi 18.000 millones.
Y tragar, que es lo que hace Pedro Sánchez, con todo lo que sea necesario para tener contentos a los de Junts. Está previsto que Cataluña reciba 20 menores migrantes no acompañados de los 4.000 que se apiñan en Canarias (más un centenar en Ceuta). Y se atreve a sugerir Junts que a Madrid vayan 700. Las previsiones para la Comunitat Valenciana son de 481 por mucho que brame ahora Mazón. Falta que se apruebe la reforma de un punto de la Ley de Extranjería para consumir el reparto que el PP no comparte aunque matiza que acatará la ley.
Mientras en Alemania se gesta un pacto entre democristianos (vencedores de las últimas elecciones) y socialistas, todo con el fin de aislar a los neo-fascistas de Alternativa para Alemania, en España lo que se gesta es un cirio diario, o varios, entre los dos partidos mayoritarios. El PP pone pegas hasta en el plan de rearme de la Unión Europea para frenar a Putin y aminorar la dependencia de los EEUU de Trump, Pedro Sánchez está más solo que la una ya que sus socios parlamentarios (y de Gobierno) están en contra. Al presidente del Gobierno no le gusta la palabra Rearme (a Meloni tampoco), prefiera el eufemismo de "defensa": cogiéndosela con papel de fumar,
Llevo un tiempo pesando que Feijóo, desnortado e indeciso, y Sánchez (sectario y acorralado ahora por una corrupción obscena) harían bien en irse a su casa y posibilitar un relevo en el PP y en el PSOE para recomponer este puzzle insufrible. Y dar paso a gente sabia, con una cuota de personas experimentadas, como reclamaba hace días Manuel Carmena en un artículo en El País: nada de niñatos con hiper-dependencia de sus jefes, "sí bowana" y con hiper-dependencia de la política como modo de vida. Necesitamos gente con cierto currículum y altura de miras. Elecciones anticipadas y una pequeña/gran revolución entre los aspirantes, penalizando al máximo la mediocridad. Un sueño. Y pagarle a Puigdemont una larga estancia en las islas Mauricio, que disfrute el hombre un poco de la vida.