CASTELLÓ. En 2005, la historiadora Assumpta Roura, en su libro Un inmenso prostíbulo, nos aportó un relato estremecedor sobre la dura vida de muchas mujeres de la posguerra civil española, que, perdedoras de la contienda, entraron en el mundo de la prostitución como recurso desesperado ante la miseria. El fascismo vencedor en la Guerra Civil posibilitó esa situación ante la falta de perspectivas de vida de mujeres sin oficio ni beneficio, a través de un reglamento aprobado en 1941.

No hay duda de que el tema de la prostitución femenina, una cuestión relevante en la sociedad, ha sido un tema tabú. El primer historiador castellonense de época contemporánea que aportó datos sobre el tema fue Manuel Martí, en 1989. Pero ha habido que esperar al siglo XXI para aproximarnos a una valoración general. La investigadora Àngels Collado, natural de Badalona pero residente en Borriana desde hace décadas, es la autora que ha aportado luz sobre este tema en el ámbito provincial. En 2011 publicó Rescatadas del fondo del archivo, un estudio sobre el Registro general de la prostitución, un documento con fichas de mujeres de 1927 a 1936, conservado en Borriana. Ahora nos presenta un análisis general de la cuestión titulado La media naranja de pago. Historia de la prostitución femenina en la provincia de Castelló (1920-1960), editado por la Universitat Jaume I, en la Biblioteca de les Aules.

La prostitución no constituía un delito, en el sentido jurídico, y la actividad se ejercía entre la tolerancia, en casas de mancebía pública, y la clandestinidad. Sin embargo el comercio carnal femenino se solía asociar a una especial «criminalidad». En Castelló tenemos un ejemplo de este vínculo. El barrio considerado como zona de prostitución, entre la Ronda Millars y la calle República Argentina, fue conocido en valenciano con el topónimo de «raval de la Punyalà», por un crimen cometido en un taberna. Cabe destacar que la profesora Collado, en su nueva obra, narra la pequeña historia del cabaret de la calle Ingeniero Ballester, inaugurado en 1922 y transformado en 1924 en el music-hall Royalty, presentado como un local a la moda inglesa. Disponía de salón de baile, escenario para actuaciones, barra y restaurante.  

Igualmente el libro presenta un panorama de los prostíbulos de Borriana de antes de la Guerra Civil, donde al menos 318 pupilas ejercieron como prostitutas –según consta en el registro–. Es significativo señalar que sólo tres de ellas salieron de esa actividad gracias a matrimonios con ciudadanos de la localidad, lo que significa un porcentaje muy minoritario. Las mujeres prostituidas y las amas o gerentes de las mancebías constituyeron, pues, un sector marginado de la población; malvivían sumidas en la explotación sexual y en la casi imposibilidad de ascenso o cambio en la escala social.

Hay que destacar la abundancia de gráficos con que Àngels Collado presenta múltiples aspectos del tema, tanto sobre las mujeres (origen geográfico o nacionalidad, años en el comercio sexual, edad de inicio en la actividad, estado civil, nivel cultural), como sobre los locales, con mapas de los prostíbulos en Castelló y Borriana, y información de las etapas de existencia.

Además, se aportan datos sobre la prostitución en poblaciones como Almassora, Benicarló, Nules, Onda, Segorbe, Soneja, Vila-real y Vinaròs. Este estudio se vincula con la actualmente denominada como microhistoria. La perspectiva de la obra relaciona la prostitución con la historia de las mujeres, un panorama en construcción en la época actual, y aporta también datos y consideraciones a otras ciencias sociales, como la antropología y la sociología. El mérito de Ángels Collado ha convertido a La media naranja de pago en una obra de referencia imprescindible sobre el tema, en el ámbito provincial castellonense.