CASTELLÓ. El sector azulejero castellonense está en constante reinvención. Y no solo las grandes corporaciones, referentes en todo el mundo, trabajan en este sentido. Compañías más modestas también realizan movimientos para consolidar, o encontrar, su espacio en el entramado cerámico español... e internacional.
Un ejemplo es Cerámicas Mimas. La firma, constituida el 12 de marzo de 1997 en l'Alcora, ha dado en los últimos años, y especialmente en este, un vuelco a su actividad. Fue a raíz de la compra de la factoría de Esmalterra en noviembre de 2011 cuando dio su primer salto, que impulsó tras hacerse, diez años después, con Hispano Azul, inmerso en un concurso de acreedores derivado de la crisis económica que afectó especialmente al mercado interno, en el que estaba centrado.
Y en este año ha repetido la operación, más modesta eso sí, con la adquisición de Albaidar. El pequeño fabricante radicado en el apeadero de Onda también se encontraba en concurso de acreedores desde mayo de 2018, cuando cerró con 2 millones de facturación y prácticamente 800.000 euros en pérdidas. Este mismo año Cerámicas Mimas se ha hecho con los activos y la marca de la firma, que estaba presente en 65 países.
Pero este no es el único movimiento que en este 2020 ha realizado la compañía propiedad de Mohammad Khair Alsaqqa. El Boletín Oficial del Registro Mercantil recoge cómo el pasado 9 de noviembre entró en funcionamiento Samim Tiles Spain SL. La firma, dedicada a "la comercialización de material cerámico de todo tipo", tal y como recoge el Borme, tiene a Cerámicas Mimas como su socio único y a Alsaqqa como su único administrador.
Para poner en funcionamiento la comercializadora, el empresario sirio, afincado en Castellón desde hace décadas, le ha inyectado 10 millones de euros. En este movimiento ha tenido mucho que ver la reciente venta de la factoría de Cerámicas Mimas a Pamesa, que a su vez la ha arrendado a Bestile, con la que mantiene estrechos vínculos.
Sin duda, toda una vuelta de tuerca a una compañía que ya venía experimentando cambios en los últimos años tras los problemas para exportar a Arabia Saudí, que era su principal mercado. Esto lo había suplido con un crecimiento en el segmento nacional, hasta el punto de convertirse en prácticamente la mitad de su facturación, que en 2018 fue de 31 millones de euros. Y ahora llega una nueva mutación.