CASTELLÓN. Ciudadanos (Cs) se ha marcado un objetivo claro de cara a las próximas elecciones: ampliar al máximo su presencia municipal y conquistar así terreno en la Diputación de Castellón, el último bastión del Partido Popular. De momento, los números les acompañan: hasta septiembre han alcanzado los 1.762 inscritos, entre afiliados y simpatizantes, lo que supone "casi triplicar" la cifra de militantes que tenían en 2015, según la secretaria de Organización, Sandra Julià.
Son conscientes de la dificultad que entraña la implantación, especialmente en los pueblos pequeños, donde el bipartidismo se reparte el pastel electoral. Sin embargo, sus esfuerzos van dirigidos a buscar grupos de trabajo en todos los municipios y, a partir de ahí, ir consolidando agrupaciones para presentar candidaturas. Las últimas que ha anunciado el partido son las de l'Alcora y les Alqueries, pero en las próximas semanas tienen previsto abrir más agrupaciones. Se calcula que con la estructura actual de Cs se cubre más del 75% del territorio castellonense.
"En 2015 éramos muy pocos los que creíamos en este proyecto, fueron unas municipales muy duras, y ahora esta cifra es un sueño", admite la responsable de organización del partido. Las encuestas les son muy favorables y buena parte de ese crecimiento prometido se sustenta sobre el tirón de Cs a nivel estatal. Albert Rivera sigue siendo la cara en la que todo el mundo piensa cuando se habla de Ciudadanos, pues los representantes a nivel local, sin experiencia y a menudo sin el empaque político necesario, han tenido una proyección más bien modesta.
Además, la desbandada de numerosos miembros que no vieron cumplidas sus expectativas tras los últimos comicios dejó en evidencia la fragilidad del partido. Un punto débil que ahora se esmeran en subsanar reforzando la implicación de los simpatizantes. "Modificamos los estatutos y el funcionamiento interno ha cambiado mucho [...], lo que nos interesa no es tener muchos afiliados, sino que sean parte activa del proyecto", señala Julià.
La creciente implantación en los municipios debería desembocar en una mayor presencia en la Diputación de Castellón. Así lo espera la portavoz de Cs en la corporación provincial, Cristina Fernández, quien augura para su formación un papel imprescindible en el gobierno de la institución supramunicipal. "Las mayorías absolutas han acabado", subraya en referencia al PP, acostumbrado a regir a sus anchas en la Diputación.
Pese a que en el ideario del partido naranja está la abolición de las instituciones provinciales, son conscientes de su importancia como centro de poder y sus aspiraciones pasan por ganar terreno al PP. En la actualidad, Cs tiene dos representantes en la Diputación, ambas procedentes de la Plana Alta, pero confían en ampliar presencia y convertirse, como mínimo, en llave de gobierno.