CASTELLÓ (EFE). La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a cinco años y nueve meses de prisión a un exvicepresidente de la delegación de Castellón de la Federación Valenciana de Tiro Olímpico ya que durante el año 2014 almacenó más pólvora de la legalmente permitida y falseó la venta de cartuchos.
El tribunal le considera autor de un delito continuado de falsedad en documento oficial y de un delito de tenencia o depósito de sustancias o aparatos explosivos, inflamables o asfixiantes y le impone también una multa de 1.800 euros.
El acusado era el responsable de la custodia y el control de los cartuchos y de la pólvora que compraba la delegación castellonense de la Federación Valenciana de Tiro Olímpico para distribuir posteriormente entre los tiradores con licencia.
Según relata la sentencia hecha pública por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, durante el año 2014 el hombre incumplió las normas para la compra, transporte, custodia y venta del material, realizó anotaciones falsas en el libro de registro y simuló diversas ventas de cartuchos a personas federadas que realmente no los habían adquirido.
Además, almacenó cantidades de pólvora y pistones superiores a las que permite la ley y durante el registro de su domicilio en Castellón fueron localizados más de 10.500 gramos de pólvora, mientras que en una sede de la Federación, situada en el Grao de Castellón, fueron intervenidos 700 cartuchos de punta hueca, munición que no se usa para el deporte de tiro y para cuya compra no estaba autorizada la entidad federativa.
Durante el juicio, celebrado el pasado mes de marzo, el acusado dijo que estaría "mareado" o se "habría equivocado" al vender munición a desconocidos con datos falsos de media docena de personas que en ningún caso pagaron ni recibieron.
"Confundiría los números" porque "tomaba medicación y estaba mal de la vista y mareado", contestó al ser preguntado sobre si hizo registros no veraces -con nombres y DNI de hasta seis personas diferentes- en los libros simulando ventas de cartuchería que no se habían llevado a cabo.
El hombre no negó haber almacenado en su casa la pólvora pero justificó su origen en que hacía 30 años que era tirador y fue dueño de una armería, y que por eso había acumulado esa cantidad de material explosivo.
La Fiscalía pedía inicialmente para él ocho años y medio de prisión por un delito continuado de falsedad y por un delito de tenencia o depósito de sustancias o aparatos explosivos.
