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Entrevista a Francisco Zamora, presidente de La Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (Fevec)

"Con los Next Generation habrá mucho trabajo en la construcción, pero falta mano de obra"

9/01/2023 - 

VALÈNCIA. La Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (Fevec) reelegía hace unas semanas a Francisco Zamora como presidente en su Asamblea General Ordinaria. Un nombramiento para afianzar el trabajo y afrontar nuevos retos ante la actual coyuntura económica. Y más para un sector que en estos últimos años ha tenido que hacer frente a varias dificultades como la falta de suministro, encarecimiento de los materiales y el coste de la energía. 

No obstante, Zamora tiene claro que "no habrá recesión" en la construcción, por la llegada de los fondos europeos Next Generation, aunque sí prevé cierta ralentización en los proyectos de obra nueva de vivienda. Eso sí, reclama a la Administración una mayor sensibilización y una revisión de precios a través de un nuevo decreto para evitar que los proyectos de obra pública queden desiertos y la quiebra de empresas. 

"Estamos pidiendo a la Administración que las licitaciones salgan con precios de mercado o, de lo contrario, va a ser imposible ejecutarlas", remarca. Además, el también presidente de la Fundación Laboral de la Construcción pide más apoyo para la Formación Profesional para un sector con graves carencias de mano de obra, pese a que defiende que la construcción cada vez está más mecanizada y cuenta con "salarios dignos". De hecho, Zamora, desliza que el uso de prefabricados y la industrialización de los sistemas constructivos son el futuro y en cinco años será ya una realidad en gran parte de las nuevas edificaciones. 

Foto: EDUARDO MANZANA

-Hace unas semanas fue reelegido presidente de Fevec, ¿qué balance hace de estos años? 

-Este último periodo ha sido complicado. Empezamos con la pandemia, que fue una época en la que tuvimos que reinventar el sector porque teníamos que trabajar en situaciones complicadas con distancia, mascarillas y hubo dificultades en el transporte con una pequeña bajada de producción. No obstante, tuvimos la suerte de que no hubo un cierre total, sino que pudimos mantenernos. Esperábamos que con el fin de la crisis sanitaria todo funcionaría, pero nos ha venido la guerra de Putin que ha producido un incremento de los costes de las materias primas que ha provocado que el sector se resintiera con empresas que han tenido que abandonar obras e incluso hacer suspensión de pagos. Por tanto, este último año las dificultades han sido importantes. Tenemos la esperanza en los fondos Next Generation, ya que se habla de que cada cien euros invertidos va a estar el sector implicado en el desarrollo de proyectos, pero vamos a ver.  

¿Cuál es la nueva hoja de ruta que se ha marcado?

-Queremos seguir informando de la importancia que tiene la construcción. Muchas veces pensamos en nuevas tecnologías y en otras industrias de futuro, pero nosotros somos pasado y futuro. Si nos ponemos a pensar, la construcción está en todo el ámbito de la sociedad: carreteras, ferrocarril, puertos, aeropuertos, pero también a nivel social en hospitales, colegios, viviendas... La construcción es la locomotora de la economía de un país porque sin ella está abocado a paralizarse. Somos la industria de las industrias porque cuando la construcción se mueve, toda la industria va de la mano.

-¿Cómo está resistiendo el sector la actual coyuntura económica?

-Estamos esperando a cómo se van a desarrollar los proyectos y se van licitando los precios de las obras. Tenemos también el hándicap de que la subida de los tipos de interés para la vivienda afecta porque las hipotecas suben y ello provoca que la gente no pueda comprar. De alguna forma, esperamos que la Administración sea sensible a estos ámbitos para poder seguir avanzando como sociedad. 

-¿Cuáles son las mayores dificultades para las empresas en estos momentos?

-Están sufriendo sobre todo las pymes porque las grandes compañías tienen mercados en el exterior. A nivel mundial, las empresas españolas están muy bien ubicadas y clasificadas y en todos los países estamos haciendo obras. Eso es señal de que tanto nuestros técnicos están preparados como todas las técnicas que utilizamos. Pero las pymes lo pasan peor porque en cuanto una obra no sale bien se puede llevar al traste a la empresa, mientras que las grandes pueden compensarlo y salvarlo.

-De prolongarse esta situación, ¿pasará como en la anterior crisis económica de 2008 que muchas compañías se quedaron por el camino o ahora hay más músculo financiero?

-En el 2008, la crisis fue distinta porque fue financiera, aunque puso en el ojo del huracán a la construcción como los causantes y no era así. Es verdad que por parte de las entidades financieras daban más de lo que realmente valía un piso y cuando eso salió a la luz vino lo que vino y nos perjudicó mucho. Mientras a los bancos se les dio casi 70.000 millones de euros a la construcción nos cerraron las puertas las entidades financieras y todos los créditos que estaban en marcha no hubo posibilidad de alargarlos en el tiempo y colapsó. Sin embargo, en este momento las empresas están más preparadas y los riesgos que tienen son controlados. 

-¿Cree que vamos a una recesión económica como algunos vaticinan?

-Creo que en nuestro sector no hrabrá recesión porque afortunadamente con los New Generation habrá mucho trabajo. Si hay recesión o problemas será porque no hay mano de obra suficiente. 

Foto: EDUARDO MANZANA

-Uno de los principales problemas a los que ha tenido que hacer frente la construcción ha sido el alza de las materias primas. ¿Cuánto han sido subido de media y cómo ha afectado a los proyectos?

-La media de subida por obra está entre un 20% y un 30%. Son costes muy importantes. En algunos casos se ha podido aguantar terminando la obra sin beneficios, pero cuando empiezas desde el inicio es todo el proceso y muchas no se han empezado. Para el año que viene ya anuncian nuevas subidas, por lo que estamos pidiendo a la Administración que las licitaciones salgan con precios de mercado o, de lo contrario, va a ser imposible ejecutarlas.

-De hecho, muchas obras públicas han quedado desiertas. ¿Tiene una estimación de cuántas se han quedado sin ejecutar en la Comunitat Valenciana?

-Se habla de que hay unos 1.500 proyectos paralizados a nivel nacional. Si consideramos que la Comunitat Valenciana representamos un 10% del total, serían unas 150 obras.

-El Gobierno aprobó dos decretos de revisión de precios de los contratos públicos para adaptarlos a las subidas. ¿Se ha conseguido corregir la situación?  

-No se está corrigiendo nada porque con la primera revisión de precios se utilizó una fórmula que solo incluía determinados materiales, pero mucho quedaban fuera y también la energía. Se amplió a seis materiales más en un segundo decreto, pero tampoco fue suficiente. Ahora se habla de que habrá un tercer decreto escoba que va a barrer todo lo anterior porque muchas licitaciones siguen siendo inviables. Estamos trabajando en ello y no sé si las futuras elecciones de alguna forma harán que se den cuenta los políticos que hay que cuidar este tema y adaptar los precios.

Además, esta situación va a provocar una judicialización de esos contratos porque el artículo 21 de la Ley de Contratos dice que no se puede trabajar por debajo del precio porque se produciría un enriquecimiento ilícito por parte de la Administración porque estaría comprando por debajo del mercado. Esta situación provoca que haya algunas empresas que se están empezando a plantear juicios en ese sentido reclamando a la Administración. Por tanto, si no se hace una nueva revisión en el corto plazo está situación acabará en los juzgados. 

-¿Tiene constancia de alguna empresa valenciana que se lo esté planteando?

-Esa información no nos la facilitan las empresas. Ellos directamente lo hablan con sus asesores. 

-¿Cree entonces que ha habido una falta de sensibilización de la Administración hacia la construcción?

-Creo que sí. La Administración lo que dice es que ellos tienen unos presupuestos anuales con una valoración y esos incrementos no están incluidos. Pero les hemos dicho que tendrían que hacer una partida extraordinaria y utilizarla este año como previsión e incluirla el año que viene y pagarla. Si nos reconocieran esos incrementos, la gente podría ir a una entidad financiera y pedir que le dejaran el dinero hasta que le pague la Administración. Incluso a través del ICO dar préstamos a bajo tipo para seguir acometiendo obras... Fórmulas hay, ganas no. 

Foto: EDUARDO MANZANA

-En inversiones del Estado en obra pública, la Comunitat se mantenía en mínimos, situándose a la cola respecto a otras autonomías. ¿Cree que se va a revertir esta situación?

-Cuando tengamos una financiación autonómica justa se lo diré. De momento, la estamos reclamando desde todos los sectores, incluso algunos políticos, pero en Madrid nos tienen como el 'Levante feliz' y aquí no nos hacen ni caso.

-A nivel residencial, ¿la subida de los tipos de interés provocará una ralentización en la puesta en marcha de nuevas promociones de vivienda?

-En este tema se han juntado dos cosas. Por un lado, la subida de los tipos de interés que ha provocado que haya retracción en la compra y, por tanto, las promotoras paran y esperan a que se estabilice el mercado financiero para ver a dónde va y cómo lo pueden manejar. Y, por otro, las materias primas afectan a la construcción porque los precios se estaban disparando. Hasta ahora, las empresas asumían ese sobrecoste a cambio de no tener beneficios, pero ya no están dispuestas a seguir así. De hecho, sí que habrá un parón en el tema de la vivienda pese a la falta de oferta que hay. 

-Ha hablado de los fondos europeos como la 'salvación' para mantener la actividad en el sector. ¿Se están ejecutando? ¿Están llegando a las empresas?

-Están llegando a la Administración para que haga proyectos. Están empezando a licitarse este año algunos, pero muy pocos, por lo que esperamos que el año que viene vayan saliendo. La rehabilitación y la regeneración urbana son dos ámbitos con ayudas para mejorar la eficiencia de los edificios y ahí podemos estar, pero hace falta mucha mano de obra de albañiles y gente especializada. 

-Precisamente uno de los principales problemas del sector es la falta de mano de obra. ¿Qué está pasando? 

-Hace falta que se incorporen jóvenes y la mujer a un sector que no es como hace veinte años, en donde todo era a base de esfuerzo. Hoy en día está todo muy mecanizado, con lo cual la mujer se puede incorporar. Estamos dando muchos cursos para desarrollar maquinaria de la construcción como carretillas, grúas, cursos de pintura o alicatados. Hay muchos trabajos que no son duros. Queremos que la mujer se dé cuenta que es mucho más pesado estar haciendo camas en un hotel o limpiando que trabajando en la construcción, en donde tiene un horario normal con el fin de semana libre. Tenemos un convenio adaptado al mercado económico y, de hecho, hemos firmado un convenio con un incremento salarial del 10% en cuatro años.

¿Cuántos trabajadores necesita la construcción en la Comunitat Valenciana?

-Se hizo una estimación a nivel nacional de que harían falta unos 700.000 puestos de trabajo. Si la Comunitat Valenciana representamos el 10%, aquí harían falta unas 70.000 personas. 

-¿Por qué falta tanto personal? ¿Cómo se hace más atractivo el sector?

-Creo que la gente sigue pensando que la construcción es un trabajo sucio y hoy en día está muy mecanizada y con unos salarios dignos. No entiendo cómo en este país hay tres millones de parados y hace falta personal en la hostelería, la construcción o en el transporte. Es un tema de mentalidad. La gente se tiene que dar cuenta que todos no van a ser ingenieros, médicos, ni arquitectos y que es necesario profesionales en actividades donde hacen falta. No entiendo que se dé a un chaval 400 euros anuales para irse a jugar a las maquinitas y que no haya ayudas a las empresas para que haya una compensación por el tema de formación y que el que esté trabajando desde el primer día tenga un trabajo digno y no sea costoso para la empresa. Además, falta sensibilidad de la Administración por potenciar la Formación Profesional (FP). 

Foto: EDUARDO MANZANA

-En algunas construcciones ya se están utilizando los prefabricados. ¿Es la industrialización una alternativa de futuro que sustituirá al proceso constructivo actual?

-Uno de los futuros de la construcción es la industrialización de determinadas fases del proceso de construcción. Estamos empezando aún y es pronto. La industrialización, la eficiencia energética de los edificios, la economía circular... Tenemos unos retos magníficos de futuro porque la construcción se ha ido adaptando a los tiempos y la industrialización va a ser uno de ellos. Ya se está haciendo en cocinas y baños que se construyen en naves industriales y se montan in situ. Eso se va a potenciar más, pero las inversiones son muy fuertes y falta formación en esos trabajos y ver qué materiales utilizar. Por ahora, se está haciendo mucho en unifamiliares porque es más fácil que en altura. Se está trabajando y creo que en el plazo de cinco años tendremos el 40% de los edificios con prefabricados.

-¿Qué perspectivas tiene de cara al próximo año?

-Recesión creo que no vamos a tener y esperamos que la Administración sea consciente de las dificultades que hay. Al final, los fondos europeos o se hacen o los perdemos porque hay unos plazos que hay que cumplir y si en lugar de hacer 1000 obras hacemos 700 bienvenidas sean, pero las tenemos que hacer, con unos precios adecuados y dando la calidad que merecen las construcciones.

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