tribuna libre / OPINIÓN

Consideraciones en torno al Museo de la Guerra Civil de Teruel

14/02/2023 - 

Ante las recientes polémicas sobre el contenido del proyecto del Museo de la Guerra Civil en Teruel, y en la medida que fuimos algunos de los promotores y posibles ejecutores de la idea, nos parece necesario realizar algunas puntualizaciones:

-En primer lugar, constatar una evidencia: 86 años después del inicio de la Guerra Civil española hemos sido incapaces de construir un auténtico museo nacional sobre el conflicto bélico y social, a pesar de seguir muy presente en la mente de muchos españoles que continúa dividiendo a hijos, nietos y biznietos de los que en ella intervinieron. Sabemos que las guerras civiles tardan mucho en cicatrizar, como ocurre por ejemplo en EEUU, donde aún supuran las heridas abiertas de la Guerra de Secesión (1861-65) y, pese a todo, han construido varios museos sobre aquel enfrentamiento.

-En segundo lugar, en España los únicos memoriales que se erigieron fueron los de los vencedores, que permanecieron en pie incluso años después de finalizar la dictadura franquista. Actualmente ya existen lápidas y pequeños equipamientos dedicados a los vencidos. Pero aquí no nos referimos a eso ni tampoco a algún museo de índole militar, fundamentalmente de material bélico, que se erige en testigo del conflicto. Pretendíamos la construcción de un auténtico Museo Nacional de la Guerra de España que abarcara todos los aspectos de la misma.

-En tercer lugar, debemos remontarnos a cómo se gestó la idea. El malogrado historiador Gabriel Cardona, militar, cofundador de la UMD en 1974 e investigador de temas militares, acudió a la Universidad de Barcelona a proponer un proyecto. Según él debía construirse en Teruel un museo de la guerra porque esa ciudad había sido en medio del conflicto martirizada primero por uno de los bandos y luego por el otro, lo que no había ocurrido en ninguna otra capital de provincia. Teruel permitía, así, dar una visión civil de la guerra, no exclusivamente militar: frentes de batalla, ejércitos, generales y duelos de trincheras. Se planteaba un museo casi antropológico del conflicto, con las ideologías en pugna, el papel de las mujeres, el auge de la propaganda, la situación del campesinado y de los obreros industriales, la actuación de las milicias, el sufrimiento de las poblaciones bombardeadas, el hambre, el desabastecimiento, el hundimiento de la producción y más temas que, a la vista de las guerras recientes, cobran ahora su máximo dramatismo. En España se ensayaron por primera vez masacres contra la población civil, hubo actos de barbarie por ambos bandos que sorprendieron a Europa y al mundo.

Convencidos de que era un proyecto necesario nos dirigimos, en 2009-2010, al gobierno de Aragón para exponérselo y fue bien acogido por el ejecutivo de entonces. Nos encargaron un anteproyecto museográfico, aunque entonces no sabían todavía en qué lugar de Teruel se podría ubicar. Desde el principio nuestra idea era que se reuniese un amplio comité científico que validara el discurso museológico y museográfico. Se requería el concurso de especialistas en el tema -turolenses, nacionales e internacionales-, ya que no resulta fácil explicar museográficamente una guerra que tiene muchas facetas. Se encargaría de coordinar a los especialistas Javier Paniagua, quien se reunió con algunos consejeros y directores generales, a la espera de ser nombrado oficialmente un cargo similar al de Comisario.

Hasta 2018 no se volvió a retomar el tema. El proyecto museístico ya había sido esbozado y presentado, solo faltaba reunir la comisión de expertos y coordinarlo con el diseño arquitectónico, es decir dónde construir el museo y qué forma debía darse a ese complejo cultural. Parecía que todo se iba encarrilando tras reuniones de trabajo, a partir de un esquema previo que se repartió entre los asistentes, conversaciones telefónicas, visitas al solar donde se pretendía ubicar, encargo del proyecto arquitectónico a BCQ -con experiencia en intervenciones para conjuntos culturales-, reuniones con la prensa, declaraciones…

Además, el profesor Paniagua presentó una ponencia sobre el posible futuro museo en el Congreso sobre Museos celebrado en Estella (Revista de Museología, nº77, 2020, págs. 98-113).

Tras las elecciones de 2019, hubo diversas reuniones en Teruel y se ratificó tanto las ideas del proyecto de museo como el papel del Dr. Javier Paniagua y del museólogo Joan Santacana.

Proyecto arquitectónico del Museo de la Guerra Civil, en Teruel. Imagen: BCQ ARQUITECTES

Con todo, la Comisión de Expertos en los estudios de la Guerra Civil no se formó, ni tampoco el imprescindible guion museológico, solo se presentó un esquema de trabajo con un número de personas reunidas en el Archivo de Teruel que debían trabajar sobre los contenidos historiográficos para que la Comisión de Expertos los analizara, aceptara o rectificara, pero no tuvo continuidad porque no volvió a reunirse. Además, las obras se licitaron con un nuevo edificio que difería del primer proyecto presentado. No obstante, estuvimos dispuestos a adaptarnos al nuevo planteamiento, siempre que se mantuvieran los criterios museográficos, y así se explicitó en las dos reuniones celebradas en Teruel en los primeros meses de 2022 con los directivos de la Consejería de Cultura y Educación de Aragón. Pero desde entonces ya no hubo más contacto, ni telefónicos, videoconferencias o escritos.

Manifestamos que desconocemos en qué términos se desarrolla actualmente el proyecto. El nuestro iba en la línea del Museo de Historia de Alemania, en Berlín. Tuvieron que superar muchas dificultades para realizarlo en un país que antes de la unificación tenía dos museos de signo contrario. Entendieron que era necesario construir uno solo para todos los alemanes a fin de que ayudase a comprender qué, cómo y por qué sucedió lo que sucedió.

El resultado final fue el esfuerzo del trabajo de historiadores, arquitectos, museógrafos, documentalistas, militares… y actualmente es un museo dinámico, que renueva sus exposiciones para reflejar la Alemania de hoy, que ha sabido enfrentarse a los fantasmas de su pasado y proporcionar una buena lección para todos los europeos.

En estas circunstancias y habida cuenta de lo sucedido hasta ahora, tenemos dudas de que el futuro museo de Teruel sirva para enfrentarnos a un pasado que ha condicionado, y todavía lo hace, a la sociedad española. Por todo lo dicho nos sentimos desligados de las acciones realizadas sin conocimientos de las mismas, y de las polémicas que están apareciendo, y en ningún caso queremos entrar en un debate ideológico. Nuestro objetivo era, y sigue siéndolo, que el museo sea un elemento de compresión de aquella tragedia en todas sus dimensiones y sirva de reflexión y superación de la Guerra Civil española.

Joan Santacana es profesor de universidad y museólogo

Javier Paniagua es profesor de universidad de Historia Social

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