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Crece la amenaza de la vía judicial

24/06/2022 - 

VALÈNCIA. El aperturismo con el que Sean Bai, nuevo director general del Valencia CF, está tratando de cicatrizar las heridas abiertas por el anterior presidente Anil Murthy, se da de bruces contra la falta de fiabilidad de todas y cada una de las promesas que realizó, sin cumplir ninguna, el máximo accionista del club, Peter Lim. Al fin y al cabo, Lim es su patrón, como lo era de Murthy.

La gran promesa incumplida de Lim, entre todos los debes que acumula desde que accedió al gobierno del club, es el nuevo estadio. La crispación que Murthy instaló en el club y en la ciudad, y el rechazo de Lim a retomar las obras del campo de la avenida de Cortes Valencianas, envuelven de recelo cualquier movimiento de Meriton Holdings.

La rueda de prensa que los responsables del Valencia CF ofrecieron el jueves para explicar los pormenores del estadio y la reacción de la concejalía de Urbanismo, dos horas después, dibuja un panorama sombrío respecto al estadio. La caducidad de la ATE, innegociable para las autoridades políticas choca con la postura del club, que defiende que el proyecto presentado ayer está dentro de los plazos antes de la extinción de esta figura urbanística. 

La situación apunta a resolverse en los tribunales tal y como deslizó Sean Bai. "Desde la parte del club no queremos judicializar el proceso. Hasta ahora siempre hemos querido ir de la mano de las autoridades. El club tiene que defender sus intereses, pero si a pesar de nuestra voluntad de llegar a un acuerdo, presentando un proyecto creíble desde el plano técnico y financiero, la Generalitat decidiera caducar la ATE esto nos parecería desproporcionado e injustificado", razonó.

"La ATE no está caducada. Todavía no ha finalizado. Hemos presentado una documentación que cumple con la ATE y no se puede dar por caducada hasta que no se pronuncien sobre esta última documentación", agregó.

En la misma línea se expresó Inma Ibáñez, directora financiera: "Tenemos 80 millones de CVC, interesados en comprar el terciario. Vamos a poner en venta el edificio de oficinas y rematamos. Y hay entidades financieras que nos pueden dar el diferencial. Por lo tanto, me parecía una aberración que esta se tumbara. Quién puede tener interés en que no se acabe el estadio. No me entra en la cabeza".

Christian Schneider, director de operaciones del Valencia CF, indicó, respecto a la ATE,  "que el convenio es de 2004 y las obras comenzaron en 2007. La diferencia es que abrimos con 49.000 porque es la demanda actual. Si el ayuntamiento tiene un gran evento y necesita de 70.000, a esa capacidad se puede llegar. El coste adicional de subir de 49.000 a 70.000 es de 6 u 8 millones de euros. Estamos abiertos a negociar con las autoridades y 20.000 asientos no deben ser el problema para que se bloquee la construcción del estadio. Las líneas rojas son negociaciones".

La reacción de Urbanismo, en una nota a los medios de comunicación, no se hizo esperar y el mensaje volvió a repetirse: "La ATE va a caducarse. Ya hay un incumplimiento y es lo que legalmente hay que hacer como acredita la abogacía de la Generalitat. No se va a ganar tiempo con nuevas imágenes o vídeos. Sin ATE, las condiciones urbanísticas y sus beneficios sólo podrán mantenerse si cumplen los compromisos del estadio".

La concejalía anticipó que van a tumbar lo que acababa de presentar el club desde el cemento desnudo del nuevo estadio: "A falta de estudiar la documentación y por lo que conocemos. Lo que han presentado es en lo esencial lo mismo que ya presentaron y por lo que tanto urbanismo, como el IVF emitimos informes en contra. Por lo que no cumpliría con sus obligaciones".

El pasado 5 de abril el club envió a la  Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad sus alegaciones contra la decisión del Consell de iniciar el expediente de caducidad anticipada de la ATE de Mestalla. En su escrito, el Valencia exponía su "mas firme oposición" a la decisión de la Generalitat, con una rotundidad que acercaba la causa a los tribunales de justicia en el caso de que la administración no atienda al requerimiento del club o bien no se llegue a un pacto global sobre la finalización del estadio.

En sus alegaciones, el club sostenía que tenía, como ahora, la firme voluntad, pero también la capacidad económica y técnica de cumplir sus compromisos con la ATE e insistía como hizo en ese escrito, en pedir una reordenación y una ampliación de los plazos de la ATE. La denegación de ese extra de cinco años por parte de la Conselleria de Economía ya está en los tribunales.

El Consell decidió el pasado mes de noviembre iniciar la caducidad anticipada de la ATE alegando incumplimientos del Valencia como promotor, pero le dio al club un plazo de noventa días hábiles para presentar un proyecto solvente y creíble para finalizar el estadio aprovechando la inyección de fondos que iba a recibir en virtud del acuerdo entre LaLiga y el fondo CVC. Lo hizo con el compromiso de estudiar mantenerle los beneficios urbanísticos (esencialmente una mayor edificabilidad en la parcela del actual Mestalla). 

Aunque no ha renunciado a esa fórmula, el Valencia asegura que no es coherente iniciar la caducidad de la ATE y ofrecerle una vía para mantener los beneficios. La entidad, que recibió la notificación a primeros de marzo y ha apurado al máximo la presentación de sus alegaciones, insiste en contar con la seguridad jurídica que da el paraguas general del instrumento urbanístico.

Pero, además, la entidad defiende que en cualquier caso es desproporcionado caducar la ATE. Asegura que cumplió con sus obligaciones de la fase I (la del hotel en el solar del Nuevo Ayuntamiento) y se acoge a un informe de Urbanismo del Ayuntamiento de València que así lo entiende y asegura que la falta de diligencia del consistorio y la pandemia son también responsables del incumplimiento de la fase II en lo referente al nuevo estadio.

Las decisiones

En estos momentos, todo lo que envuelve al estadio tiene ya tres grandes frentes abiertos. Por un lado, los tribunales deben decidir sobre la denuncia puesta por el Valencia contra la denegación de la ampliación de la ATE.

Por otro lado, el Consell debe decidir si el proyecto que le ha presentado el Valencia recientemente se ajusta a los compromisos que adquirió con la ATE y al convenio que en su día firmó con el Ayuntamiento y, finalmente, ahora debe atender también a las alegaciones del club respecto al inicio de la caducidad anticipada. 

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