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el cerco inicia su parada biológica de dos meses

La pesca de Castellón sigue perdiendo flota y resiste a duras penas por la baja rentabilidad

17/11/2024 - 

CASTELLÓ. La pesca de Castellón ha iniciado este viernes la parada biológica de una de sus variedades, el cerco, y lo hace resistiendo a duras penas. Continúa perdiendo barcos en sus cuatro modalidades y en los cinco puertos de la provincia. En 2023 ya bajó de 158 a 150 y en el último ejercicio ha seguido está dinámica. 

En el Grau de la capital de la Plana, expone el patrón mayor, Manuel Peña, hay actualmente tres barcas de cerco amarradas por falta de personal, de las que dos están semi abandonadas y una tercera en reparación, mientras otras dos (una de cerco y otra de arrastre) han sido vendidas.

"Tenemos problemas para el relevo generacional, tanto en marineros como en patronales; no hay jóvenes interesados en la pesca", expone Peña, que esgrime el esfuerzo que acarrea un sector que a la vez ve decaer su facturación también por la reducción de los días de faena por el aumento de las paradas biológica en cerco y arrastre. 

Mateo Fresquet, patrón de la Cofradía de Vinaròs y presidente de la Federación Provincial, señala también los bajos precios que se pagan. "Tenemos este año más capturas pero el precio ha caído en picado", sostiene. 

Menos barcos en los cinco puertos

De esta forma, la poca rentabilidad y el escaso interés en las nuevas generaciones mantienen en el alambre a este sector tradicional de Castellón. Las últimas estadísticas de la Conselleria de Agricultura no dejan lugar a dudas y muestran un descenso constante de la flota desde 2019. Desde entonces, los cinco puertos de Castellón han sufrido el desguace de 23 barcas, pasando de 173 a 150.

Los barcos de artes menores han disminuido de 78 a 65; en arrastre, de 68 a 60;  cerco ha seguido igual sin contar 2024 (que ha tenido pérdidas); y el palangre, de cinco a 3. Por puertos, el Grau de Castelló ha bajado de 48 a 42; Benicarló, de 27 a 23; Burriana, de 27 a 25; Peñíscola, de 41 a 32; y Vinaròs, de 30 a 28. 

En este periodo también han menguado de forma considerable las capturas, que en 2023 habían caído un 31% respecto a 2019. En este caso, además de la menor flota, también incide la situación de los caladeros. 

Las cofradías de pescadores critican, además, las restricciones de Europa a la hora de faenar y la reducción de los días de trabajo tanto en cerco como en arrastre. El último cambio ha sido en este ejercicio en arrastre, al recortarse de 156 a 130 los días de actividad. En el cerco, en 2021, según el patrón de la cofradía del Grau, la parada subió de dos a tres meses. 

Más capturas en 2024

En este ejercicio, las capturas han repuntado por una mejora de los caladeros. Así, las barcas de cerco, que encaran su parada (hasta el 15 de enero) han vuelto por este motivo a faenar en el litoral provincial tras tener que hacerlo en los últimos ejercicios en la costa valenciana.  En el Grau se han pescado 1.227 toneladas de boquerón, la variedad que tradicionalmente proporciona más pesca en la provincia.  

En este línea, Vinaròs ha experimentado un repunte en las capturas de arrastre, "pero nos faltan días para poder rematar la faena", lamenta el patrón de esta cofradía, que pone de manifiesto unas dificultades que arrastra desde hace años un sector que aguanta a duras penas. 

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