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al otro lado de la colina / OPINIÓN

Cuando el buenísmo mata… de miedo

Foto: Seth Sidney Berry / Zuma Press / ContactoPhoto

Muchas son las lecciones que estamos aprendiendo con las sucesivas crisis que vivimos, tomemos nota

29/01/2022 - 

Inevitablemente esta semana las noticias internacionales vuelven a pasar por el este de Europa, por Ucrania, ya se, ya se que muchos de ustedes desconectarán e interrumpirán ya la lectura, están hartos del tema, es para estarlo. Pero, como ya les comenté, el miedo a una guerra en el Este europeo es un buen sustituto al miedo pandémico, ahora que la variante Ómicron ha transformado al virus en menos letal, y más aún su penúltima variante, el Ómicron sigiloso, que entraña muchas incoherencias y pondrá en evidencia aún más la confusa y contradictoria gestión de la crisis del virus chino de Wuhan.

Tratamos la crisis ucraniana porque las espadas siguen en todo alto, y es inevitable que la tensión se mantenga y continue aumentando, pues esta es una de las formas de plasmar la disuasión, derivada del clásico aforismo de “si vis pacem, para bellum” recogido por Flavio Vegecio Renato  en su obra Epitoma rei militaris, que literalmente escribió “igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum” (así que quien desee la paz, que prepare la guerra). Pero uno de los elementos que complican el análisis de las guerras, hoy en día los llamamos conflictos cosa del buenismo, es que la primera víctima de ella es la verdad, como dijo hace 2500 años el griego Esquilo de Eleusis, y que el uso en un sentido inverso del concepto le llevaría a afirmar a Sun Tzu que el arte de la guerra se basa en el engaño. Por eso en esta época de Fakenews, también en esta crisis hay muchas medio verdades o medio mentiras, como esa pregunta retórica de si el presidente Vladimir Putin, antiguo coronel de la KGB, va a atacar o invadir Ucrania, !como si no lo hubiera hecho ya!, recuerden que desde 2014 Rusia se anexionó la península de Crimea y da cobertura a los separatistas de las Repúblicas Populares del Donetsk y de Lugansk, que eso equivaldría en España a las Comunidades Autónomas de Baleares y Cataluña, lo cual no es una extensión nada baladí, además de los importantes recursos mineros que atesoran.

Por qué todo el mundo, la opinión publicada al menos, aguanta la respiración preguntándose si va a llegar la guerra a Europa, cuando en principio ninguna de las dos partes quieren (lo digo por rusos y americanos que son los principales negociadores), lo que pasa es que se está produciendo una sobreactuación del presidente Joe Biden, después del desastre del final de Afganistán y los cambios de opinión que ha tenido durante este año pasado respecto a esta crisis. Pero el Tio Sam sigue concentrando tropas y pertrechos en su apuesta de poker en un aparente farol, contra los agresivos movimientos de la partida de ajedrez de Putin que tiene unos intereses mucho más vitales que su contraparte americana, cuyo interés es más oportunista o coyuntural, por lo que los euroasiáticos están dispuestos a arriesgar más. No digamos si los comparamos con los intereses de los europeos occidentales, que consisten en no sufrir en general, no sufrir frustraciones, no sufrir por sus contradicciones morales, o no tener que sufrir o esforzarse por defender por la fuerza si hiciera falta su Estado del Bienestar.

Pero claro, como dice el dicho “las armas las carga el Diablo y las disparan los tontos”, y armas y muchas se están concentrando entorno a Ucrania, y lo malo o el gran riesgo es que el gran apoyo Occidental a la causa de Kiev, haga crecerse en exceso al presidente ucraniano Volodimir Zelensky, de profesión anterior actor comediante, y cometa el error del ex presidente georgiano Mijaíl Sakashvili (otro neófito en geopolítica) en 2008, con los separatistas de Abjasisa y Osetia del Sur apoyados por Rusia, que los intentó reducir y eliminar y eso trajo la reacción de Moscú, y ahora Zelensky cometa el mismo error con el Donbas, y se produzca cierta escalada bélica en el Este de Ucrania. Y ese posible desenlace seria una pena, ahora que las partes negocian y que ganan tiempo; por ejemplo los USA prácticamente han conseguido ya algunos objetivos como es, fortalecer su presencia en Europa y enaltecer la OTAN tras el fiasco de Biden en Afganistan, o han aumentado su negocio de exportación de hidrocarburos a Europa a costa de los rusos, y estos, los rusos quizás si logran alguna cesión en la pronta puesta en marcha del gaseoducto Nord Stream 2, además de que han evidenciado la debilidad y desunión de Europa frente a ellos, también se darían por satisfechos. Recordemos que a pesar de tener la UE tres veces más población que Rusia, diez veces más de PIB entre todos los países miembros o que gastamos en total cuatro veces más en Defensa que los rusos, seguimos necesitando al Tío Sam a que venga a poner orden, pues la UE a nivel Estratégico y Geopolítico, ni está ni se le espera, a pesar de las afirmaciones de Josep Borrell (que lo que hace es ponerse en evidencia, por su debilidad y el estar fuera de juego) de que no se puede hablar de Europa sin estar Europa presente en las negociaciones.

Las cifras anteriores son elocuentes, porque si (la UE) somos más, más ricos y gastamos más en armas, como puede ser que la Rusia de Putin nos marque el paso, y lleve la iniciativa  estratégica, pues esto es debido a que el buenismo mata, aunque sea de miedo a los propios y de risa a los enemigos, el saber y estar dispuesto a utilizar el instrumento bélico en defensa de los propios intereses, es algo elemental en las relaciones internacionales, recuerden aquel responsable de nuestra seguridad y defensa llamado José Bono que afirmaba que prefería que lo matasen a matar, es decir !!!renunciaba a la legítima defensa!!! plasmada a nivel internacional en el articulo 51 de la Carta de la ONU. Pero tampoco se puede caer en el extremo contrario de no analizar los intereses en juego, propios y ajenos, y caer en un proactivo belicismo más propio de la guerra fría que algunos parecen añorar, !!!contra los soviéticos se vivía mejor!! (algunos pueden pensar), hay que ser firme sin violencia, político sin bajeza, porque hay mucho en juego, no sólo están las próximas elecciones. 

Y mientras nos alineamos, como debe ser, como fieles y coherentes aliados atlantistas respondiendo de nuestros compromisos, de paso podríamos mejorar nuestra capacidad de negociar (en esto los italianos son únicos) y aprovechar, como propuso Pedro Baños en que la OTAN ratifique y se comprometa con la protección de dos ciudades españolas, llamadas Ceuta y Melilla, y si me permite mi coronel, yo añadiría que también nuestra autoridades autonómicas (que en estos temas geopolíticos suelen estar a por uvas) debían aprovechar esta crisis para conseguir compensar las perdidas de nuestra agricultura al mantenerse las sanciones rusas, sufridas especialmente por nuestro sector agropecuario, además de estar ya muy castigada de por si por la competencia desleal de productos de fuera de la UE; ya saben que el liderazgo se demuestra transformando las crisis en oportunidades.

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