segunda prórroga

Cultura da tres meses más de margen a los espacios escénicos para justificar los fondos europeos

14/03/2023 - 

VALÈNCIA. La gestión de fondos europeos sigue llevando ciertos quebraderos de cabeza. Una de las primeras líneas de ayuda que presentó Cultura de la Generalitat, dirigido a modernizar espacios escénicos de la Comunitat Valenciana, se resiste a concluir. El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana publicó hace unos días que la conselleria daba tres meses más de margen para que empresas e instituciones justificaran los gastos y así poder abonar dichos fondos.

Esta es la segunda vez que se prorroga el plazo. En un primer momento, la fecha límite que se puso fue diciembre de 2022. De hecho, los fondos estaban repartidos en dos anualidades, según el documento en el que se conocieron los espacios beneficiarios. En julio de 2022, una orden publicada en el DOGV retrasaba la fecha tres meses, hasta el 26 de marzo de 2023. Ahora, al toque de bocina, Cultura ha querido volver a dar margen hasta el 26 de junio de 2023.

¿Las razones? El DOGV replica exactamente las dadas en verano de 2022, que entienden que la estimación fue “insuficiente” para que las obras se pueda realizar correctamente, “teniendo en cuenta las normas de aplicación en cada caso, especialmente los procedimientos de contratación del sector público”. Esto es relevante porque cabe recordar que no solo entraban espacios escénicos privados, sino públicos (la mayoría de ellos). Que la burocracia de las instituciones públicas haya retrasado tanto las obras puede haber sido uno de los problemas de esta convocatoria.

Por otra parte, “se observan dificultades en la adquisición del bienes y suministros necesarios para la ejecución de las inversiones, así como el encarecimiento de algunos productos como consecuencia del incremento de los precios en los transportes y en las materias primas”, si bien el fondo no se amplia para las beneficiarias, en todo caso.

Con todo, preguntadas fuentes del sector, consideran “positiva” esta prórroga y la entienden como un movimiento “para facilitar que el presupuesto se agote y no tener que devolver ni un euro de la ayuda a Europa”. El sector nunca ha elevado crítica sobre la gestión de estos fondos.

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