El director titular y artístico de la Orquesta de Cámara de la Comunitat Valenciana lleva al Auditori de Castelló 'Los cuentos de Hoffman'. Composición que ha conseguido atrapar a más de un centenar de escolares, quienes se han implicado a través de talleres en su creción
CASTELLÓ. Richard Wagner decía que para él una ópera se convertía en ópera cuando era una obra de arte total. También es así para Daniel Abad, quien ve en esta el escenario perfecto para englobar la pintura, la escultura, la proyección, el ballet o cualquier otro tipo de danza. Es pues precisamente con esta visión de multidisciplinariedad que se puso en marcha, en octubre del año pasado, un taller de artes escénicas sobre Los cuentos de Hoffman, composición del maestro Offenbach, y en el que se involucró a más de un centenar de estudiantes de la UPV y de diferentes clases de ESO y Bachillerato de toda la Comunitat.
Puede que a priori una composición de tal calibre asuste no solo a los jóvenes, sino también a muchos adultos. La música clásica es hueso duro de roer. Sin embargo, el director titular y artístico de la Orquesta de Cámara de la Comunitat Valenciana, quedó altamente sorprendido por la "predisposición y entusiasmo" que tenían los diferentes alumnos de poder participar en el proceso de creación de una ópera. Y es que no es solo ensayar y ensayar, hora tras hora, frente a un clarinete o un saxofón. Estos talleres les ha permitido ver cómo son las audiciones de canto, cómo se trabaja el diseño de vestuario o, incluso, han podido participar en la elaboración de muchas de las máscaras que hoy aparecerán sobre el escenario. También, han asistido a una conferencia con el eurobiólogo Fernando Botella o han visto cómo se prepara sus actuaciones el tenor David Ferri.
Con todo ello -según señala Abad- los jóvenes "han descubierto que la música clásica es para todo tipo de públicos y que conecta directamente con las personas". Incluso -resalta- "han aprendido que este género les puede llegar tanto como el pop o el rock". "Solo hay que descubrirsela y mostrarsela de una manera interesante. Posiblemente ahora haya alguien ahí fuera que se aficione a tocar un instrumento de la orquesta y a cantar, o que se anime a ser director de escena o a confeccionar el vestuario. La idea no era tanto centrarnos en la representación, sino en el proceso y descubrir el elemento, es decir, aquello que más les apasiona a través de la ópera", apunta el músico.
Así mismo, como ya dijo Abad en una entrevista a Culturplaza, todo este trabajo no se puede lograr si el director no aprende a bajar un escalón y ponerse al mismo nivel que el resto de miembros: "La figura del director a mi juicio está cambiando y debe de cambiar porque hace algunos años era un tanto autoritaria, pero yo creo que democratizarla es necesario. En el sentido de que uno es director porque guía y conduce la orquesta. La conduce pero no está solo, forma parte de un equipo. Y cuanto más se asocia uno y forma equipo, el resultado será mejor", sentencia.
No obstante, los alumnos que sí han formado parte del proceso de producción no actuarán sobre el escenario que, en este caso, será ocupado por la Orquestra Simfònica de Castelló; la directora de escena, Amparo Urieta; la soprano Saray García y el tenor David Férreo; el director de coro, José Vicente Campello; el coreógrafo Rafa Dardar; el responsable de la escenografía, Alberto Santonja; y el Conservatorio Profesional de Elche y el Conservatorio Profesional de Danza de València. "Ha sido una mezcla maravillosa. Sobre todo para mi que me encanta dirigir la orquesta por dos cosas: la primera por la música y la segunda por el contacto que se crea con tantas personas. De hecho, ese ha sido el foco y motivo principal de este proyecto, que me ha enriquecido mucho en todos los sentidos", admite Abad.
El nerviosismo siempre está ahí, dice un profesional como tal. Por más que se pise el escenario, el respeto no desaparece, parece. Y eso que el músico visitó en enero el mismo Auditori con el concierto En torno a Boccherini. Su visión de Castelló parece ser además buena y considera que con el trabajo que el IVC y Alfonso Ribés están haciendo "poco a poco se captará más público". "Espero que hoy se visualice", confía Abad que tocará en la sala sinfónica a las siete de la tarde. Quizá el 200 aniversario de Los cuentos de Hoffman sea el talismán definitivo.