CASTELLÓN. El fiasco que ha supuesto la planificación de la temporada en el Castellón ha debilitado la figura de su máximo responsable, Juan Guerrero, y ha reforzado a Ángel Delabert, quien va ganando más presencia en las tomas de decisión.
Guerrero se encargó de confeccionar, en verano, una plantilla que vendió como firme candidata al ascenso y los resultados, 17 jornadas después, son categóricas: una victoria, diez empates y seis derrotas, lo que se traduce en un lugar destacado en la cola de la clasificación.
Cuando Dealbert fue confirmado en su cargo de secretario técnico, el equipo aún no estaba hecho, pero el ex capitán albinegro tuvo poco que ver en las 17 incorporaciones realizadas. Su peso fue subiendo con la temporada en marcha y el fichaje de Óscar Cano es el mejor ejemplo. El técnico granadino ha llegado como apuesta del ex central, en un cambio radical de perfil respecto a lo que había hasta entonces. Se trata de una decisión que puede marcar tendencia definitiva esta temporada, para bien o para mal, y su trascendencia da idea del peso que ha adquirido Dealbert dentro del club.
El acuerdo con el entrenador incluye la inminente llegada de nuevos jugadores que hagan buena la propuesta de juego que ha empezado a instaurarse. Muchos de los contactos los está manteniendo Dealbert. El acierto o no en la elección determinará el futuro del club en la categoría.
