VALÈNCIA. Poco más de una semana queda para que Fanzara se convierta en un estudio completamente vivo, donde una decena de muralistas aterrizarán para dotar de su generosidad y de su arte a las calles y casas del pequeño municipio. Un tremendo 'maullido' de manifestaciones culturales que convierte cada año el Museo Inacabado de Arte Urbano en un escaparate de talento. Y es que además de las esperadas pintadas, el MIAU acoge -del 4 al 7 de julio- espectáculos de danza, conciertos, arte multimedia y otro tipo de instalaciones, así como alguna que otra conferencia. En total, para su sexta edición hay más de 20 profesionales invitados, llegados de Uruguay, Dinamarca, Chile o Portugal, entre otros países. Así, Fanzara ya está preparada para cambiar (parcialmente) de piel.
Más de 150 intervenciones -y la visita incontable de turistas- acumula en su historial el MIAU. Una cifra que apremia no solo a sus organizadores, Javi López y Rafa Gascó, sino también a todos esos artistas que se desplazan de forma desinteresada hasta el festival. Recuerden que detrás de esta cita hay toda una acción social que la sustenta y que por tanto, su modus operandi parte de un intercambio donde la generosidad y la visibilidad del trabajo de los artistas es la base. Nadie pide nada más. A cambio los vecinos bindran sus hogares durante unos días y los organizadores, por su parte, proporcionan todos los materiales. Aquí tienen, uno a uno, los profesionales que con todo ello viajarán este año a Castellón:
Alberto Montes (Los Corrales, Sevilla, 1995), licenciado en Bellas Artes, acostumbra a dejar su impronta en proyectos artísticos como son la Bienal Universitaria Andaluza de Creación Plástica Contemporánea (BIUNIC) -donde participó en 2017- o en el Festival de Límites de Avià, al que fue hace dos años. Sus piezas se caracterizan por ejecutar con dominio el claroscuro así como el blanco y negro. Así, de forma totalmente intencionada, la mayoría de sus trabajos evocan a momentos pasados, como si ante ellos hubiera una fotografía antigua.
El Colectivo Licuado es el vínculo que ata a los artistas uruguayos Florencia y Camilo, quienes hace ocho años empezaron a pintar murales en las calles de Montevideo, hasta extender su obra progresivamente a otros países de América del Sur, así como de Europa y Asia. Simulando que son cuadros gigantescos, en ellos los muralistas combinan los rasgos y costumbres que caracterizan el lugar al que llegan. Pero sobre todo trabajan temáticas sobre la diversidad, las mujeres... centrándose en capturar siempre a humanos. En cuanto a la pintura -tal y como apuntan los responsables del MIAU- específicamente los influye el arte clásico, donde toman características de composición, iluminación, poses y referencias de vestimenta, observan el uso de simbolismo en el arte, se inspiran en mitologías e historias donde le dan una nueva visión contemporánea.
Doa Oa OCampo (Galicia, 1986) empezó su carrera artística enfocándose en la fotografía y la pintura. Dos artes que aprende entre Galicia, México y Portugal, sin saber muy bien cómo enfocarlo en un todo. Es tiempo después cuando descubre que todas sus inquietudes pueden convivir en el proyecto Reforestando, pensado en la transformación del espacio público perdido. Así nace la intervención mural site specific de temática vegetal, con la única ambición de renacer espacios. El motor de esta idea es pues la urgente necesidad de reconocer y respetar el entorno natural y todo el reino vegetal y la importancia de despertar en nuestra conciencia la idea de que somos parte de un todo.
Jacobo Niepoort es un artista de Dinamarca que enfoca sus trabajos en los impactos sociales, políticos, ambientales y económicos del arte. Con sede en Copenhague, donde trabaja con un bolígrafo permanente sobre papel, reflexiona sobre temas cotidianos de las relaciones humanas y el desarrollo. "Las imágenes hablan por sí solas: un libro visual documenta el proceso de crecer juntos y separarse, algo con lo que casi todos podemos relacionarnos, pero que puede parecer tan brutalmente único en el momento", explican desde MIAU. Así pues, sus murales son muchas veces versiones gigantes de su trabajo en papel. Otras, simplemente pinturas grandes y coloridas, aunque siempre siguiendo una reflexión sobre las emociones e interacciones humanas.
Los diseños del artista venezolano Koz Dos parecen hechos, sin saberlo, para el MIAU, ya que acostumbra a pintar retratos de personas mezcladas con animales, muchas veces siendo estos pequeños gatos. Dos dio sus primeros pasos como artista de grafiti en la capilla de Caracas y es conocido por sus retratos fotorrealistas y coloridos de personas y marcos, a menudo utilizando patrones geométricos. En ellos lo que el muralista trata de representar es la confrontación entre la humanidad y el animal en la lucha por la supervivencia, así como cierto nivel de armonía y convivencia entre ellos.
Nuno Alecrim es un diseñador portugués alabado por su estética minimalista. En efecto, la geometría, las texturas y patrones son su principal foco. Mientras que su inspiración parte de la naturaleza y, como suele ocurrir, del contacto con diferentes culturas. Su objetivo es pues intentar mostrar el primordial valor de la imagen en la percepción y comunicación humana. Por ejemplo, a escritura pictográfica no representa un lenguaje verbal, consiste en transmitir una idea, un concepto o un objeto a través de un dibujo tenido como un símbolo.
Monkey Bird es el dúo de artistas contemporáneos formado por Edouard & Louis, nacidos en Burdeos y conocidos por usar el antropomorfismo simbólico en sus obras de arte, es decir, por representar a animales salvajes en áreas urbanas. Para ello, trabajan en una plantilla, collages, pintura en aerosol, dibujo, talla, serigrafía y grabado. Su misión es transcribir temas sociales en muros, mediante el uso de tótems animales y un simbolismo elaborado. La mayor parte de la inspiración proviene de las obras sagradas o líricas, como las iluminaciones, los vitrales y la ornamentación arquitectónica que se ve en las ilustraciones de Arts and Crafts o grabados japoneses. Así, los artistas se inspiran en su mayoría en la monumentalidad efímera, las pinturas religiosas y el art nouveau.
Alejandro "Mono" González (Curicó, Chile 1947), es muralista, artista visual, escenógrafo de teatro, cine y televisión. Durante 1969 participó en la Brigada Ramona Parra, un grupo de trabajo que creaba murales durante la campaña del entonces candidato a la presidencia Salvador Allende. Así, después del golpe militar que encabezó Pinochet contra el gobierno socialista de Allende, el Partido Comunista fue disuelto y, como otros militantes, González debió entrar en la clandestinidad. Para subsistir junto con su familia, trabajó como carpintero; además, bajo un nombre falso desempeñó labores de tramoyista, pintor y escenógrafo en el Teatro Municipal de Santiago entre 1982 y 1987, trabajando para obras como Don Quijote de la Mancha y Romeo y Julieta. Pero durante mucho tiempo Mono González pintado en zonas públicas tanto en Chile como en Argentina, Holanda, Francia, Italia, Ecuador, Perú, Cuba, entre otros. Y la estética más característica de sus trabajos es la de representar los tópicos relacionados al trabajador y obrero común, su vida, su trabajo y las injusticias sociales a las que se enfrenta. Todo ello usando muchos colores delineados con anchas líneas negras.
Detrás de Sabotajealmontaje está Matías Mata, un artista canario que quería, con este explícito nombre, sabotear el sistema en el que vivimos con acciones participativas por diferentes barrios del mundo y siempre haciendo uso de los colores. Su foco atención es pues la gente del día a día y no los "famosos idolatrados" ante los que ponemos nuestros ojos día a día. Para ello, el profesional trata de "romper" con la arquitectura de pueblos y ciudades a través de obras abstractas. Así lleva nada menos que más de 26 años, los últimos 15 viviendo exclusivamente de los murales.
Por su parte, Tono Cruz es el artista invitado especial de este año. Tras visitar anteriormente Fanzara, el también canario se ha encargado de diseñar el cartel de la presente edición y de igual modo, volverá a intervenir una pared del pueblo. Sus obras se caracterizan por la crítica social. Así lo hizo saber, de hecho, el año pasado cuando ilustró el rostro de una niña refugiada que trata de imaginar un futuro mejor.
Desde otro ángulo, Anna Willow (Yorkshire del Norte, Reino Unido) acercará hasta el MIAU el landart, un tipo de manifestación artística que se basa en utilizar la naturaleza como material para intervenir en sí misma. Se trata de una corriente de arte contemporáneo en la que, por tanto, el paisaje y la obra están estrechamente entrelazados. En su caso, la artista que estudió Zoología en la Universidad de Manchester, afirma que trabajar en el landart le abrió un nuevo mundo, aprendiendo por ejemplo diferentes técnicas de cestería, trabajo en el que se ha terminado especializando.
También, el colectivo Pink Intruder se encargará de intervenir el espacio urbano, aunque no se ha adelantado todavía, específicamente cómo. Bien podría ser con una escultura. No obstante, el proyecto está pilotado por un grupo de artistas con experiencia en este tipo de trabajos. "La cultura contenida tiene el riesgo de convertirse en cultura oculta", sostienen en defensa de un arte que genere un debate y complicidad con el espectador.
Más allá de intervenir sus paredes, el MIAU se erige en su totalidad como un guiño al arte. Así, ya no solo se centra en este primer aspecto, sino que también abre su abanico a otras disciplinas como puede ser la danza. En este caso, serán las coreografas Nikita Anishchenko ( Rusia) y Carmen Lozano (España) las encargadas de arrancar las ganas de bailar con una representación de Synokon. Igualmente, Fanzara hará bandera de la música con su propia rondalla o las actuaciones de Antiguos Astronautas, DudAli, Rock and 2 y Cor de Fusta.
Por otro lado, desde la UJI, Malla Jankovich, Natalia Lobato, Maria Pallarés, Luna Ramirez llevarán el trabajo multimedia ¿Me ves? Y en el más sentido de la performance, bajo el proyecto Perfomiau, se podrá disfrutar de la actuación de Álvaro Terrones, Víctor Bonet, Álvaro Pixó y Marta R. Sobrecueva.
Por último, el cartel de esta sexta edición se completa con una conferencia enfocada al grafiti, impartida por Fernando Figueroa Saavedra (Madrid 1971). Doctor en Historia del Arte por la UCM (1999) y ayudante de museo (ETD Madrid, 2001), Saavedra ha desarrollado desde 1995 una amplia carrera vinculada al estudio de las subculturas y las expresiones artísticas en el espacio público y el ámbito popular. Además, se le considera como uno de los investigadores "más atentos" en la comprensión y divulgación del Graffiti y el Arte Urbano en el mundo hispánico. Su polifacética formación (historiadora-arqueóloga, gráfico-plástica, actoral- escénica, literaria y docente) le permite interrelacionar diferentes aspectos de la cultura, abogando por el estudio integral de todas sus manifestaciones culturales, incluso marginales.