MURCIA. Este verano, mientras iba cada mañana de camino a la playa con mis hijos, una frase se convirtió en la banda sonora de nuestras mañanas: “Chicos, ¿qué somos?”.
Con una sonrisa y la inocencia propia de sus edades, respondían a la vez “Somos un equipo”. Este sencillo ritual, que empezó como un juego entre los tres, me hizo reflexionar sobre la importancia y el verdadero significado del trabajo en equipo, no solo en el ámbito familiar, sino también en la vida en general.
Quiero que mis hijos comprendan, desde pequeños, que la vida no es una carrera individual. En un mundo que a menudo promueve el individualismo y mide el éxito en términos personales, es vital que entiendan que el verdadero logro, tanto en lo profesional como en lo personal, se construye en equipo. Y, más importante aún, que el equipo está incluso por encima del resultado.
En la vida, como en el trabajo, ser parte de un equipo significa saber escuchar, colaborar, apoyar y ser apoyado. No podemos alcanzar nuestros objetivos solos. Todos necesitamos de los demás para crecer y avanzar. El trabajo en equipo fomenta la empatía, nos enseña a escuchar y a valorar las ideas de los demás y nos recuerda que no siempre tenemos la razón y que, al trabajar juntos, podemos encontrar soluciones más creativas, efectivas y distintas a lo que quizás pensábamos al inicio.
En la vida, como en el trabajo, ser parte de un equipo significa saber escuchar, colaborar, apoyar y ser apoyado. No podemos alcanzar nuestros objetivos solos. Todos necesitamos de los demás para crecer y avanzar
Cuando pienso en la frase “somos un equipo”, no solo me refiero a la familia, aunque, sin duda, la familia es el primer equipo al que pertenecemos. En el ámbito laboral, esta idea cobra la misma o más importancia. El mundo profesional es cada vez más competitivo, es fácil caer en la tentación de ver a los compañeros como rivales en lugar de aliados. Sin embargo, el éxito de una empresa o de un proyecto no depende de la habilidad de una sola persona, sino de la capacidad y de la energía de todos para colaborar y sumar esfuerzos para alcanzar el bien común.
En todo equipo, las responsabilidades se reparten y los logros se multiplican. Las fortalezas de unos complementan las debilidades de otros, y viceversa. Cuando trabajamos en equipo, el fracaso se convierte en una oportunidad de aprendizaje compartida, y el éxito se celebra en conjunto. Además, el trabajo en equipo siempre fortalece las relaciones, crea un ambiente de confianza y genera un sentido de pertenencia que es fundamental para el bienestar y la motivación de cualquier persona tanto en su vida personal como profesional.
Volviendo a lo que le quiero transmitir a mis hijos, espero que, al grabar en sus mentes la idea de que “somos un equipo”, comprendan que el individualismo, aunque a veces lo vean necesario, nunca debe ser la única vía. Quiero que crezcan sabiendo que, en cualquier momento de sus vidas sea bueno o malo, apoyarse en los demás, pedir ayuda cuando la necesitan y ofrecerla cuando pueden, es una de las claves para tener una vida feliz y completa.
En definitiva, que vean el trabajo en equipo como una filosofía de vida que les ayude a ser mejores personas.
Así que, la próxima vez que tengas un desafío por delante, ya sea en casa o en el trabajo, pregúntate: “¿Qué somos?”. Y recuerda que, si la respuesta es “un equipo”, estarás en el camino correcto.
Mara Casillas Baldrés
Associate Executive Manager, Michael Page.