Ayer, el Parque Ribalta languidecía en una mañana gris, plomiza. Pancho mantuvo el paso lento del agobio, con escaso interés en explorar la hierba, las plantas y la tierra. Ayer, Castelló cumplía 773 años de su fundación, desde aquel 8 de septiembre en el que se produjo la firma del Privilegi de Trasllat, por parte del rey Jaume I, que permitió el traspaso de la población del Castell Vell hasta La Plana. Un día importante que explicaba a Pancho mientras paseamos por las bellas rutas del Ribalta. Pancho está acostumbrado a que le hable, a que hable sola. Y, decirles, que es una sensación muy especial.
Al llegar a casa, el ambiente asfixiante y plomizo no cesó. Los patios interiores comenzaron a bostezar y desperezarse… una rutina dominical maravillosa. Y comenzaron los aromas del pan tostado, del café recién hecho, humeante y estimulante. Todo indica un estado de bienestar, casi de felicidad. Y escribes, sigues escribiendo, porque al escribir las neuronas se activan para sentirnos vivas.
Hoy es, además, el día de inicio del curso escolar. Un día muy emocionante. El acceso a la educación pública es muy emocionante, imprescindible para que tus hijos y, ahora mis nietos, emprendieran el camino del conocimiento, la excelencia y la convivencia.
No puedo olvidar aquellos meses de septiembre en los que organizabas el material escolar, los libros, la ropa nueva de batalla, aquellos conjuntos de algodón y sus rodilleras adhesivas que acumulabas para ir tapando agujeros en las rodillas de cada pantalón y sudadera. Tampoco puedo olvidar aquellos libros y libretas que forraba con plástico, acoplando el nombre de cada hijo, siempre con sus dos apellidos. El plástico fino era más fácil, y antiguo, luego llegaron los plásticos adhesivos. Imposible olvidar aquellas burbujas de aire que quedaban en cada libro. Todo muy emocionante, demasiado emocionante.
Y recuerdas a tus hijos, pequeños, medianos y adolescentes. Cada septiembre, una metamorfosis. Cada año un instante diferente. Pero la emoción de comenzar un nuevo curso docente era siempre un gran paso adelante en su formación como seres humanos.
Hoy son mis nietos los que inauguran el inicio de curso, en Morella y en Castelló, felices de regresar a la rutina, felices de incorporarse a un curso superior, con esa sonrisa infantil inmensa que marca la gran afirmación: ‘Ja soc major’, que me decía mi pequeño nieto Quim, y que su hermano Aimar y su primo Biel reafirman que sí, que son muy mayores.
Sigo oliendo el material nuevo escolar, las gomas de borrar, los lápices sin estrenar, el estuche, el papel de los libros… aquellas mochilas y carteras preparadas la víspera del primer día de clase.
Son los recuerdos, una nostalgia que atrapa pero no engaña. Hoy, tras las constantes denuncias del diputado socialista José Luis Lorenz, y anterior director del Instituto Ribalta de Castelló, se sabe que el inicio de curso va a ser tormentoso en numerosos centros escolares. La AMPA provincial castellonense también ha denunciado deficiencias y anomalías docentes. No hay claridad sobre la incorporación de profesoras y profesores, no hay determinación ni conocimiento sobre colegios con deficiencias estructurales, no hay confirmación de la realidad sobre los barracones. Como viene denunciando Lorenz, no parece que el inicio de curso sea un día redondo de excelencias.
Comenzamos una semana con el sabor amargo del reciente asesinato machista de Lorena, vecina de Castelló, junto a otros asesinatos de más mujeres, junto a otras vejaciones, maltratos y dejación del sistema sobre las mujeres.
Ya no sirven los minutos de silencio, ni las concentraciones. El terrorismo machista es una violencia ambiental, estructural, que sobrevive en todos los espacios sociales, institucionales, políticos. La única puerta abierta debe ser un férreo compromiso social e institucional, dedicando recursos y herramientas decididas para combatir esta lacra. Recursos desde la escuela para educar en igualdad y equidad, desde cada ámbito de la convivencia, desde cada administración pública. Recursos para ayudar decisivamente a las mujeres amenazadas, a las mujeres víctimas, a sus hijas e hijos. Recursos para señalar a los maltratadores y ponerles de frente ante este horror que sufren las mujeres, por ser mujeres.
Este año, como los anteriores, está siendo muy duro. Han sido asesinadas decenas de mujeres, y sus hijas e hijos. Y este país sigue pasivo, en silencio. Sobra que la política se rasgue las vestiduras, denuncie, se concentre… Sobra porque la trágica realidad no tiene solución.
Dialoguen, renueven el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, pero luchen firmemente contra este terrorismo machista. Y, claro que es repugnante el negacionismo de la ultraderecha, de Vox. Pero seamos valientes para adoptar medidas contundentes, para proteger la vida de las mujeres, para defender el presente y el futuro de las mujeres. Para defender y blindar la felicidad de las mujeres.
Ayer comí, como cada domingo, con mi querida vecina Carmen. Este artículo es un resumen de lo que hablamos, de lo que sentimos y de lo que nos cabrea soberanamente. Carmen cocinó su magistral arrós al forn. Delicisoso, con un arroz suelto y el sabor celestial del caldo de puchero. Yo aporté un misterio de ensalada que, literalmente, soñé una noche de agosto en Morella. Endivias, aguacate, jamón cocido, surimi, aceite, limón, vinagre y una buena dosis de pimienta recién molida. Divina.
Nuestro encuentro dominical tuvo mil aristas. Desde la ridiculez yvergüenza ajena de Feijóo frente a una imitación de cartón piedra de la Moncloa, a una historia tremenda que nos va a costar 9 millones de euros con la nueva temporada de Masterchef y la presencia de una condenada por corrupción como Cristina Cifuentes así como de otros personajes maleducados y ultras…. Cada una y cada uno reciben por programa 17.000 euros.
No nos sentó mal la comida porque somos personas sanas, pero, en serio, un medio público como RTVE no puede contratar estas barbaridades económicas y estas barbaridades de personajes con total ausencia de valores democráticos.
Pasamos la tarde viendo la magnífica película Lloviendo Piedras del director británico Ken Loach. Muy oportuna en los tiempos que vivimos. Un padre trabajador, con una situación económica muy precaria, enloquece para lograr que su hija lleve un bonito vestido para la Primera Comunión.
Buena semana. Buena suerte.