Hoy, el mundo sigue girando, moviéndose paulatinamente, con una aparente normalidad. Pero el ruido de cada movimiento es insoportable.
La noche del cinco de enero, dejaré la ventana abierta, y bajo el árbol pondré una gavilla de hierbas del parque Ribalta, tres polvorones, tres pequeñas copas de coñac y algún carajillo de Castelló por si aprieta el frio. Y pediré los mismos deseos de siempre.
Como en el libro 'La Piel del Cielo', los niños que permanecen en el 'Open Arms' habrán preguntado también a sus madres si el mundo se acaba. Para ellos y sus familias el mundo se ha reducido a un espacio de dolor y sufrimiento que no debería sentir ningún ser humano
Juegos de sillones y tronos. El tórrido calor y sus consecuencias han recluido los pactos en los cuarteles de invierno, en los palacios de hielo y en despachos herméticamente cerrados.
Tras el suicidio de Verónica, el debate está en el aire porque el machismo también está en el aire. Porque una sociedad no puede ser indolente a la humillación, a los abusos y a la violencia que sufren las mujeres.