CASTELLÓN. Dos personas se conocen, se dejan llevar por la atracción mutua, disfrutan de su ilusoria relación, pero llega la gran discusión y rompen. Se viene el luto por la pérdida y más tarde, la superación de la relación. ¿Les suena? ¿Son los protagonistas de esta vida? Delaporte la ha escrito pensando que sí. "Como anoche es una historia de amor que te podría haber pasado a ti un día cualquiera con un perfecto desconocido o con tu pareja de siempre en el trascurso de una década." Así pues, como si de una novela se tratase, el duo de electrónica-pop ha lanzado un nuevo EP donde a través de ocho temas, y de forma cronológica, desnudan las ilusiones y miedos que se sienten por amor.
La nueva música de Sandra Delaporte y Sergio Salvi llega tras el gran hit de 'Un jardín', tema con el que pusieron la banda sonora a la primera edición de Fama a bailar en Movistar +, y que les sirvió para darse a conocer en el panorama musical. No obstante, el grupo ítalo-español lleva cerca de cuatro años buscando un sonido propio que les indentifique entre el resto. No les vale -dicen- cualquier cosa para acercarse a los pasajes de la fama, aunque hace poco la tuvieran cerca. Ahora están concentrados en Como Anoche (Mad Moon Music, 2018), su tercer EP tras One (2017) y Uno (2018). Un álbum que presentarán en el emac. de Borriana el próximo sábado a las 19:15h y con el que elevarán la electrónica "latina". Hablamos con Sandra Delaporte para conocer más sobre su particular historia.
"Dale al play, Enamórate, como anoche".
-Lo ha hecho Rosalía, lo habéis hecho vosotros. ¿Tiene más sentido hacer discos con un hilo conceptual?
-No nos gusta sacar discos con temas completamente distintos, sin ningún tipo de conexión. Y tampoco se trata de sacar temas por sacar. A mi misma me cuesta escuchar un disco de este modo. Por eso nos hemos decantado por un EP en el que se cuenta una historia. Es la forma más fácil de llegar al público.
-Vuestros primeros singles han sido 'Azul Marino' y 'Ni un beso'. ¿Por qué empezar a contar la historia por el final?
-Primero porque 'Azul Marino' lo teníamos producido desde antes de verano. Aún así, ha surgido de una manera natural, aunque es cierto que nos interesaba situarnos especialmente en la parte final de una relación. A partir de ahí, se tiene que escuchar toda la historia. Es como un spoiler, pero hace falta ponerlo en contexto. A veces es interesante empezar una serie por la última temporada.
-Cuando todo se acaba queda la música y el poder bailar con nuestros amigos. ¿Es este el mensaje final de Como Anoche?
-Todas las historias de amor se parecen bastante. Al final, la moraleja es que nos ahogamos en unos sentimientos que son completamente universales. Los sufrimos todos. Como anoche quiere restarle importancia a una ruptura; no es tan importante lo que te pase en una relación. Hay que quitarle hierro al asunto, saber verlo desde la ironía. Y claro, con la música y con los amigos todo se supera.
-En una entrevista anterior, comentabáis que tras 'El jardín' llegaron oportunidades muy ambiciosas que, en cambio, rechazasteis.
-Cuando apareces en televisión siempre te llegan muchas ofertas, pero tampoco queríamos quedarnos en el grupo de un single y después desaparecer. No se trata de rodar y luego no existir. Preferimos crecer poco a poco, hacerlo de manera orgánica. Evidentemente este tema estuvo muy bien porque nos permitió enganchar a nuevas personas que han querido continuar escuchándonos. Ha sido increíble la experiencia. Ahora de lo que se trata es de crecer haciendo la música en la que creemos, y para eso hace falta ir más poco a poco.
-Ocurre que la música en streaming ha potenciado el consumo de canciones antes que de artistas y discos. Un caso sonado, y también reciente, es el de Beret, quien ha catapultado las radios con su 'Lo Siento'. ¿Es esto de lo que queríais escapar?
-A las radios les interesa tener un hit de usar y tirar, para luego desaparecer. Es decir, queman un tema, pero después el resto del proyecto no existe. Es triste que esto ocurra porque los artistas le dedicamos mucho tiempo. Haces boom a una canción enorme para luego no existir. En nuestro caso no tenemos ningún "pero" de aparecer en Fama a Bailar, aunque teníamos claro que íbamos a intentar seguir nuestros propios pasos.
-¿Os está dejando espacio la industria para asumir un crecimiento más pausado o penaliza, de alguna manera, el no seguir los ritmos que el mercado marca?
-Bueno...no nos va mal. Lo importante es que la gente compre entradas a los conciertos y escuche tu música. Y aunque haya mucho hype hay que saber llevarlo con naturalidad y respetando el proyecto. En Delaporte buscamos hacer un sonido propio, llevando un camino también propio. Esto es demasiado ambicioso y sí es cierto que contamos con la industria porque es la que nos da de comer.
-Si es cierto que en España la estética ha estado un poco menos cuidada que en otras propuestas europeas, pero quiero pensar que siempre han ido de la mano. Para mi, tanto la estética como la moda forman parte del proyecto. Es una herramienta de marketing fantástica para contar tu historia. Si no la tuviera me faltaría un canal importante con el que transmitir.
-En esa misma mezcla de disciplinas artísticas está el emac. de Burriana que combina la música con la ilustración.
-¡Es brutal! En Gijón también está el L.E.V que combina la música con la creación audiovisual. Me inspiran muchísimo este tipo de encuentros. Es como ir a un parque de atracciones.
-¿Y qué papel ocupa la electrónica en un momento donde reina la música urbana?
-Lo bueno que tiene la música urbana es que su base es prácticamente electrónica. Entonces, de alguna manera, está ayudando a abrir nuevas puertas para la música electrónica. Hay mucha gente que está probando a escucharla a raíz de está mezcla. Además, se está generando un circuito underground de electrónica muy guay y que no tiene nada que envidiar a otros género. A pesar de que todavía queda mucho por para hacer para que este estilo se asiente del todo.
-Lo que sí compartís ambas es el canto en castellano. ¿Cómo ha sido llevar a la RAE hasta la electrónica?
-Por suerte, a nivel mundial, la música latina avanza con bastante fuerza. Nosotros cantamos en castellano porque yo me siento más cómoda. Igualmente es más fácil llegarle al público, incluso tocando en Nueva York lo hemos observado.
-¿Os atreverías a probar con otros estilos totalmente opuestos a la figura Delaporte?
-Nuestro punto de llegada es tratar de buscar un sonido propio y para ello es básico explorar y experimentar entre más estilos musicales, sino es imposible crear algo fresco y nuevo. Quizá me empiece a inspirar muchísimo el rock y lo tenga que incorporar de alguna manera a mi trabajo. Aunque no se cómo se haría eso. Lo que está claro es que nunca hay de decir que no.
-Entráis en la recurrente etiqueta de millennials. ¿Consideráis que se subestiman las propuestas artísticas que quedan tras ella?
-Francamente me da igual si tiene una connotación positiva o negativa. Nací en 1994 entonces soy millenial, pero no se nada más. Es cierto que somos una generación más impaciente, pero trabajamos y hacemos música que todos consumen y pagan por ella, así que tampoco lo haremos tan mal.
-¿Cómo no definiríais nunca a Delaporte?
-No me gustaría definierlo como un proyecto de usar y tirar, que hace boom y desaparece. Me produciría mucha tristeza. Nuestro objetivo es segur haciendo música dentro de 20 años.