CASTELLÓ. En la era digital, los influencers han emergido como figuras clave en el ámbito de la publicidad y el marketing. Con millones de seguidores, su influencia sobre el comportamiento de consumo es significativa. Sin embargo, esta posición también trae consigo una serie de responsabilidades legales que deben observar para evitar contingencias, preservar su reputación y cumplir con la regulación vigente.
Uno de los aspectos fundamentales que los influencers deben cuidar es la transparencia en la publicidad. Para cumplir con esta obligación es común que los influencers utilicen etiquetas como #Publicidad, #Anuncio o #ColaboraciónPagada. La falta de transparencia puede llevar a sanciones económicas, además de dañar la confianza de la audiencia.
"deben asegurarse de contar con los permisos necesarios para utilizar dicho material"
Con la entrada en vigor de normativas específicas de privacidad, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) en Europa, la protección de los datos personales es otro aspecto esencial. Los influencers suelen interactuar con su audiencia mediante sorteos, encuestas o suscripciones, lo que implica la recolección y gestión de datos personales, como nombres, direcciones de correo electrónico o direcciones IP. En este sentido, deben obtener el consentimiento explícito de los participantes y garantizar que los datos recolectados se utilicen únicamente para los fines indicados. Asimismo, es esencial que manejen estos datos con medidas de seguridad adecuadas y, si es necesario, cuenten con una política de privacidad clara que especifique cómo se usarán esos datos.
La creación de contenido implica, en muchas ocasiones, el uso de música, imágenes y vídeos que pueden estar protegidos por derechos de autor. Los influencers deben asegurarse de contar con los permisos necesarios para utilizar dicho material. De lo contrario, pueden enfrentarse a reclamaciones por infracción de derechos de autor, lo cual podría derivar en sanciones económicas y en la eliminación del contenido.
Además, los influencers deben ser conscientes de que el contenido que crean también está protegido por derechos de propiedad intelectual. Es recomendable que registren sus creaciones y, en caso de colaboraciones, especifiquen mediante contrato los derechos sobre el contenido para evitar malentendidos o conflictos en el futuro.
Los influencers también pueden enfrentar responsabilidades civiles o penales por el contenido que publican. Por ejemplo, difundir información falsa o engañosa sobre productos, o promover prácticas poco éticas o peligrosas, puede derivar en consecuencias legales. Además, algunas prácticas como difamar a terceros, incitar al odio o divulgar información confidencial pueden tener implicaciones penales en algunos países.
Para evitar estas situaciones, los influencers deben ser cuidadosos con el contenido que publican, asegurándose de que sea veraz y no viole los derechos de terceros. También es recomendable contar con un abogado que revise sus publicaciones más sensibles para garantizar el cumplimiento de la normativa aplicable.
"deben ser cuidadosos con el contenido que publican, asegurándose de que sea veraz y no viole los derechos de terceros"
No menos importante que lo anterior, los contratos de colaboración con marcas son una parte esencial del trabajo de los influencers. Es fundamental que estos contratos incluyan cláusulas claras sobre aspectos como el pago, la duración de la colaboración, la cantidad de publicaciones requeridas, y los derechos de uso del contenido. Asimismo, deben especificarse las condiciones para la terminación del contrato y la resolución de disputas.
El asesoramiento de un abogado especializado en derecho digital y de publicidad es crucial para que los influencers comprendan los términos de sus contratos y protejan sus derechos.
El trabajo de un influencer va más allá de la creación de contenido atractivo; implica también el cumplimiento de un marco legal que protege a su audiencia y a las marcas con las que colaboran. Desde la transparencia en la publicidad y la protección de datos, hasta el respeto por los derechos de autor y la formalización de contratos, los influencers deben prestar atención a estos aspectos legales para evitar problemas y continuar desarrollando su carrera de manera ética y profesional.
Comunicadores que vienen del pueblo, hablan como el pueblo, le encantan al pueblo y son al mismo tiempo temidos y codiciados por los políticos. No hace falta buscarlos en los streamings o en las redes sociales, este fenómeno es tan viejo como la radio y la televisión. De hecho, una película de Elia Kazan y Budd Schulberg (autor de las pruebas documentales contra los nazis en Nuremberg) retrató el fenómeno de forma magistral. Los tics megalómanos del comunicador demagogo de hoy y sus componendas políticas, aquí son perfectamente reconocibles