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AL OTRO LADO DE LA COLINA   / OPINIÓN

Desafíos en el Mediterráneo

3/06/2023 - 

Dicen que los grandes líderes se forjan en tiempos difíciles, y por el contrario, se debería añadir, que el resto de representantes públicos son expulsados de los libros de historia como títeres fugaces de los caprichos de su época, y esto le ocurrirá, también, a los nuevos inquilinos del poder municipal y autonómico en nuestra piel de toro, tras estas efímeras elecciones del 28M, por lo complejo de los tiempos en que vivimos, en nuestra España pendular, y más aún en nuestra barroca Valencia.

Porque el contexto en el que van a desenvolverse sus mandatos es un entorno repleto de incertidumbres para todos, más que nunca, si me permiten la hipérbole. Desde los grandes, fíjense los USA asomándose a la bancarrota e impagos, por un quítame aquí, de un acuerdo entre Republicanos y Demócratas que finalmente se ha producido, o la República Popular China, que está reclamando la devolución de los préstamos a los países antaño llamados del tercer mundo (hoy ésta definición ha sido prácticamente cancelada por la cultura woke por  considerarse ¿ofensiva?), hasta grandes potencias como Alemania que ha entrado en recesión en el primer trimestre de 2023, o potencias intermedias como España, que a diferencia del resto de países de la UE aún no ha recuperado los niveles económicos pre-pandémicos, unido a un paro entorno al 13% que duplica la media de la eurozona 6´5% (a pesar de maquillajes y fijos discontinuos), etcétera, etcétera, etcétera.

En este panorama repleto de nubarrones, la situación en nuestro Mare Nostrum, del que Valencia debe ser su faro occidental, es difícil, de Oriente a Occidente, ya sea en clave Nacional o Internacional, es todo un desafío, y por lo tanto una gran oportunidad, para nuestra sociedad.

Porque, por este mar discurre la ruta marítima que alimenta el corazón (puerto de Valencia), que late para dar vida a esa gran plataforma logística que es la Comunitat Valenciana; y que si debemos concretar y delimitar su zona de interés e influencias, ya sean directas o inducidas, esta ruta discurre por un itinerario repleto de  riesgos.

Para empezar y situarnos, todo este trayecto comercial atraviesa o bordea lo que los norteamericanos han denominado el MENA, Middle East and North Africa (Oriente Medio y norte de África), y que comienza en el Océano Índico, en un embudo, donde distintas rutas de hidrocarburos procedentes del golfo Pérsico y portacontenedores provenientes de Asia convergen en ese golfo de Adén, y que termina en el estrecho de Gibraltar donde se concentran, a su vez, las travesías de la fachada Atlántica.

Desde el principio se suceden los potenciales problemas en la citada ruta marítima, comenzando con la piratería en ese golfo de Adén (por influencia del Estado fallido de Somalia), y resuelta prácticamente ya por la Comunidad Internacional con distintas operaciones desde el 2008, y ahora trasladada al golfo de Guinea; junto al conflicto civil en Yemen, actualmente en aparente desescalada gracias al intermediación de China (ejerciendo de superpotencia), entre los dos patrocinadores de los grupos en conflicto, Arabia Saudí e Irán. Después, tras pasar el estrecho de Bab el-Mandeb, nos internaríamos en el Mar Rojo donde a su vez tenemos el problema de los conflictos vecinos de Eritrea, y su vecina en el interior la región de Tigray en continuas guerras con Etiopía (a la que pertenece) cuyos habitantes “se rebelaron frente a los cambios en los equilibrios de poder introducidos por el primer ministro etíope y premio Nobel de la Paz Abiy Ahmed en 2019” (El País editorial del 30 de enero de 2023), que si me permiten es otro acierto más de los Nobel de la Paz, tras dárselo a Barack Hussein Obama II por desear un mundo sin armas nucleares siendo el mayor poseedor, .

Tras el conflicto etíope-tigray, que en los últimos dos años ha provocado más de medio millón de muertos, y el conflicto congelado del Sudán y Sudán del Sur, está el enfrentamiento civil y la lucha por el poder en Sudan entre el Ejército de Sudán y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), que en esta misma semana han suspendido las conversaciones, que desde hace aproximadamente un mes tenían lugar en la ciudad de Yeda (Arabia Saudí), ya ven como para no aburrirse.

Atravesando el canal de Suez y llegando al Mediterráneo es inevitable hablar del conflicto palestino-israelí, en un momento de plena escalada del mismo, por el lanzamiento de cohetes desde Gaza, por parte de Hamás contra poblaciones civiles judías, y la contestación, en su escala de uno por cien, de los israelitas, en su pulso contra Irán, que según fuentes hebreas está desarrollando tácticas de terrorismo marítimo utilizando barcos civiles (como ven todo un riesgo a nuestras vías marítimas comerciales). Todo ello, además, ahora que los acuerdos Abraham de Donald Trump van perdiendo el impulso y eficacia pacificadora entre Israel y otros países musulmanes suníes como consecuencia de las políticas de Obama y Joe Biden (que según las anteriores naciones no son muy fiables como aliados). Por otra parte, también mantiene este país, víctima de la Shoá, una serie de continuos enfrentamientos con su vecino Siria (dentro de su conflicto civil-internacional) por lo que se atacan mutua y periódicamente, dado que existen numerosas milicias chiíes involucradas, patrocinadas por Irán, como Hezbollah, además de los tradicionales enfrentamientos con el régimen de Bashar al-Assad.

En aquella parte del Mediterráneo, el Oriental por cierto, donde el descubrimiento de grandes bolsas de hidrocarburos en el fondo marino ha provocado el desarrollo de una serie de tensiones e incidentes de todo tipo (ya saben la maldición del Rey Midas), incluso del rescate del régimen del gobierno de Trípoli a punto de caer en manos de las milicias del Jalifa Hafter, gracias a un acuerdo con Turquía, que se han repartido unas zonas marítimas de explotación, contrarías a los tratados internacionales; eso sí muy en consonancia, con la doctrina Patria Azul del régimen neootomano, de un recién reelegido presidente Recep Tayyip Erdoğan, que repartía billetes entre los votantes mientras se dirigía a la urna electoral, todo un ejemplo…

Ya en el Mediterráneo central tenemos la presión de los traficantes de trata de seres humanos, que se aprovechan de los refugiados y de los emigrantes, que se juegan la vida lanzándose al mar por cualquier medio y así llegar hasta costas del dorado europeo.

Finalmente y ya prácticamente en el estrecho de Gibraltar, y dentro de nuestra área de influencia geopolítica directa (o por lo menos lo debería ser), nuestro triángulo Baleares-Estrecho-Canarias, coexisten dos potencias o actores regionales, donde pelean por ese liderazgo regional en el norte de África, Marruecos y Argelia. Donde ya se ha producido alguna escaramuza entre ellos, por ejemplo con tres argelinos muertos; y con los que nuestras relaciones han sufrido diferentes sobresaltos, además de que el gap tecnológico-militar es cada vez más pequeño.

También, otro de los elementos que pueda amenazar la vitalidad de nuestra ruta comercial, son la apertura de otras vías alternativas o competidoras, como es, por ejemplo la ampliación del canal de Panamá y el tránsito de los buques súper Post Panamax hacia las cosas atlánticas europeas, o la posible apertura de la ruta del norte del mar Ártico, que conlleva un ahorro de una tercera parte del tiempo en el transporte de mercancías desde las costas asiáticas a Europa, etcétera, etcétera, etcétera.

Y también están los desafíos nacionales, donde hay algún dato positivo, como es, por los cambios en los gobiernos local y autonómico, casi seguro desbloqueo de los obstáculos y objeciones en la paralización de la culminación de la terminal de contenedores norte del puerto de Valencia (sólo estaría pendiente completar su utilización portuaria, pues en cuanto a sus diques u obras de abrigo, ya están finalizados desde hace tiempo, desde octubre de 2012), y que amenazaba a esta infraestructura vital para nuestro comercio -base de la riqueza-. Aunque finalmente, parece, que la convocatoria de las elecciones generales del 23 de julio, puede demorar la finalización en un par de meses; y ojo, éstas se deciden en el arco mediterráneo, según muchos analistas políticos, !seremos por fin escuchados en la Villa y Corte!.

Por lo que es imprescindible crear un gran centro internacional de estudios geopolíticos, que sea un foro de primer nivel, que coordine todas o las máximas iniciativas, recordemos que tenemos aqui en nuestro territorio una de las escasas sedes (casi sobran dedos de una mano) de la ONU principal organización internacional, en un centro, Quart-Manises, que continua creciendo y asumiendo responsabilidades, tenemos el cuartel general, HQ-NRDCESP, de la principal organización regional de seguridad la OTAN, somos sede de multinacionales y grandes proyectos, la FORD, las futuras instalaciones de la gigafactoría eléctrica de Volkswagen, la sede de Mercadona, principal empresa de distribución nacional con una cuarta parte de cuota de Mercado, etcétera, etcétera, etcétera; por no enumerar las realidades y potencialidades culturales de la Comunitat, territorio de Patrimonios Unesco, faro y destino de la Ruta de la Seda, lugar donde Joanot Martorell escribió la primera novela moderna en lengua romance, Valentía linguae, el Tirant Lo Blanc, o  donde se imprimió la primera Biblia en romance peninsular, el valenciano de Bonifacio Ferrer, etcétera, etcétera, etcétera.

En este centro deberían integrarse, o al menos participar, el mayor número de entes u organizaciones, como instituciones y Administraciones Públicas, entidades económicas y empresariales, o el mundo universitario (independientemente de su origen público o privado), y los mass media, porque en un mundo hiperconectado y global, la sociedad del conocimiento requiere de una información de calidad en esta cuarta revolución industrial o 4.0 que estamos viviendo. Este foro debería de servir para ayudar en conformar y construir nuestros proyectos y anhelos, en un mundo cada vez más complejo y competitivo, y también para que nuestra voz no sólo se escuchara en la Villa y Corte, sino allende de los mares, en toda el orbe planetario.

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