CASTELLÓ. La exposición 'Devoradors', del artista plástico Gerard Bomboí, se inaugurará este sábado 27 a las 19h en el espacio de arte contemporáneo Cúmul de Castellón. Warhammer, el emblemático juego de los años 80, servirá como base para proponer algunas reflexiones y actividades en torno a la guerra, la violencia y la ficción.
A través del mundo distópico de Warhammer, Gerard plantea: "En el lejano futuro del Milenio 41 sólo hay guerra. A veces, de alguna manera, la ficción nos sirve como terapia para hablar de cosas de la realidad que son tan fuertes y tan duras que no se pueden ni hablar. No porque no te dejen, sino porque no te atreves a imaginarlo directamente".
El artista refiere el libro 'Arte y terror' (Ángel González García), que habla de fotógrafos que fue a los campos de concentración de Auschwitz; "hubo un punto de terror en que ya no podían ni hacer fotos, lo escribían en carta. Y llegó un punto que lo que estaban viendo no se atrevían ni a escribirlo, y no hubo constancia. De lo más atroz que pasó allí y que ellos vieron, no está transmitido, representado ni registrado".
Gerard Bomboí trabaja principalmente con pintura, escultura y dibujo, aunque también hace música (guitarra y bajo) y la interpretación teatral o performativa siempre le ha generado interés. La inauguración de 'Devoradors' será la primera vez en que el artista exponga música propia junto a sus pinturas y esculturas.
Sobre la instalación, avanza que se podrá encontrar una pintura central a gran escala y una pieza tridimensional; un tablero que Gerard fabricó para jugar las partidas, pero no como un tablero estándar: "lo he construido pasando de las normas del juego y acercándolo más al taller de pintura y escultura", esta pieza "se completa con el público, en una proyección de sombras participativa, y veremos qué historias se cuentan también en las paredes de la sala".
La exposición contará, además de con música ambiental, con una performance musical del artista, que tocará en acústico 'Cianuro', tema que creó para el grupo Ascesis y que significó para él un punto de inflexión hacia el género de música depressive black. "Esta canción me ha ido apareciendo los dos últimos años en momentos de despedida, de personas, de vivencias, de situaciones… aquí es como una bienvenida a este mundo, pero también tiene algo de funeral" -continúa- "cianuro es una pastilla que se tomaban los agentes dobles cuando les pillaba el enemigo, para que no les arrancaran ninguna confesión, es un poco ese escenario; guerra fría, agentes secretos, mundo distópico, oscuridad… Mundo distópico, que está pasando igual".
Gerard relata que en estos juegos pasan cosas terribles pero están todas escritas: "¿Y las que no? Cada uno que se imagine cosas en la cabeza". Subraya que en los juegos que permiten la fantasía y la ciencia ficción oscuras, uno puede imaginar futuros y pasados donde toma lugar aquello que nos preocupa o atrae en el presente por algún motivo. "Y normalmente, en fantasía, justamente son relatos terribles que yo no he vivido. Mucha gente que conozco que juega a Warhammer no va a vivir en la vida algo así. Pero hay gente que sí. Aunque no he podido preguntar a quienes han vivido en lugares más terroríficos qué les parece jugar a un juego como este".
"No es lo competitivo lo que me interesa, sino más bien un desarrollo de la imaginación, del entorno y el disfrute". Warhammer no es tanto un juego narrativo o de rol como un juego de estrategia, una especie de ajedrez muy complejo. Pero detrás existe una gran comunidad de fans que durante 40 años han inventado historias en esa galaxia "y todas son válidas, porque hay infinitos planetas. Están bien porque profundizan en un futuro posible y siempre desastroso". Gerard explica que Warhammer comenzó como una crítica a todo el sistema de crecimiento tecnológico industrial y militar y que de alguna manera el espíritu del juego -no de modo imperativo- es prever lo que podría pasar si siguiéramos con este ritmo, contar un poco el lugar que podría evitarse.
Alrededor de 'Devoradors' Cúmul ha programado una serie de actividades que tendrán lugar los próximos fines de semana. El sábado 4 de mayo se introducirá Cronosleep, basado en el juego 'Diedream' de Alfred Valley, "es un juego de rol sin dados que se juega mientras duermes. Te cuenta una breve historia, te vas relajando, cierras los ojos y la continúas mediante una mecánica de decisiones que inventó el creador". Tras una comida popular y la explicación y partida de cronosleep, se abrirá un espacio para compartir qué le ha sucedido a cada jugador en su historia. Para Gerard también es interesante "imaginar otro tipo de juegos en que no hace falta casi nada para que existan, no hace falta un gran despliegue de ordenadores o medios tecnológicos".
Para cerrar el ciclo, el sábado 11 por la tarde, se realizará otro pase de la performance y más tarde tendrá lugar una pinchada a través de referentes musicales relacionados con el tema, seleccionados por Gerard Bomboí y Javier Coloma, quien la semana anterior ya traía a Cúmul una actividad que ponía en relación música y relatos en torno a la práctica del 'teléfono estropeado'.
El artista no especifica unas intenciones concretas para su exposición, pero "si a alguien le da para pensar sobre el presente y lo que está pasando en el mundo, genial. Y si alguien ya conoce el juego y es super fan de esta legión de los Devoradores de mundos, y viene aquí a disfrutar de un homenaje a la mejor legión traidora del imperio, pues bien" -bromea finalmente-.
Gerard habla de que puede que la muestra pierda un poco la definición, "¿Es una obra plástica, musical, un teatrillo, un happening…? Me da igual lo que sea, es un efecto que quiero darle a la exposición".
El tema que trata el artista se originó con las actividades que realizó en el Espai d’Art Contemporani de Castelló, en que observaba qué influencia contemporánea tenían los juegos de guerra, cómo nacieron estos war games -que proceden del juego prusiano Kriegsspiel, cuya metodología estratégica se dirigía a un uso real para el ejército prusiano-, también quiso tener en cuenta qué narrativas despliegan estos juegos y qué personas los juegan.
Gerard contextualiza que con lo que sigue pasando en Oriente Medio y muchos otros sitios que están en conflicto ahora mismo -por decisiones de recursos y que pasan por encima de las vidas humanas…- nos preguntamos por qué seguimos jugando a hacer la guerra, lo plantea también desde qué efectos tiene esto sobre la construcción de la identidad y en relación con mitos como el del guerrero, el héroe, el salvador, el mito de que no hay dolor, el de la muerte o la victoria…
En continuidad con la temática lúdica y las ficciones, Gerard Bomboí impartirá uno de los 4 talleres programados por el EACC. 'Trànsits' es el título de estos talleres, en ellos también participarán otros artistas como María María Acha-Kutscher, Mujer Corteza y Carlos Bonet, que utilizarán el collage como medio para abordar distintos temas.
En el caso de Gerard, utilizará el assemblage (técnica de escultura) para hablar de la construcción de escenografías y personajes a partir de recursos reciclados, "es aprovechar lo que nos da el hobby para construir otros mundos en los que no necesariamente tiene que ser todo oscuro, ni guerra". Gerard reconoce que hay otros juegos en los que no hay oscuridad "pero es que me gusta, en este grim dark -género estético de los paisajes de muchos juegos-, conseguir un metro cuadrado de césped donde plantar tu patata y tu flor y que de repente venga una flota alienígena y se lo coma todo".
El artista explica que está buscando actividades más sostenibles en el sentido de que se puedan hacer sin tener que producir más ni gastar mucha energía, menos aún petróleo. A pesar de que Warhammer es plástico y hay una gama espectacular de miniaturas, asegura que no hace falta comprarlas todas, "es como una cultura popular que me estoy apropiando también para pasármelo bien con los amigos y para la producción de pensamiento e investigación cultural, pero al final es un juego".
La lucha parece que siempre está en la obra de Gerard, al menos últimamente: "hago espadas, esculturas de cuchillos, cuando hacía pintura más abstracta no era tan evidente, pero de lo abstracto llegué al objeto espada, por acumulación de capas". El resultado no fue intencionado pero Gerard tenía ganas de representar algunos intereses que le llamaban la atención desde pequeño, en cuanto a esto se pregunta por qué le fascinan tanto la guerra, las espadas… "es curioso que la gente que tampoco ha estado cerca de la muerte, o gente como yo, me fascine desde la idea de que 'es guay', no de ver qué hay detrás, sino decir 'cómo mola esta calavera', es curioso que cuanto más lejos estás de ello, de forma más frívola lo ves, me parece que eso es una de las cosas que me pasa". El artista también explica que todo es algo que encuentra desde su infancia en la manera en que ha sido educado por el entorno lúdico "con 3 años ya tenía una espada de juguete en casa y ya jugaba a matar".
Gerard no busca narrar una historia en concreto porque lo que hay debajo de 'Devoradors' "son reflexiones personales sobre sostenibilidad, depredación, guerra, conflictos e injusticias", y lo que hay debajo de su interés "es toda una historia que no es mía, que es la del juego, donde hay ejemplos de todo eso, pero no es una exposición que pretenda divulgar el universo de Warhammer".
Próximamente Cúmul celebrará una muestra relacionada con el fanzine y un par de ciclos de Cinefòrum, uno con proyecciones de filmes de terror poco habituales y otro de tipo documental acerca de cuestiones de género.