VALÈNCIA. Al margen de la financiación pública y bancaria, cinco son las principales fuentes de inversión de las que se nutren los emprendedores: family & friends, business angels, family office, capital riesgo y, cada vez con más fuerza, las corporaciones que invierten de forma directa a través de fondos de aceleración. Asimismo, en el caso de España, el sector cuenta con cerca de 6.500 inversores privados y 366 grupos de inversión además de 150 aceleradoras y 99 incubadoras las cuales, la mayoría de las veces, entran también en el capital de las startups.
Recibir dinero de una u otra parte depende, en gran medida, de la fase de desarrollo del proyecto, de su tamaño y del capital que necesitan. Quitando esto, cada cual tiene luego sus propios criterios y preferencias de inversión, aunque analizar el mercado al que se dirigen las ideas de negocio también suele ser una constante.
Publicaba recientemente el CEO y co-fundador Bewater Funds, Ramón Blanco, un post en el que se planteaba si, a la hora de invertir en startups, es más importante fijarse en el equipo emprendedor, el jockey, o el modelo de negocio, el caballo, incluyendo aquí el tamaño del mercado.
El post, publicado en su cuenta de Linkedin, desencadenó un pequeño debate entre los inversores sin que llegaran a ponerse de acuerdo, salvo en la apreciación de que con un buen equipo y un buen mercado, todo el posible. Obvio, tanto que son las dos variables que cualquier inversor contempla antes de decidirse a hacer un desembolso.
El mimos fondo de Bewater justificaba su última inversión de 380.000 euros en la startup Nailted con argumentos como estos: “Nailted participa de un mercado creciente, el de la implantación de software de recursos humanos”; “Se trata de una empresa rentable y con flujo de caja positivo”; “El equipo gestor ha sido, además, eficiente en el uso del capital, habiendo consumido tan solo 10 mil euros de capital hasta la fecha”; “Tiene una ventaja competitiva en su equipo”. Valga todo esto para hacerse una idea de por dónde van los tiros ahora de los inversores en startups.
Si hablamos de las verticales que en este momento parecen estar más en el punto de mira de la inversión, Alberto Andújar, gerente de la asociación de inversores privados BigBan, señala los siguientes: “el insurtech, el foodtech, la ciberseguridad y potenciales a futuro como son las energías renovables, la movilidad, o el mercado laboral. Todo ello muy ligado al cambio de comportamiento de la sociedad y los nuevos patrones de consumo. También el edtech está subiendo mucho y todo lo que tiene que ver con los modelos de negocio ‘as a service’, desde un software (SaaS), hasta una plataforma (PaaS), una infraestructura (IaaS) o el immortality as a service”.
Precisamente con un PaaS acaba de conseguir cuatro millones de euros de financiación la startup valenciana Yuvod. La empresa ha cerrado, por un lado, una ronda de financiación de tres millones de euros, encabezada por el fondo estadounidense Palomar Capital, y un millón de euros procedente del Instituto Valenciano de Finanzas y Enisa.
Yuvod, que ofrece un servicio end-to-end de plataforma streaming, aspira a convertirse en el PaaS de referencia para cualquier plataforma de estas características. La startup ha lanzado un producto totalmente cloud que se encarga de todos las partes del proceso de entrega de contenidos, desde la recepción de los mismos hasta la compilación de las aplicaciones donde los usuarios consumirán dichos contenidos. Y todo ello con un modelo de pago por uso para que el cliente no tenga que realizar altas inversiones iniciales.
Cuestionado Ricardo Tarraga, CEO de Yuvod, sobre cuáles son a su juicio los factores que más han valorado los inversores para apostar su proyecto declara: “En primer lugar, sinceramente lo creo, porque tenemos un producto muy bueno y muy escalable. Algo que se puede vender desde Valencia a cualquier parte del mundo como ya estamos haciendo en EE.UU, Chile, Argentina, Brasil, Venezuela, Alemania, Hungría o Portugal, entre muchos otros. Lo segundo es que tenemos un equipo muy comprometido con el proyecto, bastante senior por cierto, que vienen de hacer cosas y trabajar en grandes empresas. Por último creo que ha ayudado el hecho de tener un producto bastante versátil que aplica a distintas industrias, desde una telco hasta una empresa hotelera o un club deportivo. Esto nos permite diversificar el mercado y no poner todos los huevos en el mismo cesto”.
En cuanto al uso de las tecnologías que más parecen agradar a los inversores ahora, Alberto Andújar menciona el machine learning, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, las relacionadas con la conectividad “aquellas con capacidad transversal para todos los sectores”.
En cualquier caso, el uso de una tecnología concreta ya no parece ser tan determinante como hace unos años para que un proyecto resulte atractivo a la inversión. En opinión de Andújar, lo que representa el verdadero cambio de paradigma es que las startups sean eficaces en el manejo del capital, que persigan una rentabilidad temprana y vigilen la caja de cerca y a más largo plazo. Como sostiene Warren Buffet, el Oráculo de Omaha, “si compras cosas que no necesitas, pronto tendrás que vender las cosas que necesitas”.
Quitando la exigencia de cautela, “dinero y apetito por invertir, hay”, concluye Andújar.