VALÈNCIA. (EP) Dos de cada tres españoles ven necesario una legislación específica que regule el uso de redes sociales, una propuesta que comparte el 80% de mayores de 65 años y el 37% de los menores de 25. Con respecto a quién debe liderar esta regulación, el 77% opina que son las compañías y un 66% apunta a las Administraciones Públicas.
Así lo pone de manifiesto el estudio 'Beneficios y riesgos del uso de Internet y las redes sociales', publicado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), dependiente de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial.
El estudio, que se basa en los resultados de encuestas realizadas a 800 internautas mayores de 15 años, aborda las posibles ventajas y amenazas del uso de las tecnologías digitales, además de sus futuros efectos en la salud mental y pone también el foco en las redes sociales y las problemáticas asociadas a su uso.
Según dicho estudio, dos de cada tres usuarios de Internet ven tanto beneficios como riesgos en el empleo de las tecnologías y las redes sociales, aunque la percepción varía en función del género, así como de la ocupación y la edad.
Así, el estudio revela que las mujeres son más críticas que los hombres, mientras que la población jubilada es más optimista con respecto a los beneficios de Internet en comparación con los menores de 25 años. Pese a las diferencias, gran parte de la población usuaria de Internet considera que una buena utilización de las tecnologías será beneficiosa.
En este sentido, un 90% de la población considera que el mayor beneficio de utilizar Internet es que permite acceder con facilidad a nuevos conocimientos y aprendizajes, mientras que el 82% destaca que las tecnologías contribuirán a mejorar la comunicación interpersonal.
Por otro lado, aunque los encuestados puntúan con un 5,7 sobre 10 la sensación de seguridad en la experiencia, se manifiesta que un uso excesivo y frecuente de las tecnologías y redes sociales puede provocar efectos negativos a largo plazo, como adicciones y pérdida de habilidades sociales. De hecho, casi la mitad opina que el colectivo más afectado por las adicciones serán las personas de entre 16 y 25 años.
Igualmente destacable es la respuesta a la pregunta de si el anonimato de Internet avala comportamientos de más libertad a la hora de interactuar. Más del 31% confirma sentirse así de alguna manera, aunque en el caso de los menores de 25, este porcentaje se dispara hasta superar el 60%.
En este contexto, el ciberacoso es el riesgo que preocupa a 8 de cada 10 personas. Además, el 59% cree que los menores de 16 están más expuestos. Un dato al que se suma que un 48% considera que los menores de 16 años son los que peor distinguen la realidad de la ficción y señalan el peligro que hay en ello.
La aparición de nuevas adicciones a la tecnología es lo que más preocupa a los participantes del estudio, pues un 88% considera que podrían seguir surgiendo más y nuevas en los próximos años. Hoy, un 40% mantiene que las tecnologías ya provocan pérdida de noción del tiempo y el 43% que afectan a la calidad del sueño.
Pero midiendo las respuestas por género y edad, se aprecia que el 90% de las mujeres cree que la generación de trastornos sociales es el principal peligro de las nuevas tecnologías, mientras que para los de 45 a 55 años su mayor preocupación son la depresión y ansiedad que pueden provocar los dispositivos y redes sociales.
Otro dato que ofrece el estudio es que casi 1 de cada 4 personas podría llegar a rechazar las nuevas tecnologías por el miedo a un uso inadecuado. Esta creencia es más fuerte entre las mujeres y las personas menores de 25. El 47% de este último segmento señala a su propia franja como la potencialmente más afectada por el alejo de la tecnología.