CASTELLÓ. El alcalde de Vinaròs, Guillem Alsina, se ha resignado a gobernar sin cerrar ningún pacto el año y medio de legislatura que le queda por delante. Con el apoyo de Compromís y después de romper el acuerdo con Podemos tras un mes de crisis, el primer edil ha decidido que gobernará, de momento, en minoría.
Alsina dispone de siete ediles más el apoyo de la concejala de Compromís en la localidad, Paula Cerdà. Estos ocho escaños les aleja de los once que necesitan para la estabilidad -si bien hay que tener en cuenta el voto de calidad del alcalde, lo que les deja en diez- para poder aprobar cuestiones clave.
Tras haber pasado un mes de crisis interna que ha afectado a la gobernabilidad, al propio PSPV y al resto de grupos, el alcalde se enfrenta a una complicada situación. Pese a todo, el socialista ha delegado parte de la responsabilidad en los grupos de la oposición a los que ha reclamado altura de miras para que apoyen cuestiones necesarias para Vinaròs.
Además, la marcha del concejal del PSPV, José Chaler, así como el cese de Anna Fibla y la renuncia de los ediles de Podemos, han obligado al alcalde a reconfigurar su equipo de gobierno.
Tanto es así que el propio Alsina asume competencias como Agricultura y Pesca, la mano derecha del alcalde, Marc Abella, asume también Urbanismo y la edil de Compromís, Paula Cerdà, es recompensada con una segunda tenencia de alcaldía y las delegaciones de Fiestas, Comercio y Juventud.
Cultura, que era de una de las principales áreas de gestión de Podemos, la gestionará el socialista Fernando Juan y desaparecen áreas como Transición Ecológica que estarán dentro de Agricultura. Al mismo tiempo, en el próximo pleno entrará como edil Amália Cabos como concejala del PSPV tras la renuncia de Chaler.