CASTELLÓ. El Castellón cierra el año 2022 con la decepción que supone seguir en la tercera categoría del fútbol español tras el mal final de temporada del curso pasado, pero con las expectativas de su afición por todo lo alto a raíz de la llegada del canadiense Haralabos Voulgaris a la propiedad de la entidad.
En un año especial por la celebración del centenario del club, los albinegros pretendían recuperar un sitio en el fútbol profesional tras el descenso sufrido el año anterior, pero una pésima segunda vuelta arruinó sus opciones.
El conjunto dirigido por Sergi Escobar empezó 2022 en una buena posición para luchar por las posiciones de promoción y permaneció en el pelotón puntero hasta marzo. A partir de entonces, un derrumbe imparable le alejó del objetivo tras ganar un solo partido de los once últimos disputados.
Esa mala dinámica coincidió con un clima de incertidumbre por el futuro del club que afectó al rendimiento del equipo y que se prolongó en la pausa estival, con las negociaciones que mantuvo el anterior mandatario, Vicente Montesinos, para la venta del club. Tras una larga espera, el ya ex presidente alcanzó un acuerdo con Haralabos Voulgaris, un canadiense que hizo fortuna en el mundo de las apuestas deportivas y que tomó las riendas del club orellut con el objetivo, declarado por él, de llevarlo en pocos años a Primera División.
La toma de posesión del nuevo máximo accionista del Castellón se produjo el 20 de julio, día en que el club cumplía cien años de existencia. Esa jornada fue especial para la entidad, pues por la mañana arrancaba de forma oficial la era Voulgaris y por la tarde se celebraba una emotiva gala de celebración del centenario de la institución.
Desde ese día, el proyecto deportivo del Castellón adquirió una nueva dimensión con una fuerte apuesta de sus dirigentes por mejorar la plantilla. El club fichó 12 futbolistas para el primer equipo, muchos de ellos procedentes de Segunda División, y el equipo, dirigido por Rubén Torrecilla, inició con fuerza la competición.
Así, el nuevo técnico, traído al club poco antes del cambio de propiedad, logró acoplar rápidamente a los recién llegados y en la jornada 9 el Castellón se situó en la primera posición de su grupo haciendo gala de solidez como bloque y contundencia en las dos áreas.
Los albinegros mantuvieron la consistencia en semanas posteriores. Sin embargo, las ausencias por lesión de jugadores sin recambio natural de garantías provocaron un bajón en las prestaciones del equipo, de modo que los orelluts cerraron el año sin poder ganar ninguno de sus cuatro últimos partidos y perdieron el liderato.
Esta mala racha, la primera sufrida por el Castellón en el presente curso, llevó al club a tomar la inesperada medida de destituir a Torrecilla como técnico del primer equipo. Pocos meses antes, el consejo de administración procedió igual con su director deportivo, Fernando Gómez, y lanzó una oferta de empleo en internet para contratar a su sustituto.
Así las cosas, 2022 se cierra con estas dos importantes vacantes y con una plantilla que podría cambiar de forma notable en el mercado de invierno ante la intención del consejo de administración de mejorarla para dar el salto de categoría.