CASTELLÓ. El Castellón no ha perdido el pulso a la competición pese a saldar negativamente sus seis primeros meses de Liga. Con las plazas de descenso como residencia habitual, el conjunto orellut ha mostrado muchas dudas sobre su capacidad en esta exigente empresa de la Segunda División, pese a lo cual ha mantenido distancias cortas respecto a los puestos de permanencia. Así, los albinegros encaran la parte importante de la temporada con una desventaja asumible en su objetivo de abandonar los cuatro últimos puestos.
El Castellón llega al último tercio de Liga con las opciones intactas y con una sensación de mejoría evidenciada en sus dos últimos partidos, frente a Las Palmas y Leganés, resueltos con una victoria y un empate y con la portería totalmente resguardada en ambos casos. Estos choques han puesto fin a una secuencia de gran dificultad, con ocho partidos frente a rivales de la zona alta y media de la tabla clasificatoria, y que el Castellón ha cerrado a tres puntos de la zona de salvación.
La sensación de solidez mostrada en sus últimos compromisos permite al Castellón afrontar el último tercio de competición en un estado futbolístico y anímico superior al de sus rivales directos, ya que ninguno de éstos ha llegado a esta fase de competición con tan buena tendencia. Solo Zaragoza, Alcorcón y Cartagena han ganado alguno de sus dos últimos partidos, pero han perdido el otro. El resto lleva al menos cuatro jornadas sin conocer la victoria. El Logroñés es el que peor está, con ocho encuentros consecutivos sin ganar, mientras que el Lugo lleva seis y el Albacete cinco.
En los 14 partidos que les restan para cerrar el curso, los albinegros se juegan el ser o no ser en la categoría y todos sus rivales directos por la salvación se cruzan con ellos en esa parte de la temporada, empezando por el Sabadell, que visitará Castalia este sábado. Los arlequinados acumulan una racha de cuatro partidos sin ganar.