CASTELLÓ. La derrota por la mínima en Riazor ha dejado sensaciones positivas en el Castellón de cara al choque decisivo del domingo, donde los albinegros se juegan, a 90 minutos o a 120, la posibilidad de estar en la final del play off de ascenso a Segunda División.
Los de Albert Rudé no solo han obtenido un resultado que deja las cosas abiertas para la vuelta, sino que han mostrado personalidad y argumentos en el terreno de juego para creer en la clasificación. Así, el conjunto de la Plana ha sabido frenar el ímpetu del Deportivo en la primera parte e imponer su juego en la reanudación, de modo que ha acabado el partido más entero que su rival y con sensación de superioridad.
La acostumbrada debilidad a domicilio de los albinegros esta temporada no se ha manifestado en el choque de Riazor, con un Castellón muy serio atrás y con variantes ofensivas interesantes. De León y Koné han sido argumentos de peso en el ataque del Castellón en fases en que el Deportivo dominaba, dando buenas opciones a los albinegros al contragolpe. Además, Pastor sostuvo a los de la Plana con varias intervenciones de mérito en los 45 minutos iniciales.
Por otra parte, los cambios han sido certeros en tiempo y forma, dejando claro que el conjunto albinegro cuenta con amplitud de plantilla para responder sobre la marcha a las exigencias del guion. En este sentido, hay que destacar la aportación de futbolistas como Carles Salvador, Raúl Sánchez y Pablo Hernández, que estuvieron brillantes partiendo desde el banquillo.
Los aspectos a corregir tienen que ver con la contundencia. Así, los albinegros deben evitar pérdidas de balón en campo propio como la que provocó el tanto del Deportivo y ser más efectivos en área contraria.
Estos elementos apuntan a ser determinantes en el partido de vuelta, donde el Castellón necesita un gol de diferencia a favor para alcanzar la final por el ascenso.