CASTELLÓ. La imagen de la afición del Castellón puesta en pie y ovacionando a su equipo antes incluso de que el árbitro pitara el final del partido de Copa del Rey frente a Osasuna fue uno de los momentos más especiales que vivió el conjunto albinegro en su compromiso de tercera ronda y refuerza la comunión entre los jugadores y la grada en una etapa de especial importancia para los orelluts.
Y es que el conjunto de la Plana afronta la fase más trascendente de la competición liguera, con 20 partidos en los que decidirá su suerte en su meta de regresar al fútbol profesional. Ahí estará una afición agradecida por el juego brillante que viene ofreciéndole su equipo y también, como se ha visto en la Copa, por el espíritu de lucha que muestran los jugadores ante todo tipo de rivales.
El respaldo de la grada puede ser un suplemento energético para los de Dick Schreuder en los cinco meses que restan de fase regular y dar al equipo esos puntos extra que pueden ser determinantes en su objetivo de ascender a Segunda División.
Tras el partido copero del pasado domingo frente a Osasuna, donde 14.182 aficionados dieron un color especial a Castalia, el estadio albinegro volverá a acoger a los de Dick Schreuder este sábado con motivo de la visita del Algeciras.
Será la última cita del Castellón en la primera vuelta y la oportunidad de llegar al ecuador de la Liga sin puntos cedidos en casa y manteniendo el liderato en ese codo a codo que mantiene con el Ibiza. Los albinegros se mantendrán firmes en su filosofía de fútbol ofensivo que tan buenos resultados les ha dado, especialmente en casa.
El encuentro no será sencillo para los de la Plana, ya que su rival está peleando por los puestos de promoción y es de los más sólidos de la competición.
Nada más acabar el choque, el Ibiza visitará al Real Madrid Castilla en un compromiso también complicado para los isleños y cuya dificultad puede aumentar en caso de victoria albinegra, pues les pondría en una situación de mayor presión y obligación.