CASTELLÓ. El brote masivo de coronavirus que ha afectado a la plantilla del Castellón en los últimos días ha puesto fin a una de las mejores rachas de resultados que había vivido el equipo albinegro en los últimos años y obliga a los orelluts a aplicarse al máximo en los días de aislamiento forzado, ya que el club tiene suspendidos sus entrenamientos habituales.
El conjunto de la Plana llevaba siete partidos consecutivos sin conocer la derrota antes del parón anunciado el jueves con el aplazamiento de los partidos frente al Costa Brava y el Villarreal B. En esa secuencia de encuentros, el Castellón había demostrado tener las medidas bien tomadas a la Primera RFEF con 15 puntos obtenidos de 21 posibles, lo que supone el tercer mejor registro del grupo 2 de Primera RFEF. Estas cifras han hecho que el conjunto albinegro haya pasado de estar en puestos de descenso a situarse con los mismos puntos que el Algeciras, equipo que cierra las posiciones de promoción de ascenso.
Ahora llega este inesperado parón que va a alterar el calendario de los de Sergi Escobar, ya que los dos partidos que tenía programados ante el Costa Brava este sábado y el Villarreal B el domingo 21 se jugarán en fechas aún por determinar. Serán dos fines de semana consecutivos sin competir y muchos días sin entrenar con normalidad para un Castellón que tratará de reducir al mínimo la caída de su estado de forma.
Si una vez finalizados los diez días de aislamiento recomendados por las autoridades sanitarias el conjunto orellut recupera sus efectivos y la Federación Española autoriza su regreso a la competición, los de Escobar recibirán al Betis B el sábado, 27 de noviembre, a las 19:00 horas.