CASTELLÓN. Entre partido y partido, la semana se hace muy larga para casi todos y, por ello, a veces aparece la necesidad de sacarle punta a cualquier cuestión que tenga que ver con tu equipo. Al final, el debate gira en torno al fútbol y esa es la mejor noticia, ya que, no hace mucho, lo que más nos preocupaba era la supervivencia del glorioso. Las discusiones sobre si tiene que jugar éste o el otro, o con tal sistema táctico, siempre son buena señal si miramos el pasado reciente con cierta perspectiva.
En este arranque de temporada, para un sector concreto de la grada, era cuestionable la titularidad de David Cubillas. El debate del Nueve. Tema central en redes sociales con partidarios y detractores.
Cubi llegó la temporada del ascenso a Segunda B como uno de los grandes fichajes de aquel proyecto. Descendió una categoría para jugar en su equipo. En Tercera División. Aquel año, al igual que sus compañeros, hizo muchas cosas bien. Para mí, el penalti que provocó en Sant Andreu y que convirtió Javi Rubio es clave para el posterior ascenso. Los números son objetivos, y los suyos ahí están.
Fuera del campo, con su predisposición a todo tipo de iniciativas que tengan que ver con el club y la afición, han hecho de él uno de los jugadores más queridos. Esa también es labor de capitán. Además, siempre ha dado la cara en los malos momentos. La temporada pasada, por ejemplo.
El fútbol es presente y lo más importante es el rendimiento en el campo. En eso estamos de acuerdo. Así debemos analizarlo. En este deporte, los errores cerca de las porterías se ven mucho. Porteros y delanteros suelen estar en el punto de mira cuando las cosas no van bien. La conclusión sería: si el delantero no marca, no sirve. Al banquillo.
Es evidente que la plantilla de esta temporada ha aumentado el nivel con respecto a la anterior. No solo a Cubi, a muchos les va a costar ser titulares. También lo es que el Nueve albinegro no ha marcado aún en Liga. Quizá por todo ello y por buscar más equilibrio en el ritmo de juego, Óscar Cano lo mandó a la suplencia y cambió el sistema táctico en el último encuentro.
Muchos pensaban que con esa disposición en el campo de juego el equipo sería todavía más dominador del mismo. Pero tal planteamiento quedó en evidencia en el primer tiempo del domingo pasado ante la UE Olot. Creo que quien más lo echó de menos fue César Díaz. Quedó solo, a merced de los centrales catalanes y sin ningún socio que los fijara para así buscar los espacios a la espalda de la zaga visitante.
La entrada al campo de Cubillas en el segundo tiempo fue clave esta vez. Con el empate a cero y un encuentro muy parejo, activó la grada de Castalia. Increíble el ambiente del segundo tiempo. Estoy convencido de que con este clima de apoyo y presión, esta temporada se pueden vivir tardes muy bonitas.
En el campo, David se ofreció de cara, se quedó la pelota y descargó el juego. Oxígeno para los centrocampistas. Se convirtió en una amenaza en los centros laterales desde la banda. En una jugada desde el costado, acabó provocando el rechace en el gol de Rubén Díez. Cambio determinante en el desenlace final. Acierto también del técnico. El banquillo de suplentes también está para eso. Para moverlo y sacar partido.
En definitiva, que no marcó pero que ayudó a ganar. Luego, por encima de que pueda gustar más o menos su juego, en el contexto actual del CD Castellón es un jugador que aporta. Le corresponde a Cano sacarle el mejor partido a sus características y decidir si juega más o menos. Lo realmente importante es que el equipo siga ganando. Y hasta ahora, siempre ha estado en el campo en los mejores momentos del equipo.