MADRID (EFE). El turismo vinculado a mundo del vino espera con ansia la progresiva desescalada del estado de alarma para devolver a sus viñedos y bodegas la vida de los visitantes, que pueden encontrar en el enoturismo una opción cercana a la naturaleza, no masificada y con productos de calidad.
Este ha sido un año "complicado para todos", concuerdan fuentes del sector consultadas por EFE, pero esperan que el interés que muestran los turistas nacionales por el campo a la hora de escaparse de sus municipios se traduzca en beneficios para el entorno rural y las actividades ligadas a él.
La presidenta de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) y de Rutas del Vino de España, Rosa Melchor, explica que, pese a la "desafortunada situación" ocasionada por el coronavirus, las opciones rurales del turismo pueden ganar adeptos, al ofrecer una oferta no masificada y de calidad.
"Nosotros ofrecemos total seguridad, un turismo en el que se ha apostado por la calidad, nunca se ha apostado por la masificación. Es un turismo más seguro en el que se puede llegar con transporte propio para conocer el patrimonio artístico y natural", expone Melchor, quien insiste en que es una oportunidad para disfrutar de pequeños hoteles y visitas guiadas de pocas personas.
Asimismo, recalca que el enoturismo, que ha vivido un incremento constante desde hace 15 años, ofrece la posibilidad de viajar con niños, amigos o personas mayores.
"Este es el momento de conocer España y las rutas del vino", que ofrecen más de una treintena de opciones por todo el territorio y con un producto que no tiene nada que envidiar a los extranjeros.
"Nuestra mejor publicidad es la prueba. No hace falta que tenga la prueba de que nuestro vino es mejor, les invito a que lo prueben", alega Melchor sobre este producto que cuenta en España con "cientos de fórmulas de elaboración", para "todos los gustos".
De acuerdo a los datos de Acevin, el impacto económico del enoturismo en las Rutas del Vino en España en 2019 fue de 85,57 millones de euros solo en visitas a bodegas y museos, lo que supuso un 5,68% más que en el año anterior.
También hubo un aumento en el número de visitantes en 2019 del 3,9% (3,08 millones) respecto a 2018, motivado por el aumento natural de nuevos visitantes y por la incorporación de nuevas rutas, según detalla el duodécimo Informe Anual de Visitas a Bodegas y Museos del Vino, difundido hace una semana.
En 2020, sufrieron el golpe de la paralización de muchos servicios -en primavera es cuando reciben un tercio de los ingresos anuales, según Melchor-, pero desde el sector mantienen su vista fija en promocionar las rutas y el vino para atraer a los viajeros en los meses venideros al ser una actividad "no estacional".
"No hemos dado nada por perdido. Seguiremos luchando por este 2020, aunque sabemos que ha empezado siendo complicado y desconocemos cómo se va a desarrollar", enfatiza Melchor, aunque tiene esperanza en que la desescalada se produzca con normalidad y sin repuntes.
No se trata de una propuesta en vano: decenas de bodegas han ido impulsando incluso durante el confinamiento catas y charlas explicativas a través de sus páginas webs y redes sociales para que cualquiera pueda conocer desde su domicilio los viñedos y bodegas.
Hay iniciativas, por ejemplo, para comenzar la formación en casa y, una vez se restablezca la movilidad entre territorios, puedan visitar la bodega del vino que hayan degustado.
Por su parte, los alojamientos rurales, muchos de ellos muy ligados a la rutas del enoturismo, se están preparando para la llegada de los turistas entre medidas de seguridad para evitar contagios por la covid-19 y pensando en facilidades para los viajeros en caso de que la desescalada se alargue, todos a una para recuperar la normalidad y que 2020 no sea un año perdido.