CASTELLÓ. El Acord de Fadrell encara los últimos cinco meses de la legislatura con los deberes hechos. La retirada de la cruz de Ribalta permite cumplir los principales objetivos marcados al inicio del mandato. El traslado del monumento considerado como franquista, en aplicación de la ley de Memoria Democrática, se había convertido en una obsesión para el equipo de gobierno (PSPV, Compromís y Podem-EUPV), sobre todo a raíz del fiasco del primer intento en agosto. Aquel jarro de agua fría, con la renuncia de la adjudicataria, se interiorizó como un acicate para porfiar a pesar de que los obstáculos se sucedieron en el camino.
Más allá de los recursos Contencioso-administrativos de Abogados Cristianos, la falta de licitadores en el segundo curso público de septiembre generó muchas dudas, que se disiparon en octubre con la tercera licitación. Esta vez sí concurrieron varias empresas (dos) y todas solventes para evitar que se repitiera el episodio de Solaris Purgaret. A partir de ese momento, simplemente hubo que dejar pasar el tiempo, cumpliéndose cada uno de los plazos administrativos, hasta lograr que se iniciara la ejecución, cuyo punto de inflexión se produjo el pasado 4 de enero con la reubicación del lábaro.
Sin embargo, las exigencias para la segunda mitad del año y principios de 2023 han incluido otros proyectos esenciales, marcados en rojo en el documento programático que los tres partidos del ejecutivo firmaron en junio de 2019. El más relevante y transformador para Castelló corresponde al Plan General, validado definitivamente el 11 de noviembre y que entró en vigor el 12 de diciembre. El planeamiento urbano puso fin a una década de inseguridad jurídica tras anular el Tribunal Supremo en 2008 el PGOU de 2000.
Con el cambio de gobierno en 2015, la coalición de izquierdas (primero denominada Pacte del Grau y ahora Acord de Fadrell) se marcó como prioridad impeler un Plan General. Esto significó iniciar un largo recorrido que encontró dificultades durante la farragosa tramitación administrativa. La implicación de distintas administraciones ralentizaron los plazos, lo que incluso obligó a redefinir en varias ocasiones la hoja de ruta, pero siempre con el convencimiento de llegar a tiempo en el presente ciclo político.
En la recta final de 2022, la aprobación del marco jurídico vino acompañada de otros proyectos clave para el Fadrell. Por ejemplo, la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). A finales de noviembre, la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Telecso y Becsa firmó el contrato con el Ayuntamiento para iniciar la redacción del proyecto, garantizando así el comienzo de las obras en el ecuador de este año. Unas semanas antes, la multinacional austríaca Kapsch TrafficCom se hizo con el estudio de movilidad al presentar la mejor oferta. Ambas actuaciones suponen una inversión de alrededor de 10,5 millones de euros.
La también denominada Modal 1 se trata de una supermanzana peatonal de 745.000 euros. En una primera fase se proyectan cambios en cuatro áreas definidas de la ciudad. La zona principal, que incluye el eje Clavé, comprende vías como Asensi, Herrero, Navarra, San Vicente, San Luis, Conde Pestagua o San Félix. La zona 1 va desde Obispo Caperó, pasando por 9 de Marzo, Santa Bárbara o Sagrada Familia, hasta Arquitecto Maristany y San Miguel. La zona 4 obedecde a Luis Vives y Temprano, mientras que la 6 se limita a la calle Moyano. La segunda fase afecta a los siguientes puntos: la zona 2 (Pintor Castell, Villarroig, Calvario, Dolores, Pedro Aliaga, Germanías, Infante Don Pedro y Rosell); la zona 3 (Arquitecto Traver, Amadeo I, Echegaray, Trullols, Vivancos, y enlace Huertos Sogueros); y el resto de la zona 6 (Fola, Sagasta y Pelayo del Castillo).
En paralelo a la ZBE, el Fadrell ha visto cómo en las últimas semanas la reforma de la avenida Lidón ha experimentado un gran avance. De hecho, está previsto que la empresa adjudicataria, la UTE Telecso-Becsa, culmine la actuación a finales de este mes. Las obras, con un presupuesto de 3,3 millones, son visibles en los tres tramos desde la plaza María Agustina hasta la Basílica.
El punto de mayor actividad se localiza en la zona residencial, donde los operarios se afanan en colocar el nuevo adoquín, habilitar el carril bici e instalar el mobiliario y la jardinería. Asimismo, los trabajos se centran en pavimentar la única calzada de acceso y salida para los vehículos de los residentes.
Otras dos actuaciones significativas en esta legislatura son la remodelación de la plaza de la Paz, adjudicada a Pavasal por 834.357 euros, y la construcción del Centro de Envejecimiento Activo y Saludable. En el primer caso, los trabajos se prevé que comiencen este próximo lunes, 9 de enero, tras aprobar el Ayuntamiento en octubre de 2022 la solución definitiva consensuada con los vecinos y que incorpora, como elementos más característicos, una fuente géiser, pavimento de piedra natural y la creación de una ciclocalle. En el segundo, la previsión pasa inaugurar el edificio durante este mes después dos años de ejecución y más de 6,1 millones de euros de inversión.