CASTELLÓ (Rosabel Tavera/EFE). El Festival Internacional de Benicàssim reabre sus puertas este jueves tras atravesar una etapa de profundas transformaciones en la que la pandemia afectó duramente al sector de la música en directo, con una multiplicación de los festivales y un cambio en la dirección tras años de pérdida de público.
Hasta el próximo domingo, el recinto de festivales de Benicàssim, el que vio crecer y cosechar éxitos musicales y de público durante años al veterano FIB, que nació con el indie cuando esa etiqueta era tan real como independiente, volverá a abrir las puertas al público tras dos años de parón a causa del coronavirus.
Con un cartel con cabezas de cartel como Izal, Two Door Cinema Club, Steve Aoki, The Kooks, Justice, Love of Lesbian, Tyga, Mando Diao, Kasabian, Nathy Peluso o Tom Walker, la cita vuelve bajo la batuta de una de las empresas más potentes del panorama musical español, The Music Republic.
Tras arrancar su andadura con la organización del Arenal Sound de Burriana (Castellón), batiendo récords de asistencia y de rapidez en la venta de abonos, The Music Republic, tras sumar otras citas a su cartera como el Viña Rock, Festival de Les Arts, Granada Sound, Interestelar Sevilla, Madrid Salvaje, Love the 90’s Valencia o el Metal Paradise, compró el festival al empresario británico Melvin Benn al finalizar la errática edición de 2019.
La cara de abatimiento que se le pudo ver entonces al propio Benn en la zona VIP era el símbolo de una batalla perdida. Benn, amante del festival y con intención de comprarlo desde que lo visitó en 2004, vio su sueño cumplido en 2014.
Antes, el festival había sido vendido a la empresa VPMG con Vince Power al frente y pasaba a ser 100 % británico tras quince años de éxitos progresivos de la mano de los hermanos Miguel y José Luis Morán, creadores del proyecto que dirigieron hasta 2009.
En manos de Power el festival encaró una decadencia que desembocó en un concurso de acreedores y que intentó ser solventada por Benn, que si bien saneó el festival económicamente, no pudo recuperar el público y finalmente lo vendió.
Ahora el FIB vuelve a manos españolas con The Music Republic, que plantea como principal cambio un abaratamiento de los abonos que les ha llevado a haber vendido ya más del 94 % de ellos.
Y lo hace en un sector, el de los festivales, que en la última década ha experimentado un crecimiento exponencial, y que, pese a la pandemia, sigue creciendo con grandes nuevas citas y otras más pequeñas, que presentan un panorama cuyo sostenimiento en el medio plazo podría no estar asegurado.
Con uno de los recintos más cómodos y mejor diseñados del panorama nacional, son ahora los hermanos Sánchez, Toño y David, los que intentarán devolver el esplendor al FIB, al menos en lo que a público se refiere, tras haber demostrado su solvencia y su capacidad de organización, que los han situado como líderes en el negocio de festivales en el arco mediterráneo.
Con pocas novedades, el cartel recoge un buen nombre de artistas, principalmente del Reino Unido, encaminados a intentar mantener algo de la cuota británica, como Tom Grennan, Declan McKenna, Becky Hill, Example, The Lathums, Joel Corry, Sea Girls, Circa Waves, The Snuts, Tom Walker o Tyga.
Pero el cartel va también a lo seguro con los nombres más conocidos y seguros del pop español como Izal, La M.O.D.A. y otros en continua gira festivalera como Love of Lesbian, Dorian, Lori Meyers o Carolina Durante.
Además añaden alguna de las propuestas más de moda en el "indie" femenino como Ginebras, Cariño o Gabriela Richardson y suman unos cuantos grupos británicos viejos conocidos del festival y del público tanto patrio como extranjero como Two Door Cinema Club, Justice, Mando Diao, Kasabian o The Kooks.